Somos hermanos

Adrián frotó sus ojos, no podía creer lo que estaba viendo. Él sabía que a su amigo le gustaba la muchacha que era su esposa, pero también pensó que debido a la amistad que los unía, Jackson jamás intentaría algo con ella mientras estuvieran casados, mucho menos en su casa, aunque la realidad era que él estaba casado con Flora, no con Camila(punto a favor de Jackson), además de que entre él y la muchacha solo hubo algún beso, bastante desesperado por cierto, pero nada más (otro punto a favor del pelirrojo).

-No, no puede ser- se dijo- voy a partirle la cara- agregó sintiendo que la furia lo consumía, estaba dispuesto a entrar y golpear a su amigo, pero se paralizó en el sitio en el que se encontraba, su cuerpo no respondía a las órdenes de su cerebro. Se pasó las manos por el rostro lleno de frustración, se apoyó contra la pared dejándose caer en el piso y sosteniendo la cabeza entre sus manos reconoció que esa mujer le interesaba más de lo que él hubiera querido.

Una lágrima cayó por su mejilla.

-Adrián, Adrián. ¿Estás bien?- dijo una voz, mientras su portador lo sacudía tomándole los hombros y al sentir aquellas manos Adrián, despertó.

Abrió los ojos con sorpresa, se los restregó, y cuando se dio cuenta de que había sido solo un mal sueño, sintió que el alma le regresaba al cuerpo.

Allí, frente a él se encontraba Jackson y junto a su amigo estaba ella, ambos lo miraban con preocupación. Adrián se incorporó en el lugar en el que estaba recostado y se dio cuenta de que no se hallaba dentro del automóvil sino en su cama.

-¿Qué pasó?- preguntó sin comprender cómo había llegado allí.

-El chófer le pidió ayuda a tu enfermero para traerte, luego de que te viera inconsciente en el asiento trasero del coche- explicó Jackson.

-Ya hemos llamado al médico para que venga a verte- intervino Camila, entonces Adrián desvió su mirada a la muchacha.

La observó detenidamente, pasó saliva con dificultad al darse cuenta de lo hermosa que era la muchacha.

-Yo... yo no recuerdo nada- expresó, aunque en su cabeza daba vuelta la imagen del beso que había visto, ¿o no?.

-Bueno, amigo mío. Yo había venido a compartir un momento en tu sala de cine con tu bella esposa, pero al parecer tendré que marcharme- dijo intentando sonar angustiado-, Ya que esta hermosa mujer- agregó tomando la mano de Camila, haciéndola sonrojar- tendrá que cuidar de ti.

-Oh, no. No creo que sea necesario- dijo Adrián.

-Eso lo va a decidir el médico, amigo mío.- replicó Jackson sonriéndole.

Minutos después el enfermero que asistía a Adrián ingresó a la habitación acompañando al médico que llevaba su caso. El galeno saludo a los presentes para luego pedirles que los dejaran a solas, y así poder revisar a su paciente con comodidad.

Camila y Jackson salieron de la habitación, quedándose en ella solamente Adrián, su enfermero y el médico. Pasaron aproximadamente unos treinta minutos cuando el galeno autorizó a la pareja a ingresar, les comentó que el desmayo de Adrián fue producto de la acumulación de estrés, siendo ocasionado por alguna razón o situación desencadenante. Todos se miraron sorprendidos, debido a que Adrián venía solo en el coche, y según el chófer no había hecho otra cosa más que recostar la cabeza sobre el respaldo del asiento.

-¿Pero, cual podría ser ese desencadenante si él venía solo?- preguntó Jackson con curiosidad.

-Probablemente, algún pensamiento que estuviera pasando en esos momentos por la mente de Adrián- respondió el médico, luego se despidió indicándole al hombre un par de días de reposo sin estar pendiente de sus negocios.

Jackson y Camila despidieron al médico, la muchacha lo acompañó a la salida dejando a los dos amigos solos.

-A mi sí vas a decirme que ocurrió- exigió Jackson sentándose en la silla ubicada junto a la cama donde Adrián descansaba.

-No lo sé- respondió este otro desviando su mirada.

-¡Ja, ja! Mira, Adrián- dijo el pelirrojo poniéndose de pie- Nosotros nos conocemos desde hace... ¿cuánto? ¿Más de veinte años?- indagó

-Veintitrés años- respondió Adrián.

-¡Guau! ¿Tanto tiempo hace que te aguanto?- preguntó Jackson rascándose la cabeza- Bueno... Al punto.

-Ya dije que no sé qué ocurrió, solamente recuerdo estar en el coche, cerrar los ojos y nada más.-repitió Adrián.

-Te conozco mucho, y sé amigo mío que recuerdas perfectamente que pasó- aseguró su amigo, observándolo de manera acusatoria.

Finalmente, Adrián suspiró profundamente, llevó sus manos a la cabeza y confesó.

-Vine durante largo rato pensando en tu cita con Camila- dijo agachando la cabeza, mientras su amigo le prestaba toda su atención- sé que ella te gusta, tú mismo me lo has dicho y bueno...me dije a mi mismo que como ella y yo no somos nada, no existía problema en que tuvieran algo.

Jackson lo vio alzar la cabeza y notó la vergüenza en su mirada.

-¿Qué más?- indagó el pelirrojo.

-Pues... cerré mis ojos y cuando desperté me hallaba entrando a la casa- explicó el muchacho.

-Pero... eso no es posible, te trajeron del coche inconsciente.- acotó Jackson.

-Lo sé, al parecer era solamente un sueño- agregó Adrián pasando la mano por su cabello- pero pareció tan real que terminé apoyado contra la pared con las manos en mi cabeza, lleno de angustia y pesar.

-¿Y qué fue exactamente lo que soñaste?- preguntó su amigo.

- Llegué a la sala de cine, oí sus voces y risas- Jackson asentía con un movimiento de su cabeza ante el relato- pero de pronto dejé de oírlos, me sentí muy nervioso, me propuse no entrar, pero contrario a eso, lo hice.

-¿Y...no te gustó lo que viste, verdad?- preguntó él pelirrojo, Adrián negó con su cabeza- ¿qué viste?, o mejor dicho ¿qué soñaste?

-Qué tú y ella se estaban besando- respondió Adrián avergonzado-¡Pero, no te preocupes, fue solamente un sueño!- intentó ocultar sus sentimientos- Yo entiendo que a ti te gusta ella y tienes todo mi apoyo para conquistarla- le dijo aunque en su interior sentía que moría al decir esas palabras- Nosotros ni siquiera estamos casados, mi esposa es Flora, no Camila.

El silencio se hizo pesado, Adrián se sentía pésimo, pero Jackson era su amigo y ante todo estaba la felicidad de sus seres queridos y si la felicidad de Jackson era "su esposa", él estaba dispuesto a aceptar las circunstancias.

-¡Ja, ja, ja!- se oyó la risa de Jackson y Adrián lo observó desconcertado- ¡Lo sabía! Sabía que tu esposa te gustaba, pero sinceramente no pensé que tanto.

-¡No!- exclamó Adrián- Bueno, sí. Me gusta pero ya te dije que me voy a hacer a un lado.

-Ok- dijo Jackson- Muchas gracias, amigo. Creo que voy a aceptar tu sacrificio, voy a conquistar a esa mujer- agregó observando con atención el rostro y las reacciones del cuerpo de su amigo- la voy a enamorar, voy a llenarla de amor hasta hacerla absolutamente mía.- Adrián tragó saliva, la confesión de Jackson no hacía más que confirmar sus sospechas, así que él ya no tenía nada que ver en el asunto, respiró pesado y suave intentando calmar su corazón, sentía angustia en él, una carga pesada sobre sus hombros y hasta ganas de llorar como un niño cuando pierde algo muy importante.

-Buena suerte, entonces- le dijo cerrando los ojos.

-Muchas gracias- dijo el otro- Pero quien va a necesitar suerte eres tú.

-¿Yo? ¿Por qué?- preguntó Adrián.

-Por qué la vas a necesitar para conquistar a tu esposa- respondió Jackson poniendo una mano sobre el hombro de su amigo- Es cierto que es muy bonita

-Es hermosa- le interrumpió Adrián.

-Sí, es hermosa. Pero puedo asegurarte que entre ella y yo solo habrá amistad, por qué aunque te cueste aceptarlo, esa mujer, es tu mujer.- dijo Jackson.

-No, ella y yo no somos nada. ¿Acaso olvidaste que en los papeles me casé con Flora?- le recordó Adrián.

-Lo sé, pero ¿Acaso hay algo imposible para el gran Adrián Lewis?- indagó Jackson con una media sonrisa en sus labios.

-Pero tú, ella... ella te gusta. Yo no quiero interponerme entre ustedes.- afirmó Adrián.

-A ver amigo si entiendes algo... Si de verdad me gustara no la hubiera invitado al cine en tu casa- explicó el muchacho.

-Pero me dijiste...- dijo Adrián.

-Todo lo que te dije fue porque me di cuenta de que te gustaba, y que ni siquiera te dabas cuenta.- replicó su amigo- Planeé la cita con la intención de cancelar a último momento por algo urgente y con todo listo no te iba a quedar otra que acompañarla.

-¿De verdad?- indagó Adrián casi sonriendo.

-De verdad- respondió Jackson- ¿Acaso tú y yo no somos hermanos?

-Lo somos- afirmó Adrián.

-¿Qué hubieras hecho tú, si te das cuenta de que me gusta una mujer, pero yo no lo veo?- preguntó el pelirrojo.

-Si veo que la muchacha te conviene. Intentaría por todos los medios hacerte entrar en razón- respondió Adrián.

-Eso mismo fue lo que yo hice- acotó su amigo- Ahora me marcho, descansa e intenta conquistarla- agregó dirigiéndose a la puerta, al abrir Camila se hallaba frente a ella dispuesta a tocar para entrar- Nos vemos amigo, que tengas bonita noche, Camila- dijo finalmente mientras la muchacha pasaba a su lado, quedando él detrás de ella, le guiñó un ojo a Adrián y movió sus labios deseándole suerte.

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