15. Falsa primera vez

El rey acompañó a la princesa Majic y le deseó que descansara bien, la jovencita le sonrió una vez más e ingresó a la habitación; su majestad fue a su habitación y encontró a Lady Marila esperando.

- "¿Llegó el médico?", preguntó el rey.

- "Sí, está que atiende a Lady Zarila, unas damas de la corte la están acompañando", dijo Lady Marila.

- "Que bueno, dígale a las damas que me avisen cuando este mejor", expresó el rey.

- "Su majestad cuáles son las reales intenciones con la princesa Majic, parece que usted aún tiene interés por Lady Zarila, a pesar que trate de disimular; mientras esperaba el Concejero Real habló de que si podía preparar la boda para su segunda esposa; no puedo decirle qué hacer con su vida, soy solo una súbdita; menos en mi condición, pero el contraste de las que serían sus dos esposas, tal vez pongan en desventaja a la princesa Majic", manifestó seriamente Lady Marila.

- "No voy a negar lo que todos han sabido por años, que siempre he estado enamorado de Lady Zarila, nos íbamos a casar antes de verme envuelto en este tratado de paz; los sentimientos no pueden desaparecer de la noche a la mañana", dijo el rey.

- "Y menos por una niña por quien siente solo lástima; cuando ella aprenda lo que tenga que aprender y vea las cosas de manera más madura, la princesa Majic podrá distinguir los sentimientos de su majestad, y dejará de verlo con esa ilusión que ha despertado en ella y no pretenda decir que no se ha dado cuenta; lo mejor que puede hacer es estar claro con sus sentimientos; ella es fuerte, aprenderá a aceptar su condición de esposa por un tratado de paz, sería cruel que ella invierta sentimientos por alguien que jamás podrá corresponderle; y si decide tener a Lady Zarila como segunda esposa, asegúrese que a pesar que su majestad la quiera mucho, la primera Majic siempre será la primera esposa; después de todo el rey debe saber perfectamente su deber"; manifestó Lady Marila haciendo una reverencia y alejándose rápidamente.

Más tarde, el rey fue a ver a Lady Zarila, había tratado de mantener cierta lejanía con ella, para enterrar sus sentimientos, sabía que para cumplir su deber real, y que ella fuera feliz, debía dejarla ir.

- "Me alegra que esté mejor Lady Zarila, ya es tarde deberá quedarse, mañana temprano podrá ir a casa, que pase buena noche", dijo el rey y se dispuso a alejarse.

Lady Zarila se paró de la cama y fue abrazar al rey desde la espalda.

- "Porqué me alejas así, ¿te enamoraste de la princesa y dejaste de quererme?, sabes que te amo profundamente, que haría cualquier cosa por ti; majestad no me deje, por favor, no me deje", expresó Zarila aferrándose a la espalda del rey.

- "Lo siento Zarila, no quiero convertirte en una segunda esposa, mereces alguien que no tengas que compartir tu tiempo y...", dijo él rey, volteando y limpiando las lágrimas de la mujer.

- "Esperaba ser la única en su vida, es cierto, pero si compartirlo con ella, es la única forma que tengo para estar junto a ti, no me importa, por favor, acepte mi amor, jamás podré amar a nadie más", expresó Zarila y se dió vuelta, usó cada una de las palabras que le habían dicho Tesko que dijera.

El rey quiso acercarse a ella, pero optó por salir, en el camino se encontró con Tesko, quien lo acompañó a su habitación.

- "¿Por qué es tan difícil aceptar a Lady Zarila como segunda esposa?, mire el estado en que está su majestad después de verla, no entiendo su actitud", expresó Tesko mientras le servía una copa al rey.

- "Tu insististe que debía saber cómo era estar con una mujer, para que estuviera listo cuando llegara a casarme, trajiste a esas mujeres y sinceramente si bien es bastante exitante cuando todo acaba se siente tan vacío; muy diferente a cuando besaba a Zarila, no quiero complicarme más la existencia Tesko, tengo que cumplir mi deber de rey", dijo su majestad, para luego tomar la copa, que Tesko había preparado para él.

- "Puede cumplir su deber de rey y disfrutar como hombre, su majestad aún es inexperto, quizás por eso se sintió comprometido con la princesa Majic después de la noche de bodas; cuando se case con Lady Zarila descubrirá otras cosas, no se niegue a la posibilidad, solo piénselo, tome esta otra copa; lo dejaré descansar", expresó Tesko, miró como el rey bebia de la copa que le había dado, sonrió maliciosamente y salió de la habitación.

Minutos más tarde, Lady Zarila ingresó a la habitación del rey, estaba especialmente perfumada.

- "Lady Zarila, ¿qué hace usted acá?", dijo el rey sorprendido.

- "Quiero hablar un poco más con su majestad, por favor, quizás no pueda volver hacerlo, al parecer usted ya no quiere verme, y tampoco quiero incomodar a la princesa Majic, solo es una niña, concédeme solo unos minutos de conversación", manifestó Zarila, acercándose al rey.

- "Por favor Zarila, sal de acá, no es bueno para ti que eres una doncella, ni para mí que ya estoy casado, aunque sea el rey"; dijo el rey mientras se acercaba a ella, para abrir la puerta y se fuera.

Pero cuando estaba cerca de ella, percibió ese aroma, sus sensaciones se le alteraron, Lady Zarila lo abrazó.

- "Está bien, me iré", dijo Zarila haciendo como que se iba.

El rey al sentir el cuerpo de Zarila tan cerca, se sintió excitado de inmediato y la empezó a besar apasionadamente, Lady Zarila pretendió resistirse, Tesko le dijo que mientras el rey aún estuviera consciente, ella tenía que resistirse y ceder al mismo tiempo.

El rey había perdido cualquier freno posible, besaba y acariciaba a Zarila con pasión, y ella seguía entre que se resistía y aceptaba; en minutos el rey ya la había llevado a la cama, y le quitaba la ropa hasta quedar desnudos; ella trataba de fingir que todo era nuevo para ella.

- "Por favor su majestad recuerde que soy virgen...", dijo Lady Zarila, y fue lo último que escuchó el rey, antes de quedar inconsciente sobre la mujer que ha sido su primer amor.

Zarila quería sacarlo de encima suyo, pero era pesado y no tenía fuerza para lograrlo; de pronto apareció Tesko de la nada, sacó al rey de encima de la chica y lo acomodó en la cama. Luego se cortó un poco el brazo y dejó caer la sangre en las sábanas.

- "Esto es la virtud que él se llevó, quédate en la cama con él hasta que despierte; trata de llorar tanto que solo tus ojos digan todo lo que te dolió", dijo Tesko y desapareció del lugar.

Zarila lloraba, no por una falsa primera vez, sino por tener que llegar a ese punto para darle gusto a Tesko, ¿en verdad ese hombre la amaba?, se preguntó toda la noche hasta quedarse dormida en el lecho del rey.

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