La tormenta

Busque una toalla para poder secar un poco mi cuerpo.

Gabriel me seguía con la mirada.

Rose: ¿Que haces aquí?

Gabriel: Perdón por venir sin avisar, solo quería saber cómo estabas.

Rose: Perfectamente

Los rayos cortaron la electricidad así que la casa quedó a oscuras.

Rose: Vaya tormenta.

Comencé a encender velas por todo el lugar.

Rose: La lluvia no se detendrá pronto, ¿quieres comer algo?

Gabriel: Esta bien.

Rose: Vamos a la cocina.

Saqué todos los utensilios para preparar la comida.

Gabriel: ¿Tu lo harás?

Rose: Así es.

Gabriel: ¿Rose no tienes personal de ayuda aquí ?

Rose: Si pero trabajan de lunes a viernes, los fines de semana estoy sola en casa.

Gabriel: Si no te alcanza para pagarles puedo ayudarte.

Rose: No, no es eso, por supuesto que me alcanza, tú me diste mucho dinero solo que me gusta el tiempo a solas y ellos merecen pasar tiempo con su familia.

Gabriel: Entiendo

“ Mientras hablaba Gabriel me observaba de arriba abajo”

Rose: ¿Que pasa? ¿Que tengo?

Gabriel: Tu ropa, ¿siempre vistes así?

“Entendí muy bien por que lo decía, era un pantalón lycrado y un mini top que de lógica no lleva nada debajo, si a eso le sumamos que estoy mojada y con frío. Pues entenderán que se me notan los pezones”

Rose: Si un par de horas en la mañana mientras hago ejercicio, llegaste muy temprano Gabriel a penas son las 7am.

Gabriel: ¿Cuantos empleados tienes?

Rose: Cuatro fijos, dos mujeres para la casa y dos hombres para el cultivo. También están los de turno, lo que están ayudando a cosechar.

Gabriel: Son muchos hombres, ellos te ven así vestida a diario supongo.

Rose: Si, cuando ellos llegan a trabajar yo vuelvo de hacer ejercicio.

Gabriel: Pueden tener pensamientos impropios Rose, quizás hablen de ti.

“Yo solo me reía por dentro, se ve tan bonito”

Rose: Gabriel ya todo el reino habla de mi, una cosa más no me afecta. Ahora espérame iré a quitarme esta ropa mojada, ya vuelvo y me dirás qué haces aquí realmente.

Le serví una taza de café y me fui a la habitación, me quite las prendas mojadas.

Hoy era sábado así que no me arreglaría mucho, solo me puse ropa interior y un camisa blanca larga de botones, subí un poco más mangas y baje descalza.

No encontré a Gabriel en la cocina, yo seguí con mi preparación, supongo que estará revisando el lugar.

Volvió al rato.

Rose: ¿Ya inspeccionaste todo?

Gabriel: Tu casa está hermosa.

Rose: Querrás decir nuestra, ya me enteré que no estamos divorciados, ¿me explicas qué pasó con eso?

“Lo vi sentarse se quitó parte de su traje, solo quedó con la camisa y pantalón, también estaba descalzo igual que yo, colocó sus taza de café ya vacía así que le lleve un poco más, le puse unas arepitas que se que le encantara”

Gabriel: ¿Que son?

Rose: Pruébalas.

Al principio las observó pero no dudó en darle una mordida.

Rose: ¿Que tal?

Gabriel: Me gustan.

Rose: Entonces come todas las que quieras.

Termine de hacer todo el desayuno y le serví, el solo sonría al ver el plato.

Rose: Come con confianza, no tiene veneno.

Gabriel comenzó a comer, parecía que no lo hacía desde días ya que devoró todo rápidamente.

Rose: La próxima vez te hare el doble.

Él llevó los platos al lavado, yo solo lo observaba, ¿a este que le picó?

La lluvia parecía que no iba a parar hoy, cada vez eran más los rayos que caían junto con muchísima agua.

Rose: Tengo que revisar unas cosas en el despacho ¿me acompañas?

Gabriel: Claro.

Entramos, serví te para los dos, saqué los documentos de las tierras y se los mostré.

Rose: Aquí no está el del divorcio.

Gabriel: Lo se.

Rose: Dime qué pasó, ¿por que no los haz radicado?

Gabriel: ¿Tienes afán?

Sentí molestia en esa pregunta.

Rose: Yo no, pero supongo que tu enamorada si, ¿acaso no se piensan casar?.

Gabriel: No esta en mis planes en este momento.

Rose: No te entiendo.

Gabriel: Estoy aquí por que quería saber como estabas, hace unos días me enteré que habías ido donde tus padres a pedir caridad, se que ellos te desheredaron, así que vine para implorar que me dejarás ayudarte, pero por lo que veo el rumor era falso.

Rose: No es falso, si fui a rogar por ayuda, también lo que dicen que me quitaron el apellido Cambell.

Gabriel: ¿Necesitas ayuda? Yo puedo dártela.

Rose: No Gabriel, ya me haz dado mucho, más de lo que merezco debo decir, si bien es cierto yo fui donde los Cambell pero fue una estrategia para que me quitaran el apellido, ya no soporto ser una de ellos.

Gabriel: ¿Lo planeaste?

Rose: Así es, fingí ser una abandonada, les dije que ellos tenían que ayudarme por que yo era una Cambell, por obvias razones dijeron que no, me firmaron el documento de expulsión.

Gabriel: Entonces eso fue lo qué pasó.

Rose: ese día cuando fui al registro me informaron que no podía tener un nuevo apellido, seguía siendo la esposa de Gabriel de Zenda.

Gabriel: Estoy un poco ocupado, por eso no he podido radicar el divorcio.

Rose: Está bien, se que casi no estás en casa, pero por favor no dejes que el tiempo pase, no quiero tener problemas con mi hermana.

Gabriel: Entiendo.

Ese día lo pasamos los dos en la casa, en la mañana estuve en el despacho atendiendo algunos asuntos, Gabriel era muy bueno en finanzas así que me ayudo, almorzamos los dos, en la tarde si estuvimos en la sala, la chimenea era la única luz que nos alumbraba, yo leía un libro mientras que él observaba por la ventana,

Gabriel: Me gusta este lugar.

Rose: Pues eres bienvenido, ven cuando quieras.

Gabriel: Vendré todos los fines de semana.

Rose: ¿Que? ¿Por que?

Gabriel: No quiero que estes sola, es peligroso.

Rose: No me pasará nada.

Gabriel: Aquí estaré.

Rose: ¿No cambiarás de opinión verdad?

Gabriel: No, ¿donde tienes el licor?

Rose: Está en ese gabitnete negro.

Gabriel: ¿Tomas?

Rose: Si.

El me entregó una copa de vino y se sentó a mi lado.

Gabriel: ¿Que lees?

Rose: Es un libro sobre de la producción de vino, quiero aprender para hacerlo muy bien.

Gabriel: ¿Quieres hacer tu propio vino?

Rose: Quiero hacer un viñedo, mi deseo es tener un negocio que me ayude a vivir por el resto de mi vida en esta casa.

Gabriel: Es un buen negocio.

Rose: ¿En verdad lo crees?

Gabriel: Así es, ¿puedo ser tu socio?

“Yo solo sonreía”

Rose: En este momento ya lo eres, por estar casados te pertenece la mitad de todo.

Sin pensarlo me recosté en su pecho, el paso sus manos por mi cintura, se que se estaba haciendo noche así que cerré mis ojos por un momento.

Ese momento termino cuando un rayo se escucho con gran estruendo, me desperté, al mirar la hora ya era mas de media noche.

Gabriel también se despertó.

Rose: Perdón, me dormí sobre ti.

Gabriel: No te preocupes.

Rose: Por lo visto es mejor que te quedes aquí a dormir, ¿quieres algo de comer?

Gabriel: Estoy bien.

Rose: Vamos, te dire donde puedes dormir.

Comenzamos a subir las escaleras, por lo visto hoy se acabará el mundo si sigue lloviendo así.

Rose: Puedes dormir en esta habitación, yo estaré en la del fondo, que descanses.

“Gabriel me tomó del brazo”

Gabriel: Dormiré contigo.

Rose: ¿Por que?

Gabriel: Le temo a la oscuridad.

Esto lo dijo sonriendo, Gabriel me llevaba casi a rastras hasta mi habitación.

Los dos nos metimos debajo de las sábanas.

Rose: Eres un mentiroso.

El se hizo en mi espalda, sentí como pasó su mano por mi cintura, me dio un beso en el cuello.

Gabriel: Buenas noches Rose.

Rose: Buenas noches Gabriel…

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