CAPÍTULO 19

El viaje al hotel, fue muy aburrido, Mady no se atrevió hablar y Dylan estaba todo malhumorado y ofendido por mi vestuario, yo en cambio que solo quería divertirme un poco, he caído en un oyó negro de aburrimiento y malas caras.

Cuando el auto se estacionó frente al hotel abrí la puerta, rápidamente salí, luego saqué a Mady casi arrastras y me la llevé todo el camino, incluso ni cerré las puertas.

— ¿Qué está pasando?

— Mi hermano llego como una fiera, cancelo todo lo que hice para esta noche, y además a muchas de nuestra amigas, le cancelo.

— ¿A quienes?

— A Lucy, Brenda, Nancy, y Camil.

— Bueno, a Lucy y que se contacte con las demás, diles que nos vemos en el clud de Sammy a las 12.

— ¿Qué?

— No quieres ir.

— Sí quiero.

— Apúrate.

Claro que me iré de aquí, y disfrute mi noche antes de estar presa de este matrimonio sin sentido, incluso antes de decir que si, ya quiere imponerme cosas este viejo, no sabe con quien se esta metiendo.

Mady se alejó un poco hablar, mientras yo vigilaba, estaba segura que ese viejo Dylan, nos iba a seguir de cerca toda la noche, miré y mady, ya había colgado el teléfono, cuando me di la vuelta, ya estaba cara con cara, con el acosador.

— ¿cuál es la prisa?, me pregunto demasiado tranquilo para mi gusto.

— Ninguna, ¿por qué?

— Pareces querer alejarte de mi, ¿qué pasa?

— Estás en lo cierto, estoy que no te soporto, así que si me disculpas

Me agarro de un brazo y no me dejó avanzar, ¿qué le pasa a este tipo?

— ¿Estas molesta por qué te dañe tus planes?, ¿eres así de caprichosa?

— ¿No te gustan las mujeres caprichosas?

Le pregunté con toda mala intención, se acercó más a él, y me susuro al oído,

— Me encantan las caprichosas y rebeldes, como tú.

— ¿Eh?

Por suerte, en ese momento llegó Mady a salvarme, si no quien sabe que me hace este, parece un lobo hambriento tratando de comerse a caperucita, no te creas lobito, que esta caperucita no es idiota para dejarse comer fácilmente.

— ¿Pasa algo?

— Tú hermano me está maltratando, mira como me agrra de fuerte, una flor tan delicada como yo, siento magullada por un salvaje.

De inmediato de soltó, no vio venir esa, que también tengo talento de actriz, lo aprendí de la mentira de mi hermana, tanto años de convivencia, era justo que yo le aprendiera algo.

— Vamos Mady, entre más rápido cenemos más rápido me iré de aquí, llamaré a Jimmy para que nos lleve a casa.

Camine a paso doble con Mady agarrada del brazo, de verdad, voy a llamar a Jimmy para que nos lleve al Club claro que si.

Entramos por el lobby, derecho al salón de eventos, que estaba reservado, cuando entramos, no había nada, algo que no me sorprendió, estaba totalmente vacío, Mady, sin embargo, quedó pasmada de la impresión, al ver que todo lo que había hecho se había desaparecido.

— ¿Qué pasó aquí? Yo misma decore, con ayuda de algunos empleados por dos días y ahora no ahí nada.

— Eso debe ser obra de la tal Verónica, ella seguro una orde que le dio tu hermano, la puso a su manera y aquí está el resultado, lo siento mucho.

Mady estaba casi llorando, la pobre era la más sentimental de las dos, me acerque y la abrace, no quería que se sintiera mal por estas pequeñeces, sea como sea, cosas como esta no definen nuestra amistad.

— ¿Qué pasó aquí?

Mady se puso muy rabiosa, de despegó de mi abrazo y fue a la puerta donde esta su hermano.

— Yo trabaje mucho para que la despedida de soltera de Zara fuera divertida, que tuviera algo bueno que recordar de esta boda, ¿por qué lo destruiste todo?

— Mady, yo...

— Eres mayor, pero eres muy egoísta, solo piensas en lo que tú quieres, y no piensas en como los demás se sienten, siempre quieres controlarlo todo, y aun así todo se te va de las manos, Zara y yo somos jóvenes y nos gusta divertirnos, pero no somos malas chicas que hacen cosas malas, sin embargo, estas aquí arruinando todo.

Mady se puso a llorar a moco tendido, esta noche cada vez, está peor, la fiesta fue arruinada, y Mady esta llorando, que más puede salir mal, me le acerqué y acaricie su cabeza, le dije.

— Sé que trabajaste muy duro, y que te sientes frustrada, no te preocupes, lo mejor de esta boda es mi cuñada, ella es única en el mundo.

La abrace, hice lo posible para que se sintiera bien, Dylan estaba muy enojado cuando se fue, yo me quedé abrazada a Mady hasta que se calmo, había muy poco que hacer, solo ir al restaurante y cenar, beber un par de tragos en lo que llega la hora de uir al club.

— Vamos a cenar al restaurante italiano, quiero pasta con camarones.

— Una situación como esta, y solo piensa en comer.

— Claro, barriga llena, corazón contento, es por qué no comiste bien hoy, que estas tan irritable, vamos por esa cena.

La tome del brazo como si fuéramos pareja, y caminamos hasta el restaurante italiano, por suerte pudimos conseguir una mesa, este restaurante es muy popular, incluso personas que no son huéspedes del hotel vienen a cenar aquí.

Nos relajamos, le hice varios chistes malos a Mady, y su humor mejor, comimos, charlamos, y luego nos quedamos tomándonos unos trago, de un licor italiano de melocotón muy bueno, en todo eso, solo había pasado media hora, cuando el tiempo se quiere hacer lento.

— Hablemos.

Dylan había aparecido con su amiga la metiche Verónica, yo no le conteste, pero Mady si.

— ¿Sobre qué?, le respondió a su hermano cortante.

Verónica se apresuró a responder.

— Mady, fue una equivocación mía, Dylan me dijo que algunas cosas se cancelaban y yo entendí todo se cancela, así que limpie todo. Perdoname.

Mady se todomo todo de una sola vez, entonces le respondió.

— Mi hermano, es egoísta, lo sé muy bien, el siempre consigue estar cerca de mujeres manipuladoras y mentiras, lo peor es que el sabe como son esas mujeres, y las mantiene a su lado, por qué si ellas hacen daño a su familia a él no le importa.

— Esto ya es demasiado, ¿qué te pasa hoy?

Creo que debo calmar la situación entre Mady y el viejo Dylan, esto se está saliendo de control.

— Tú, vete, no necesitamos a la tercera rueda en los asuntos familiares, además tu excusa es tan falsa, solo un idiota de creería.

— ¡Tú!

Mady la fulmino con la mirada, entonces se fue.

— Siéntate, Mady tu hermano no lo hizo apropósito, así que perdonalo esta vez.

— Está bien. Pero no siento nada de lo que dije, mantengo mi postura.

Dylan no estaba contento, pero él sabía que se lo merecía por eso no quiso seguir con eso.

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