capítulo 4.3

No entendí lo que avía pasado así que solo me encogí de hombros y entre en la otra habitación que me avían prestado y me quedé dormido.

“Vamos tenemos que irnos al refugio”

“Si ya voy, pero deja de gritar lo vas a despertar”

Ese tipo de voces y uno que otros ruidos se podían escuchar, lo ignore y trate de volver a dormir, más el azotar de una puerta me lo impedía, me levante rascándome los ojos y me ponía el saco como los zapatos y acomodaba los cuchillos en la espalda. Al estar listo salí del cuarto yendo a la cocina paro tomar un vaso de agua. Al ya estar más despierto fui a tocar la puerta de los dueños de la casa.

“toc, toc, toc”

“toc, toc, toc”

No recibí respuesta alguna, así que abrí la puerta para verla hecha patas arriba. Inmediatamente me puse en guardia revisando cuidadosamente los alrededores más no pasó nada. Entonces salí de la casa para ver si estaban fuera más no se podía ver nada ni a nadie por el simple hecho de que aún era media noche. Algo confundido comencé a caminar por los alrededores para ver si podía ver a alguien, pero dudaba que estuvieran despiertos a estas horas.

Con ese pensamiento en mente empecé a regresar a la casa cuanto eso sucedió.

Una gran masa de niebla espesa comenzó a rodear todos los alrededores cubriendo cada casa y cada rincón donde se posaba esta neblina, antes de que siguiera avanzando se detuvo unos metros delante de mí como si se negara en continuar. Yo aún con la guardia alta estire mi mano a mi espalda tratando de tomar uno de mis cuchillos cuando una voz me detuvo.

“jijijiji, veo que alguien ha entrado a mis dominios jijijiji” dijo una voz aguda de un hombre mientras se reía como una llena.

“quién eres muéstrate” respondí con una línea cliché, pero a mi defensa era la único que se me vino a la mente.

“jijijiji No sabes lo que les pasa a quienes entran jijijiji” volvió a decir mientras se reía, me comenzaba a molestar con su risa.

“Muéstrate de una vez” dije mientras maldecía para mis adentros las líneas cliché.

LA persona que salió entre la niebla era un hombre con una sonrisa burlona plasmada en su cara tenía rasgos muy normales, más sus ropas eran algo extravagantes como si fuese algún aventurero famoso. Detrás de él igual saliendo de la niebla se podrían ver a cinco mujeres las cuales no tenían vida en sus ojos. Yo me quedé parado aun estirando mi mano más lento a la espalda, cuando un escalofrío recorrió mi espalda. Inmediatamente me hice a un lado, cuando regresé la mirada ay se encontraba otra mujer con una espada atravesando el piso.

Miedo me dio el no hacer caso a mis instintos. Entonces la mujer sacó su espada y corrió en mi dirección con la punta de la espada de frente. Me congelé por un momento hasta que recordé una de las clases de defensa personal en la escuela. Así que gire para que la espada no me golpeara tomando la cabeza de la chica y dirigiendo su impulso al suelo dejándola caer.

“Qué crees que les estás haciendo” esta vez el hombre grito con rabia en su voz ya sin su estúpida risa.

“Lo mismo te pregunto atacando de la nada” Le respondí con voz fuerte sin gritar

El no respondió y con odio en su mirada comenzó a mover su mano en mi dirección cuando el hacía eso la chica que tenía sometida en el suelo comenzó a levantarse y tratar de liberarse de mí. Algo se me vino a la mente y concentré la mirada en la chica y pude ver pequeños hilos aferrándose a ella, cada uno de ellos en una extremidad.

“Como lo supuse” dije sacando un cuchillo y cortándolos e inmediatamente la chica dejó de luchar y callo desmallado.

“IMPOSIBLE, porque la aparta de mi lado” dijo comenzando a hacer un berrinche por perder a una de sus marionetas.

Yo solo me encogí de hombros. Tome a la chica de los brazos y la tire detrás de una casa ya que pude sentir el flujo mágico corriendo en su dirección y como la espere una bola de fuego se comenzó a juntar en las manos de las otras chicas. Mientras estaba cubierto tras la pared la cosa de biblioteca empezó a brillar.

“Creo que no es el momento” dije mientras lo sacaba y lo estiraba en forma placa.

“Desviado detectado

Nombre: desconocido

Título: Burattinaio

Objetivo: Matar”

“Eso explica algunas cosas” dije mientras sonaba la explosión y salía de la pared. Cuando salí me recibió una flecha tirada desde lo alto de un edificio la cual casi me daba.

“Vas a morir en agonía jijijiji” volvió a decir el titiritero con su risa fastidiosa mientras movía sus manos en la dirección de la arquera más las otras se quedaron inmóviles o eso pensé.

Cuando empecé a correr en su dirección otra chica encima de un techo lanzó un cuchillo en mi dirección el cual yo respondí lanzando un pedazo de madera que encontré en el camino. Mas una flecha paso a mi lado. Y ahora era la chica de la magia quien estaba juntando magia de nuevo. Pero la chica de los cuchillos estaba quieta y la del arco aún disparaba, eso me dio una idea.

Seguí corriendo en la dirección del tipo cuando una bola de juego fue directa en mi dirección seguí corriendo hasta el último instante y rodé para un lado escondiéndome justo debajo de la casa donde se encontraba la chica de los cuchillos.

“Jijijiji se cree un héroe y no logra superar algo tan simple” dijo el de la risa de llena.

Entonces la chica salto del edificio justo delante de mí, saliendo de la sombra la tome por la boca tapándosela y llevándola despacio al suelo. Con mi cuchillo corte una vez más los hilos que la sostenían, al igual que la anterior perdió la conciencia. La cargué en la espalda y la llevé junto a la otra sin que me pudieran ver.

Me asome poco en la esquina de la casa viendo como el tipo se acercaba en mi dirección con toda la arrogancia que se podía y las últimas dos chicas estando a su lado. Rodé la casa para que cuando el llegase no me viera entonces se agacho cerca de las dos mujeres saco una daga de su cintura.

“No me sirven quienes se van con alguien más” decía el tipo sin su risa fastidiosa.

Sin querer perder un solo instante subí al techo de la casa llegando a la esquina tomando un cuchillo y lanzándolo en su dirección. Fue volando lentamente y se clavó en el hombro que tenía levantado.

“aaaauuugh” comenzó a gritar desesperadamente así con la valentía que me quedaba salte del techo antes de que volteara cayendo en el suelo rodando en él y enterrando el otro cuchillo en su espalda.

“POR qué” fue lo que trato de decir antes de que enterrada una vez más en cuchillo en su corazón. Al mismo instante las otras tres chicas se desplomaron al ser liberadas.

En ese momento recordé lo que acababa de hacer y el remordimiento como la tristeza invadieron mi mente, lo único que pude hacer fue caer sobre mis rodillas sosteniéndome la cabeza. Después de un rato de estar reflexionando me levante mirando el cuerpo una vez más y dar una oración. Al hacer eso una luz salió del cuerpo tomando forma de la misma persona, también en ese instante un agujero rodeado de cráneos con los ojos rojos y prendidos en fuego se formó, sacando manos atreves de él estirándose a donde estaba la figura de esa persona rodeándolo y tirando dentro, de él agujero. Cuando se cerró una pequeña rosa negra quedó en su lugar.

Yo aun sorprendido por la escena me acerque a la rosa para cortarla ya que nunca avía visto una así. La corte sin ningún problema, y la puse en mi bolsillo del saco que traía. Me di la vuelta para atender a las demás chicas cuando una puerta de un color completamente oscuro apareció de la nada enfrente mío. Algo sorprendido di unos pasos atrás tomando una daga en mi mano y dejando la otra libre. Al no ver respuesta alguna de la puerta me acerque para abrirla cuando por si sola se habría dejado ver a una persona parada del otro lado con un manto blanco tapándose la cara y el resto del cuerpo.

“Tú quién eres, te manda Mictla” confundido le pregunte aun sin bajar la guardia

“……” solo el silenció fue la respuesta, cuando estuve a punto de cuestionarlo nuevamente el estiro una carta sellada en mi dirección.

Aun confundido la tomé y la volteé a ver, era un sobre normal de un color blanco sellado con será negra, no tenía remitente más solo de me ocurría una persona que aria esto. Apartando mi vista de la carta para preguntar de quien era ya no se encontraba nadie.

“Creo que ya se lo que es” susurre mientras abría la carta.

Lo que decía la carta fue lo siguiente

“Querido Zeia soy yo tu amigo Mictla, no sé si me estés escuchando que lo dudo ya que es una carta jaja. Bueno dejando eso de lado te felicito por acabar con un desviado al que le conocía como el titiritero. Ay varias cosas que quiero explicarte, en primero sería que cada vez que acabes con uno de ellos vas a aprender una magia única que ellos controlaban al recoger la rosa que queda, eres libre de ocuparla como te plazca. El segundo sería que no sientas pena por esas personas suelen hacer cosas peores y merecen todo eso por algo te elegimos a ti. Y creo que eso es todo así que mucha surte” al terminar de leerla esta misma se prendió en fuego quedando en cenizas que se llevó en viento.

“¿Conque nueva magia eh?” dije mientras tomaba una vez más la rosa en mis manos.

“Solo me pregunto el por qué no me dijo como hacerlo” me queje casi en voz alta.

Seguí examinado la rosa en mi mano, pero sin entender cómo funcionaba la guardé y volví a ver a las chicas para ayudarlas. Así que lo icé las fue arrastrando una por una dentro de una casa que también estaba vacía por alguna razón. También tape el cuerpo con una cobija por modales más que por otra cosa.

“Creo que eso fue todo” decía mientras estiraba los brazos y bostezaba ampliamente por todo el cansancio acumulado.

Así que entre dentro de la casa donde me alojaba y me tire en la cama sintiendo una pequeña pulsada en el pecho. Lo ignoré y me dispuse a dormir.

A la mañana siguiente ruidos fuera de la casa me despertaron, así que me levante tallándome los ojos con cansancio y saliendo del cuarto.

Por alguna razón sabia como ocupar y manipular los hilos de magia, pero aún tenía demasiado sueño como para concentrarme salí y tomé un vaso de agua y decidí salir de la casa para una caminata ligera y estirar el cuerpo. Al abrir la puerta un tumulto de gente estaba por todos los alrededores hablando entre sí y abrazando unos pocos soltando lágrimas aquí y allá.

Me quedé perplejo por unos instantes cuando una voz grito en mi dirección.

“Ay esta” dijo un hombre apuntándome con el dedo

Yo por reflejo cerré la puerta con toda la fuerza que tenía. La gente del otro lado comenzó a gritar cosas que no logré entender por tanto ruido. Algunos intentaron abrir la puerta la cual estaba sosteniendo con toda mi fuerza. Así estudiemos forcejeando cuando una voz muy fuerte de una mujer grito.

“Ya basta lo están confundiendo” Después de ese imponente grito la gente comenzó a calmarse y dejar de gritar y empujar.

También dejé de poner fuerza, pero sin apartar las manos cuando tocaron en ella.

“Toc, toc, joven Zeia somos nosotros Ernesto y Beca” Al escuchar mi nombre y el de los dueños de la casa abrí poco la puerta dejándolos pasar.

“Me alegra que estén aquí, ¿saben por qué la gente está actuando así?” pregunte nervioso y algo asustado de lo que fueran a decir.

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