No quiero problemas

Julia estaba que quería arrancarle los ojos a la nueva estudiante, habían pasado tres semanas desde su llegada y Claude, pasaba más tiempo con ésta que con ella que es su novia. Lo había pensado bien y la pondría en su sitio, no iba a permitir que esa intrusa le robara lo que es suyo, aunque la pobre desconoce la naturaleza de estos dos y del lazo que los une para toda la vida.

La pelinegra entra a la biblioteca donde sabe que se encuentra Loana, quien está leyendo un gran libro de matemáticas integrales, a su vez realiza los ejercicios correspondientes al tema que está dando. Una presencia se posiciona frente a ella, sabe por la esencia de esta persona de quien se trata.

- ¿Qué deseas? - pregunta sin levantar la vista del libro.

- Deseo que te alejes de Mi Novio - enfatiza en las dos últimas palabras - en tres semanas ya te tuviste que haber adaptado a este lugar, así que te exijo que te alejes por tu bien, o vas...

- ¿O vas a qué? - se levanta de la silla para encararla - ¿Acaso crees que me vas a intimidar?

Julia traga en seco, algo en esta mujer le ha producido miedo, pero no lo demostraría.

- Pues... pues más te vale que te andes por la orilla, soy una enemiga de temer - dicho esto, dio media vuelta y salió del lugar.

La Bruja traviesa hizo un pequeño encantamiento donde la pobre chica manchó su ropa con lo que al parecer era menstruación, lo terrible es que venía con un pantalón blanco.

- Oh por Dios, Julia, has tenido un accidente - le dice una de sus compañeras.

La pelinegra se revisa y efectivamente está toda manchada. Avergonzada corre hasta uno de los baños, jamás le había pasado algo así, su periodo es normal y con poco flujo. Su amiga Chelsey le lleva un cambio de ropa, menos mal y siempre tiene uno en su casillero debido a que por ser porrista siempre debe verse impecable.

- Gracias amiga, no sé qué haría sin ti - dice con su voz chillona - debe ser por el enojo que tuve con la estúpida de la nueva.

- Sí quieres podemos amedrentarla entre las chicas, tú y yo - propone la bella morena - así de una vez por todas se alejará de Claude.

- Eso es perfecto, ella más tarde irá al jardín, a esa hora no hay casi nadie, podremos meterle un susto.

Con esa perversa idea, las amigas esperaron hasta la hora en que Loana siempre iba para leer un poco más. Le gustaba ese lugar pues siempre la mantenía en contacto con la naturaleza. Cinco chicas se pararon frente a ella con los brazos cruzados.

- ¿Qué deseas ahora? - preguntó con un tono que indicaba aburrimiento.

Las chicas la rodearon y la tomaron unas por los brazos y otras por las piernas, Julia se le sentó arriba con una pierna a cada lado.

- Te lo dije, iba a hacer tu vida imposible, esto... - sacó una tijera.

- No quiero problemas - dijo Loana, que no mostraba ni un solo ápice de miedo - es mejor que me dejen en paz - su voz sonaba serena. Sabía que con un solo chasquido mandaría a esas pobres humanas a otra dimensión.

- ¿QUÉ MIERDA TE PASA JULIA? - la voz agitada de Claude sonó a sus espaldas, paralizándola - ¿Por qué te comportas como una delincuente?

- Ella se metió primero conmigo, esta mañana me amenazó en la biblioteca, lo que no sabía la chica es que él podía olfatear literalmente la mentira.

- Es cierto, nosotras fuimos testigos - todas tenían el repugnante olor a la mentira.

Claude miró a la peliblanca, que estaba más que tranquila, cosa que le causó curiosidad. Otra en su lugar estaría hecha un mar de llanto, pero ella estaba tan pacífica que daba miedo.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó con ternura, una ternura que enloqueció a Julia y ésta cortó un mechón de cabello de la peliblanca.

Los ojos de la bruja se tornaron negros totalmente, toda la córnea. Las chicas que la miraban, ya no con odio sino con miedo, intentaron huir. La Bruja creo una burbuja de tiempo que los atrapó a todos. Sus cabellos se extendían flotando en el aire.

- Les dije que no quería problemas, no me gusta ser molestada.

- ¿Qué mierda eres? - preguntó una Julia muy asustada.

- Soy tu peor pesadilla, humana - su voz sonaba como si dos seres hablaran al mismo tiempo.

- Bruja, por favor, deja que se vayan, son solo humanas tontas - el lobo se acercó a ella sin ningún temor, el olor a frambuesas la delató, ella era su mate - mírame, ellas no volverán a molestar, te lo prometo - tomó su bellos rostro entre sus manos, la cara de las chicas era de miedo, sin embargo Julia moría de celos por la cercanía de esos dos - eres mejor que ellas, eres la criatura más hermosa que he visto - unió sus labios, el vínculo se activó apenas pudo olerla, el beso era apasionado, tanto que las tripas de la pelinegra se revolvieron de odio, intentando apuñalar al lobo por los celos que la cegaban, la bruja estiró su mano y la elevó por los aires, Claude detuvo el beso y la miró sonreído - ¡Mía!

- ¡Tuya!

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