TERESA (CAP. 7)

Voy a la oficina de Pablo, en mi mente ya no es padre. Toco la puerta y al escuchar su respuesta, abro y entro.

- Padre, en una semana es mi cumpleaños y en dos mi boda. Quisiera un regalo adelantado de tu parte.

^ Que sea rápido.

Aprieto los puños y trato de calmarme.

- Quiero que me des una casa de cultivo. Más específicamente la de Colorado. No está tan lejos de Nebraska y me dará la distracción necesaria para llegar a esos días calmada.

^ Si quieres tómalo, pero anda después de tu boda.

- Precisamente por eso debo ir antes. Estoy que me pongo muy ansiosa y nerviosa, no vaya a ser que diga "no acepto", por el estrés.

Pongo una sonrisa tonta en mis labios y Pablo me observa detenidamente.

^ Está bien. Anda, pero regresas en 4 días.

- Gracias, Padre.

Debo arrancarme la palabra de la boca, con toda mi fuerza de voluntad. Me encantaría clavar la daga que acaricio en estos momentos en su pecho frío.

Alisto una maleta ligera, con solo ropa deportiva. Estoy terminando de empacar, cuando mi puerta es azotada en la pared al abrirse. No es necesario que vea quiénes son, ya lo sé.

> ¿Por qué te vas justo a pocos días de dos fechas importantes?

Gonzalo se acerca a mí y me cuestiona con las manos en la cintura. Me encantaría enseñarle modales.

- La próxima vez, no olvides tocar la puerta. Me voy porque quiero un respiro. Todo el desorden en la casa me volverá loca. Les traeré recuerdos.

Gonzalo me abraza y yo dirijo mi mirada hacia la puerta, con mi cabello dándome una cubierta. Veo a Regina apretar los puños, pero mantiene la sonrisa que siempre pone en mi presencia.

Me separo y pongo mi mano en su mejilla. Él se tensa un poco. Yo no muestro afecto, como "heredera" debía actuar sería, para que todos me respetarán. Que tontería, solo era para alejarme de todos. Pablo lo tenía todo bien pensado. Eso no me impide actuar antes de irme.

Me acerco a él y de reojo veo como Regina se va acercando. Debe creer que besaré a su chico. No, yo no quiero que mis labios toquen basura; pero eso no me impide fingir. Le doy una sonrisa que espero se vea tierna, ya que por dentro quiero matarlos a todos.

- Solamente estaré 4 días fuera. Mientras acomodan la mansión para mi cumpleaños. Sé que será difícil para ti estar tantos días sin besar mi rostro, como te gusta hacer, pero la espera tendrá su recompensa.

Lo veo girar su mirada a mi espalda, donde se movió Regina y luego la regresa a mí. Él pone su mano sobre la mía y con la excusa de entrelazar dedos, la quita de su mejilla.

Todas las señales están ahí. Estaba tan concentrada en creer su supuesto cariño, que no me di cuenta de nada más.

- Adiós.

Les digo sin dirigirles la mirada y salgo de mi cuarto. Nadie sale a despedirme, solo somos el chofer y yo.

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