Mi autoridad

Rose: ¿Que haces aquí?

Damaris: Son tierras de mi esposo, por ende me pertenecen a mi.

“Otra con ese mismo cuento”

Rose:No tengo tiempo para tus estupideces así que sal de mi propiedad.

Damaris: Una mujerzuela como tú no puede tener una propiedad así, entrégamela por las buenas.

Rose: Oh, la zorra Damaris hablando de zorras, ¿Que ironía no?

Damaris: Pronto me casare con Gabriel y tu saldrás de aquí, mi esposo no podrá contradecirme.

Rose: Permíteme reírme hermana, si mal no recuerdo yo sigo siendo la esposa de Gabriel.

Damaris: Se que no haz firmado los documentos de divorcio, por que no aceptas que ya lo perdiste.

“¿Yo no he firmado? Ayy Gabrielito que le haz dicho a esta mujer”

Rose: Pues no, así que está propiedad es mía y también donde tú vives, así que te largas.

Damaris: Tu no lo amas ¿por que no dejas que yo sea feliz con el?

Rose: Damaris se muy bien la clase de mujer que eres, tú al igual que mis padres aman es el poder y el dinero.

Damaris: Yo amo a Gabriel.

Rose: ¿Y él a ti?

Damaris: Por supuesto, nos amamos.

Rose: Claro… ya vete Damaris, no quiero que vuelvas a poner un pie en esta propiedad.

Damaris: La que debe irse eres tú,

la vi tratar de agarrar mi cabello pero ya aprendí la lección, a este perro no lo capan dos veces.

La tome de la mano y la lancé al suelo, ella solo gritaba que yo la estaba golpeando.

Los empleados llegaron, la estupida de Damaris seguía gritando y llorando, como sabrán mis empleados solo la observaban.

La tome del cabello y comencé arrastrarla hacia la salida de la propiedad.

Ella luchaba para que la soltara pero en verdad lo estaba disfrutando.

Una tropa de soldados llegó, ¿ahora estos que?

Damaris: Guardias por favor ayuda, esa mujer me ha golpeado, todos los presentes son testigos.

Los soldados se acercaron a mi, uno de ellos ayudo a levantar a Damaris.

Soldado: Señora Rose, somos soldados del general del Reino.

Damaris: Son de Gabriel, sabía que mi esposo me cuidaría, por favor arresten a esa mujer.

Damaris imponía sus órdenes, los soldados sólo la observaban.

Rose: ¿Que desean?

Soldado: El general nos envió para ser sus guardias personales, somos 20 en total que cuidaremos su propiedad y su integridad física.

Damaris: ¿Que? Es un error.

Rose: ¿Gabriel dijo eso?

Soldado: Así es señora, el general nos envió a cuidarla, nos dio órdenes de que nada le podía pasar.

“Vaya mi Gabrielito es una caja de sorpresas”

Rose: Pues agradezco mucho sus sevicios.

Soldado: Estamos a sus órdenes.

Rose: Bueno como primera orden, saquen a esa mujer de aquí.

Los soldados la tomaron del brazo y la sacaron de la propiedad, la escuchaba gritar que esto no se quedaría así.

Rose: Por favor que esa mujer jamás vuelva a pisar estas tierras, tampoco ningún Cambell.

Soldados: Como ordene mi señora.

Los hombres se iban ubicando por todo el terreno, trajeron sus tiendas de dormir.

Entré a la casa, todos me miraban con algo de intriga.

Rose: ¿Pasa algo?

María: Mi señora no tendrá problemas por haber lastimado a esa joven.

Rose: No me importa si los tengo, esa mujer ya me colmo la paciencia.

María: Sepa que la apoyamos, estamos con usted.

Rose: Gracias, ahora necesito un favor.

María: Claro que si.

Rose: Necesito más empleados de construcción.

Bernardo: ¿Un nuevo viñedo?

Rose: No, quiero lugares de descanso para los soldados, me aterra verlos dormir bajo esas tiendas.

Fernando: Ya mismo mi señora.

Pase al despacho, trataba de leer los documentos que tenía en mis manos, se que lo leí al menos unas 20 veces pero no entendí, mi cabeza estaba en la luna el día de hoy.

La taza de Gabriel estaba en el lugar, yo la tome y me serví un poco de té en ella.

Por un momento observaba por la ventana, a lo lejos se veia el lago, los recuerdos de Gabriel y yo a ahí me sacaban sonrisas.

Los empleados llegaron, Bernardo era el hombre más efectivo del mundo.

Les indiqué que es lo que deseaba, el soldado a cargo me veía con mil preguntas, quise que tuvieran un buen lugar de descanso, baños y comedores adecuados, también ordene construir una zona de esparcimiento para ellos y algunas empleadas que se encargará de su comida.

La construcción no estaba tan cerca a mi casa, quería seguir manteniendo privacidad los fines de semana, aunque ellos si estarán por aquí dando vueltas.

Los días fueron pasando, recibí una carta del señor Ramiro, al parecer estaba funcionando el bio insecticida.

Un día después de la carta llegó un ramo de flores realmente grande, no voy a negar que es hermoso pero prefiero ver las flores en su hábitat natural.

Traía una nota con ella “No existe rosas que se asemeje a tu belleza, espero al menos ser digno de compartir una cena de agradecimiento”

Deje la tarjeta junto a las rosas, por ahora lo mejor era seguír con mis pendientes.

Había llegado el viernes, todos comenzaron a marcharse, le tuve que explicar a los soldados que el fin de semana yo me quedaba sola, les ordene solo vigilar los alrededores, se que debían pasar cerca a la casa pero con una distancia prudente.

No se si Gabriel vendría hoy o no, prepare la cena, al ver el reloj vi que eran más de las 10 de la noche, supongo que no vendrá así que tape su comida y me fui a mi habitación.

Leí un par de capítulos de mi libro de vinos, el sueño se apoderó de mí así que le di rienda suelta.

Al despertarme sentí un invasor en mi cama, al darme la vuelta lo vi, Gabriel dormía a mi lado, una sensación extraña se apoderó de mi, sentía nervios tan solo con tenerlo a mi lado, era como si mi estomago se revolviera.

Trate de levantarme sin hacer ruido, Gabriel se movió un poco permitiéndome salir de su agarre.

Me aseé y baje a la cocina, lo mejor era hacer desayuno, me pareció extraño que el plato de comida de anoche estaba lavado.

Por lo visto llegó y se comió lo que le dejé.

Comencé hacer el desayuno, tuve que salir un momento por los huevos, pero antes de llegar me encontré con una sopresa.

El ramo de flores estaban en el bote de basura junto con la tarjeta, estaba arrugada.

Rose: ¿Que pasó aquí?

Volví a la cocina, Gabriel estaba sirviendo el café.

Rose: Buenos días…

Dije ingresando.

Gabriel se acercó y me besó la frente.

Gabriel: Buen día Rose…

Rose: ¿A qué horas llegaste?

Gabriel: Después de media noche.

Rose: ¿Por casualidad sabes que le pasaron a las rosas?

Gabriel se sentó a beber su café, traía consigo el periódico, sin ni siquiera mirarme respondió.

Gabriel: Las tire a la basura.

Rose: ¿Por que?

Gabriel: Sencillo, eres una mujer casada Rose ningún hombre que no sea yo, te puede regalar flores.

“Salió posesivo el señor”

Termine de hacer el desayuno, serví para los dos, Gabriel me veía de reojo.

Yo quería preguntarle por los guardias pero este hombre es tan complicado.

Rose: Tu mujer estuvo aquí.

Gabriel : Mi mujer siempre está aquí.

“Este hombre y sus respuestas”

Rose: Damaris estuvo aquí.

Gabriel: Lo se.

Rose: Me imagino que te contó que la arrastré por todo el lugar.

Gabriel: Se lo merecía, no esta bien que entre a propiedad privada.

Rose: Ella me dijo que yo no había querido formar los documentos de divorcio. ¿es así?

Gabriel: Rose, esa mujer puede decir mil cosas, no quiere decir que sea verdad.

Rose: ¿Cual es la verdad?

Gabriel soltó sus cubiertos, se limpió los labios…

Gabriel: La verdad es que tú eres mi esposa y así lo será el resto de la vida.

Rose: Gabriel debes dame más información, que impotencia es tratar de adivinar qué piensas.

Gabriel: Te pedí tiempo, dime si serás capaz de dármelo, si no es así creo que debo irme en este momento.

“¿Tiempo? Será que tiene un gran secreto que no puede revelar, ¿o será que llegado el momento podrá librarse de la zorra de mi hermana?”

Gabriel: Dime Rose, ¿Podrás confiar en mi y esperarme?

En este punto es lo mínimo que puedo hacer por el…

Rose: Está bien Gabriel esperaré, pero más te vale que tengas una explicación muy buena para esto.

Gabriel: Tema cerrado.

Rose: Una cosa más.

Gabriel: Rose…

Rose: Si mi hermana sigue dándome problemas ¿podré defenderme?.

Gabriel: Me decepcionarías si no lo haces.

“Ahora si que quede más perdida, a él no le afecta que yo lastime a Damaris, algo me dice que él no la quiere, aquí hay algo escondido”

Gabriel: ¿Cual es el plan para hoy?

Rose: Quiero ir a montar caballo un rato, deseo conocer todo lo que hay a mi alrededor.

Gabriel: ¿Salir?

Rose: Asi es, entiendo que tú no puedas acompañarme, no estaría bien que nos vieran juntos.

Levante todos los platos, pase alistar mi caballo, Gabriel supongo que se quedará revisando sus pendientes.

Justo cuando me iba a subir llegó Gabriel.

Gabriel: Ese caballo no.

Rose: ¿Por que no?

Gabriel: Es mejor el mío.

El sacó su caballo de la caballeriza, me extendió su mano.

Gabriel: Sube.

Me hice a su lado, me tomo de la cintura y me subió a su imponente caballo.

Cuando iba a emprender la marcha sentí que se subió detrás de mi.

Rose: ¿Que haces?

Gabriel: Voy contigo.

Rose: Pensé que no irías.

Gabriel: ¿Por que no querría?

Rose: Te van a ver conmigo Gabriel, quizás te traiga problemas.

Gabriel: ¿Problemas por estar con mi esposa?

Sentí como tiro de las riendas, el caballo comenzó andar.

“Se muy bien que no debía preguntar por qué se que su respuesta será, dame tiempo Rose”

La pregunta es ¿Cuánto?

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Comments

Neisa Velasco Mina

Neisa Velasco Mina

Estoy perdida, por otro lado siento que el esconde algo, no se ese pedir tiempo suena a algo grave o no se pero algo pasa lastima que la novela no la cuentan desde la perspectiva de el .

2024-04-30

1

Enriqueta Guevara

Enriqueta Guevara

tiempo aque y para que 🤔

2024-04-17

2

Graciela Angeleri

Graciela Angeleri

No entiendo xq pide tiempo??

2024-02-23

5

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