CAPITULO 20: Pasión y viaje.

Los dos subieron a su habitación entre besos y caricias, cuando llegaron cerraron la puerta y sus cuerpos estaban ardiendo en deseo, Serena empezó a desvestir a Gerard y él hacia lo mismo con ella cada prenda tirada al suelo era aún más excitante para ellos pues cada vez estaban más cerca de llegar al placer carnal.

Poco a poco se fueron acostando en la cama Gerard hizo un camino de besos desde cuello hasta sus senos los cuales libero de sujetador e introdujo uno en su boca mientras con otro le daba un masaje con sus manos, cambio de seno y Serena no paraba de gemir eso excitaba aún más Gerard que siguió bajando hasta su abdomen bajado la delicada prenda de encaje que lo separaba del paraíso.

Al dejar a Serena totalmente desnuda pudo apreciar lo hermosa que es y se sintió aún más enamorado de la obra de arte que está en la cama en ese momento, se colocó entre sus piernas y empezó a devorar su monte de Venus y beber sus deliciosos jugos que eran para el cómo un néctar a la vida, la habitación estaba inundada por los gemidos de ambos, ya Serena no podía más.

Serena: Gerard ya no aguanto más.

Decía entre jadeos y la respiración entrecortada por el placer que él le daba.

Gerard: Dime que es lo que quieres mi amor.

Él sabía lo que ella quería, pero quería escuchar de su boca que lo deseaba tanto como a ella.

Serena: Te necesito dentro de mí, ya no aguanto más.

Gerard: Sus deseos son órdenes, mi señora.

Y así fue como él se terminó de despojar de su ropa y se posicionó en medio de sus piernas y la empezó a embestir, los gemidos de ambos no se hicieron esperar en la habitación que era testigo de dos almas que se deseaban con una pasión desmedida.

Serena tomo el control y se subió en él y con movimientos de cadera volvió loco a Gerard que gruñía del placer de sentir a su mujer de esta manera tan salvaje y eso le encantaba.

Así pasaron las horas y se terminaron durmiendo al amanecer con sus cuerpos agotados con tanto placer y así quedaron dormidos abrazados en un sueño profundo.

Se despertaron a la 12 del medio día con una sonrisa en sus labios mirándose fijamente.

Gerard: ¿Como amaneció mi hermosa esposa?

Serena: Feliz por la noche que me ha dado mi querido esposo.

Se dieron un beso y se levantaron a ducharse era tarde y tenían que ir a la espera pasado mañana se irían a Italia.

En la ducha desbordaron su pasión de nuevo sus cuerpos al igual que sus almas querían más del otro y ellos no le iban a negar a sus cuerpos ese deseó.

Se arreglaron y comieron el almuerzo antes de ir a la oficina.

Al llegar cada uno se fue a su oficina tenían mucho trabajo y poco tiempo.

Gerard al entrar a la oficina se encontró con su padre en su escritorio y ya sabía lo que diría.

Gerard: Hola padre, que te trae a mi oficina.

Nikolay: Bueno llame a tu secretaria temprano y me dijo que no habías llegado y como sé que no estaban de viaje me preguntaba que te hizo llegar tarde.

Gerard: Bueno, la cosa es que serena y yo decidimos darnos una oportunidad ya estamos casados así que por qué no intentarlo.

Nikolay: me parece maravilloso la verdad tener a Serena como nuera de verdad sería estupendo ella es una buena chica sé que estarías en buenas manos.

Gerard: Gracias papá es bueno contar contigo.

Nikolay: Siempre contarás conmigo hijo soy tu padre y te amo, te apoyaré en lo que esté en mis manos para que tenga la felicidad que tanto mereces.

El padre de Gerard salió de la oficina con una sonrisa después de todo unir a serena con su hijo había Sido lo mejor.

Pasaron los días y ya estaban listo para viajar a Italia dónde conocería al jefe de la mafia italiana y el más perjudicado en todo este asunto por qué lo quieren quitar del paso y eso es alta traición, Vladímir les dijo que posiblemente van a rodar cabezas delante de ellos y tienen que inmutarse ante estos momentos.

Vladímir: ¿listos para ir a Italia?

Serena y Gerard: Sí!

Subieron al avión que los esperaba y así es como se van a enfrentar a una nueva misión.

El viaje fue agotador, llegaron a una casa de la familia Petrov, era una majestuosa mansión con inmensos jardines y muchas fuentes de agua.

Vladímir: descansen por qué mañana en la noche veremos a Alessandro va a ser una cena en su casa y tenemos que ir vestidos impecables.

Gerard: tranquilo tío estaremos impecables y puntuales, sabemos cómo son los italianos me imagino que Alessandro no será diferente.

Serena: Si mañana iré y compraré un hermoso vestido para la ocasión.

Y así se fueron para sus habitaciones, mañana sería un día pesado y tenían que estar a la altura.

Al amanecer desayunaron juntos y cada uno se fue a hacer los arreglos para esa noche.

Serena: Bueno, señores me voy al la boutique para comprar el vestido adecuado y después al salón nos vemos esta noche.

Se fue dándole un pequeño beso en los labios a Gerard quien lo recibió gustoso.

Al llegar a la tienda Serena busco el vestido adecuado para esta noche, encontró uno adecuado, era un hermoso vestido negro estallado al cuerpo largo con varias piedras brillantes como diamantes y con la espalda descubierta era hermoso y elegante.

Después se fue al salón donde arreglaron sus uñas y cabello al terminar fue a comprar los zapatos a juego con el vestido y se marchó a casa.

La reunión era a las 8 de la noche y ya eran las 5 tenía que darse prisa, ya que la mansión a la que iban era a una hora de distancia de dónde vivían.

Al llegar se fue directo al baño lleno la nota y se dio un baño de espuma cuando no dañar su cabello. Al salir se secó y se puso una lencería negra sexy de encaje y se puso el vestido.

Ya estaba terminando el maquillaje cuando entro Gerard en un impecable esmoquin negro se veía muy guapo.

Gerard: Sin duda tengo a la mujer más hermosa del mundo y creo que voy a estar celoso de lo que te vean.

Decía juguetón mientras veía a su esposa terminar con el maquillaje.

Serena: Eso también lo puedo decir yo, puesto que estás de impacto y no quiero que te anden viendo.

Decía entre risas besando sus labios.

Gerard: Tranquila, yo soy todo tuyo, te tengo un regalo mi amor.

Serena: Que será.

Entonces Gerard saco una caja con un collar de diamantes y unos aretes a juego.

Serena: Guao!! Son preciosos, muchas gracias.

Le dio un beso y luego Gerard le puso el collar mientras ella colocaba los aretes.

terminaron de arreglarse y bajaron, ya Vladímir los esperaba y así se subieron al auto y tomaron camino a la casa de Alessandro Castelo.

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