Advertencia

Loana sostiene en el aire a Loraine quien se toca el cuello tratando de quitar la presión que ejerce la fuerza invisible que genera la bruja con su magia.

- Te lo advertí, te dije que dejaras a mi macho en paz, pero te haz hecho la sorda - la voz de Loana se oía escalofriante, como si varias mujeres hablaran al mismo tiempo.

- Pi... e... dad por... fa... vor - apenas si podía hablar.

- Amor, déjala, yo creo que ya entendió que no debe intentar nada conmigo - medió el joven lobo.

Loana la soltó, y ésta cayó como un costal de huesos en el piso.

- Maelok, se que estás aquí - habló la bruja - espero que te des por vencido, entiende que no llegas a ser ni la mitad de poderoso que yo - frente a ella aparece el atractivo brujo - este macho de lobo es mi destinado, así que cuidado con lo que haces.

- Serás mía, también tu poder y este cachorro nada podrá hacer - el gruñido del lobo se oyó bastante fuerte - no es más que un niñato y tú necesitas un macho de verdad.

- Él - señala a Claude - Es un macho de verdad, es mi macho - el lobo se le hincha el pecho de emoción y amor por su brujita - Él es todo lo que quiero, todo lo que necesito, porque lo amo.

Claude se acerca y rodea con su brazo la cintura de su hembra. Loraine siente entonces la culpa por lo que estuvo a punto de hacer, ella solo es una tonta humana que aspiró muy alto y quiso romper lo que la diosa de ellos dio como designio.

- Yo... - dice todos la miraron - siento todo lo que he causado - sus lágrimas se desbordaron sin remedio - he sido egoísta.

Salió corriendo del lugar sin rumbo fijo, sus ojos empapados en lágrimas no dejaban ver mucho hacia dónde se dirigía. El brujo sintió una punzada de remordimiento por haber utilizado a la tonta humana. Todo pasó demasiado rápido, Loraine sin darse cuenta corrió hacia la calle y un auto venía a gran velocidad, tanta que no dio tiempo de que el conductor frenara y la pobre mujer quedó expuesta esperando el golpe que parecía ser inminente. Cerró los ojos lo más fuerte, esperando el final de su vida. Esto debía ser aquello que llamaban karma y por supuesto, la diosa que unió a esa pareja seguramente se estaba vengando por lo que ella intentó hacer. Esperó el golpe que le daría fin a su existencia, pero este nunca llegó.

- Eres una irresponsable humana tonta - la reprendió el brujo quien la sostenía en modo princesa, suspendidos ambos en el aire - voy a tener que cuidarte para que no cometas más torpezas.

Habían pasado tanto tiempo juntos, planeando su estrategia en contra de la parejita, que él pudo apreciar a una Loraine despreocupada que caminaba a pie descalzo y bailaba mientras preparaba alimentos o hacía cualquier otra actividad. La profesora no era mala persona, solo una chica que fue rechazada por su apariencia física. La había visto sin una gota de maquillaje y llegó a preguntarse, cómo era posible que la hayan rechazado si su belleza era por demás maravillosa.

La humana tenía su nariz incrustada en el pecho del brujo, cosa que extrañamente la hacia sentir segura. Loana sonrió por lo percibido, ese par de tontos se habían enamorado y ni siquiera se habían dado cuenta por estar pensando en estupideces.

- Maelok, deberías por una vez en la vida dejar de ambicionar lo que no te pertenece y valorar lo que la diosa te está dando - los ojos de la bruja apuntaban a la pequeña chica en brazos del brujo - más te vale que dejes de pensar en mí y analizar tu entorno, no vaya a ser que la pierdas - la sola idea de no poder ver más a esa pecosa humana, no le gustó para nada - eres bastante poderoso ¿qué harás con tanto poder cuando no la tengas a ella?