Corazonada

Narra André.

Estoy yendo a la oficina que ese demente tiene aquí en su mansión porque me dijeron que quiere verme.

Eso es una forma amable de decirlo, ya que parece que fuera su maldita criada, no tiene ni un poco de modales o interés por ser educado, no entiendo como puede tener un hijo tan lindo y amable como Ritsu. Supongo que tener un padre así es la maldición de ese pequeño.

La puerta estaba abierta, así que llamé, aunque no hubo respuesta por lo que entré.

Me daba igual lo que sea que estuviera haciendo, pero el infeliz me atacó.

No es excusa, pero no esperé ser derribado de esa manera cuando fue él quien mandó llamarme.

Max: cuando te dije que podías pasar?

Sin duda el maldito tiene gran fuerza me cuesta respirar y me es casi imposible quitar su mano de mi cuello, después de un par de días parece completamente recuperado, así que no es tan fácil como la primera vez librarme de él.

Pero solo un idiota se quedaría sin hacer nada cuando intentan matarlo.

Logré darle un golpe certero en un punto bastante efectivo, y aunque el maldito se niega a quejarse sé que es efectivo porque me soltó y pude ponerme de pie.

—vete a la mierda maldito.

Max: sal de mi vista!! —su grito estaba cargado de furia y también de bastantes de sus feromonas, es por esto que agradezco que no me afecten, aunque hasta yo puedo darme cuenta lo fuertes que son.

No voy a esperar a que lo diga dos veces, llevo una semana aquí y creo que nunca había detestado a alguien como a este alfa endemoniado y bipolar.

—por supuesto que me largo, qué te jodan puto demente!

Matías: pudiste hablar con Max? —lo miré furioso, él fue el mensajero y por su culpa estoy tan cabreado.

Matías: volvieron a pelear? —lo veo rascar su cien y suspirar.

—la próxima vez dale algo a tu maldito perro. —estoy listo para irme pero...

Matías: a donde vas?

—a donde se me de la gana, o es que ¿no puedo?

Matías: creo que no es solo a Max al que hay que darle algo, no eres menos temperamental que él.

—no soy igual a ese tipo.

Matías: si eso quieres creer, sabes desde el día que te vi, noté que tienes la mirada de un demente que no le importa nada, lo que no sé es... ¿Que te contiene? —me molesta su comentario, sobretodo que crea que me conoce, no sabe una mierda de mí, o me molestas tal vez porque en el fondo sé cuanta ira albergo, pero solo ese tipo es capaz de hacerme estallar sin más.

—solo devuelvo lo que me dan.

Matías: iré a la ciudad, te puedo llevar si quieres.

—creí que no te agradaba, pero me hablas y te ofreces llevarme, ¿qué tramas?

Matías: no tienes que desconfiar de todo el mundo.

—y debería confiar en ustedes porque son muy honestos. —le disgustó mi sarcasmo, pero no dije más que la verdad, de todas las personas en las que puedo confiar él o su familia no es opción.

Matías: Max aún te necesita así que la orden de cuidarte está vigente, y yo jamas iría contra sus órdenes, pero si quieres caminar por horas a la salida...

—de acuerdo iré contigo. —todavía recuerdo la última vez que caminé fuera de aquí, es demasiado grande esta propiedad y la salida está muy lejos, lo seguí y subí a su auto.

Matías: y? ¿la viste? —su tono era más serio, sé de lo que habla, tal vez es la razón por la que ese tipo se molestó, pero no es mi asunto así que fingiré no saber de que habla.

—¿que cosa?

Matías: lo que Max oculta en ese lugar, ninguno de nosotros tiene permitido entrar, y estoy seguro de que no va ahí solo a trabajar.

—si quieres saber lo que hay ahí pues pregúntale o entra por tu cuenta.

Matías: me mataría si tan solo lo pienso, tu tuviste suerte supongo. —se dispuso a arrancar, pero yo caí en cuenta de algo, así que lo sujeté del cuello, me siento furioso por la sola idea.

—tu hermano de verdad me mandó llamar o ¿tú maldito infeliz me enviaste para saber que tiene en ese lugar?

Matías: ¿estuviste con él y no le preguntaste? —su tono cínico me molesta, además que se libró de mi agarre.

—no es como si no supieras que no se puede hablar con ese infeliz.

Matías: es cierto, pero aunque tenga curiosidad, no mentí sobre que Max te mandó llamar, me dirás que hay ahí?

—no vi nada.

Matías: eres un buen mentiroso, o por lo menos eso es lo que crees. —comenzó a conducir, y por el resto del camino no hablamos de nada, tampoco tenía interés en decir algo más.

Y aunque al principio intenté olvidar lo que vi, después de la insistencia de este hermano noté algo particular, en ese lugar no había ni un solo libro o nada que dejase ver que era un estudio menos una oficina, más bien era un tipo de ¿altar?

No sé quienes eran esas otras dos personas, pero a una de ellas la he visto y no está muerta, lo cual lo hace más extraño.

Sacudí mi cabeza, para dejar de pensar en ello, ya que ahora me pregunto si debería advertirle a esa persona, su vida podría estar en peligro, pero y si el hacerlo pone en peligro a Nay y mamá?

—detén el auto.

Matías: quieres quedarte aquí?

—si, tengo un compromiso y lo había olvidado —él se detuvo y yo me bajé, vía a April, Jamie y Ritsu del otro lado, ¿cómo pude olvidar que ella nos invitó a dar un recorrido por la ciudad?

Me crucé y los alcancé, ella se veía sorprendida y Ritsu vino conmigo soltandose de Jamie.

Jamie: pensamos que no vendrías nos dijeron que te fuiste con Matías. —me saludó con un poco de emoción.

—Solo me acercó a la ciudad —miré los alrededores, no vi ningún escolta como de costumbre cuando suelen salir o están en casa, eso no era bueno.

—este no parece el mejor lugar para divertirse y más si vienen sin escolta Jamie.

April: no te preocupes, mi gente está vigilando a lo lejos, estarán bien.

—tienen que estar muy lejos, ya que no los veo por ningún lado.

April: solo están pasando por personas normales, no te preocupes, saben hacer su trabajo —eso dice, pero no me da esa impresión, de todas formas si los dejaron salir así es que todo está bien o no?

Jamie: relájate Yari es de confianza, además a Ritsu le viene bien divertirse, con toda esa gente asfixiándolo no puede. —entiendo el punto, pero teniendo un padre como el suyo, la vida de este pequeño pende de un hilo siempre, no puedo evitar que me preocupe.

April: venir aquí fue su elección, así de mucho quería venir, pero si dices que no te parece seguro nos iremos.

—no soy quien para decirles que pueden o no hacer, aunque si todavía me puedo unir?, me gustaría acompañarlos. —vi a Ritsu asentir feliz.

Jamie: por supuesto, vamos. —no sé por qué estoy tan intranquilo, como si más problemas vinieran en camino, por si acaso, estaré alerta.

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