LA CASA

Álvaro quedó en silencio mirando a su hijo y después a Rosa Angélica, estaba en un dilema, no sabía que hacer, pero pensó que prefería perder la empresa porque la podía levantar de nuevo, pero la vida de su hijo no la recuperaría si le llegara a pasar algo, sabía que no podía estar lejos de él porque se enfermaba; le dijo a su padre que le diera tres días para solucionar algo importante y poder regresar, le pidió a su padre que no se preocupara porque iba a resolver el problema de la empresa.

En ese momento movió contactos para la prueba de ADN, sacar la visa y pasaporte del niño, Rosa Angélica y sus padres, todo tenía que estar listo antes de los tres días.

Efectivamente, al día siguiente ya tenían la prueba de ADN donde confirmaron que Jonier y Álvaro eran padre e hijo, el mismo día fueron con la documentación en regla para el registro del niño donde figuraba Álvaro como padre, solo faltaba las visas y pasaportes que serían entregadas al día siguiente, Álvaro movió influencias para conseguir todo, aunque tuvo que pagar una suma de dinero considerable, eso no le importaba, mientras fuera para estar feliz con su hijo y su mujer, incluidos los suegros.

Llegó día de viajar a España, las maletas ya estaban en el carro, pero Rosa Angélica sentía nostalgia porque se iba a un país desconocido para ella y su familia, ella sabía que era lo mejor por su hijo y sus padres, más por el estado de salud de su mamá; Álvaro se acercó a ella y le dijo que era lo mejor, allá iban a tener todo, que el se iba a encargar de la cirugía de Rina, la iba a llevar a la mejor clínica de España.

Jonier era el más feliz, su padre le había dicho que se iban con él en un avión grande solo para ellos, el niño estaba emocionado porque quería ver como era ese avión.

Rosa Angélica y Álvaro miraban a su hijo feliz, ella estaba segura que había tomado la mejor decisión, todo por la felicidad de su hijo y la de ella junto a Álvaro y sus padres.

Al llegar al avión Jonier saltaba de emoción al ver lo inmenso que era, Álvaro lo tomó de la mano y subieron todos, Rosa Angélica también quedó impresionada al igual que sus padres, ellos no pensaban que el tuviera tanto dinero.

Cuando llegaron a España en el aeropuerto lo esperaban tres hombres vestidos de negro que de inmediato recibieron ordenes de de su jefe de seguridad, Rosa Angélica y sus padres solo observaban, los hombres los escoltaron hasta un carro blindado, al llegar otro grupo de hombres saludaron a Álvaro y su jefe de seguridad, Rosa Angélica no entendía porque tanta gente de seguridad, ella en sus pensamientos:

ROSA: ¿qué será a lo que se dedica este hombre? ¿será que hice bien en venir? hay Dio mío, por favor protegenos, no nos abandones por favor.

Subieron al carro y ella se dió cuenta que seguían al del jefe de seguridad que iba con los demás hombres, pero también se dió cuenta que detrás de ellos iba otro carro igual al que ellos seguían, ella no pudo más y le preguntó.

ROSA: ¿porque vamos en medio de dos camionetas? Y.. ¿porque tanta seguridad?

ÁLVARO: tienes que acostumbrarte a esto, de ahora en adelante va a ser así, para donde vayas vas con seguridad al igual que tus padres.

ROSA: ¿pero porque? nosotros no tenemos nada que cuidar.

ÁLVARO: porque es mejor prevenir, en el mundo de los negocios no sabemos quien nos traiciona, y quiero cuidar bien de ustedes, no te preocupes que es solo prevención, y si tienen que cuidar y mucho.

ROSA: esta bien.

Los padres de ella observaban por la ventana la ciudad, pero también escuchaban la conversación de su hija con Álvaro, ellos nunca se imaginaron que el padre de su nieto tuviera tanto dinero, ellos siempre pensaron que había sido un hombre sin sentimientos que se había aprovechado del estado en el que se encontraba su hija.

Al llegar a la casa Rosa, sus padres y Jonier quedaron sorprendidos, era una gran mansión, Jonier emocionado por lo grande le dijo a su padre:

JONIER: ¿papá, esta casa grande es tuya?

ÁLVARO: si, y también es tuya, de tu madre y tus

abuelitos, todo esto es tuyo mi rey.

ROSA: Gracias, pero me parece muy exagerada para nosotros.

ÁLVARO: no, está bien para nuestro hijo, para todos, yo vivo aquí.

ÓSCAR: yo creo que me voy a perder en esa casa, voy a tener que ponerme un localizador para que me encuentren.

ÁLVARO: ja, ja, ja, no creo que se pierda, los empleados siempre están dando vueltas y creo que se acostumbrará, vamos para que la conozcan por dentro, si se pierde sabe que todos estamos dentro.

Ellos entraron a la casa y quedaron aún más sorprendidos por lo grande y lujosa que era, a Rosa Angélica le preocupó su hijo, no quería que fuera a partir algo, ella no se quedó callada y dijo:

ROSA: me da miedo que el niño parta algo, todo se ve que cuesta mucho dinero, es muy lujosa.

ÁLVARO: no te preocupes que rompa algo, es mi hijo y puede hacer lo que quiera, lo importante es que no se haga daño, tranquila no te preocupes por nada, todo lo que aquí hay es de ustedes.

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