CAPÍTULO 17

— ¡Oye bajame!, ¡No me escuchas!

Me tiro como si fue un saco de papas en la arena, me dolio la caída, me levanté, y obvio que me le enfrente, ese vejete no me iba a intimidar.

— ¡¿Te volviste loco?!

— No me llamaste viejo, entonces dejame demostrarte lo viejo que soy.

Me agarro del cuello y me besos de una forma muy violenta, no me dejaba ni respirar, yo lo mordí, tan fuerte, que el sabor a metálico de la sangre comencé a sentirlo en mi lengua, no puso soportarlo y me empujo a un lado, me quedé clavada en el mismo lugar, ya que los tacos de mis zapatillas se había hundido en la arena, que locura, solo por qué le dije viejo, se a vuelto loco.

— ¿Estás loca?, Casi me arrancas un pedazo de la boca.

— Loco estas tu, solo por qué te dije viejo, actúas, como un loco, tienes que saber, yo nunca me dejo pisar de nadie, si intentas obligarme a algo, no me voy a dejar fácilmente.

Furioso dio unas vueltas en la playa, el auto estaba en la carretera, solo por una palabra se puso así, ya veo que este matrimonio sea real o falso no va hacer fácil, yo tengo mucho temperamento y Dylan también, en el fondo lo entiendo que emocionalmente esta tan descontrolado.

Me senté en la arena, estaba algo nublado así que estaba bien, la brisa del mar siempre me hace sentir paz, me preguntaba por la hora, Dylan dio un paseo largo por la playa, lo veía a la distancia parece que se estaba calmando, y quizás reflexionando, después de un tiempo me recosté en la arena, no se por que me últimamente me siento tan cansada y soñolienta, incluso he dormido horas, y sigo teniendo sueño, bueno quizás también tenga las emociones revueltas.

Cerré los ojos, y me quedé tumbada en el suelo, comencé a pensar que, tengo todo el pelo lleno de arena tendré que lavarlo, y la ropa que me pondré para esta noche, es ese disfraz de bailarina exótica que compré, pero no me lo puse por que es muy atrevido, creo que es hora de usarlo.

— ¿Qué haces en el suelo?

Abrí los ojos, estaba todo sudado, pero se veía mejor,

— ¿Te sientes mejor?

— ¿Te preocupas por mi?

Me pude de pie, me sacudí toda la arena que pude, me quite los zapatos y los tomé en una sola mano, entonces comencé hablar.

— Nuestra relación va hacer muy difícil, yo no soy de las que se dejan fácilmente, no me voy a rendir o doblegar a tu gusto, tengo personalidad propia, soy un persona razonable, pero no me gusta sentirme obligada. ¿Lo entiendes?

— Sí.

— Entonces vámonos.

Di la media vuelta y comencé a caminar descalzo hacia el auto, cuando salí de la arena en la parte rocosa de la playa era un poco difícil caminar, pero faltaba poco para llegar al auto, de pronto sentí que me elevaba en el aire, otra vez Dylan me estaba cargado, solo que en esta ocasión me cargo como a las princesa, y no como a un costal de papa, me llevo hasta el auto, abrió la puerta, me deposito sobre el asiento y luego la cerró.

Dio la vuelta, abrió la puerta, subió, cerró, encendió el auto y nos pusimos en movimiento, yo busque mi cartera que estaba tomada en el piso del auto, la abrí y saque el celular, miré la hora y ya eran casi las 5, el tiempo se fue volando, miré que tenias unas llamadas perdidas de Mady, le marque para atrás, el teléfono sonó una vez y me contesto.

— ¿Dónde estabas?

— Comiendo con mi futuro esposo.

— Oh, eso no lo sabía, ¿cómo te fue?

— Fue una comida arenosa, lo dije con cara de burla, mientras lo miraba.

— ¿Cómo es eso?, bueno me cuentas después, dime, ¿qué te vas a poner?

— Es una sorpresa.

— Que mala eres recuerda estar lista a las 8.

— Sí estaré lista, ahora me dirijo a la casa, hablamos luego, adiós.

Me recargue el asiento, ahora tenia que llegar, bañarme y prepárame para la fiesta, seguro va hacer una noche loca.

— ¿ Era Mady?

— Sí.

— ¿Van a salir esta noche?

— No sabes.

— ¿Qué cosa?

— Mady, me hará una despedida de soltera en el Hotel, incluso apartó todo un salón, irán algunas conocidas.

Se quedó en silencio el resto del camino, por suerte, encontré que llegamos rápido, cuando estacionó el auto frente a mí casa, mi primer instinto era tirarme de él, no se por que tenía esa necesidad, cuando me iba abrir la puerta, me agarro una mano.

— ¿Dime?

— ¿A qué hora es la fiesta?

— Dios preguntale a Mady, ¿qué es eso una investigación?

— No te enojes tantos, te pondrás vieja rápidamente.

Respire profundo, se que me esta provocando de nuevo, lo miré con ojos de fiera, entonces de un pronto me dio un beso en los labios, solo fue como un roce suave, nada como ese otro beso tan asqueroso.

— ¿Qué haces?

— No me vas a pegar o algo así.

—¿Eh?

No pensé en pegarle cuando me beso, quizás fue por la firma del beso, o por qué me agarro de sorpresa, me quedé pensando en eso, mientras lo miraba, cuando me di cuenta de lo que hacía, me heche para atrás.

— ¿Me puedo bajar ahora?

— Sí.

Abrí la puerta, me baje del auto, tomé mis zapatillas y mi cartera, cerré la puerta y camine hacia en interior de mi casa sin mirar atrás, supe que se fue cuando escuche el auto en movimiento, me apresuré a subir la escalera, pero fui detenida por esa mujer, que me dio a luz.

— ¿Qué te pasó?

— Nada que sea de tu interés.

— No tienes respeto por tus mayores, que me hablas en ese tono.

— El respeto se haga, ¿algo más?

— Tu sabes que Dylan no te quiere, el ahora wsta herido, pero después el perdonara, y entonces, ¿qué pasará contigo?

— Esperemos que el día llegue y se buscará solución, por el momento, me retiro primero.

Subí las escalera a toda velocidad, cruce el pasillo, llegué a mi habitación, abrí la puerta, y luego la cerré al entrar, enseguida me tiré a la cama, y comencé a pensar, ¿por qué no le di una bofetada al viejo Dylan?, esa era lo que estaba rondando mi cabeza.

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