VIAJE DEL SEÑOR JAVIER

—Por ahora que te ayuden con la alimentación de los animales de la arboleda.

Un poco después, llegaron los 3 a la cocina,

— Señora teresa, como estuvo su descanso. Espléndido.

—    ¿Necesita que le ayudemos en algo?

— Si, me ayudan con el jugo de naranja, no he traído las naranjas

— Claro ya voy por ellas, dijo Felipe

— Y yo ya busco el recipiente dice el duque.

— Bueno señor Javier usted me ayudará, a buscar y pasar los platos a la mesa.

— Señora teresa

— La señora de la casa, no se ha levantado aun.

— Ella ya está en su laboratorio, haciendo sus brebajes, jarabes, lo que hacen los médicos. Cuando este todo listo, la llamaremos.

El desayuno paso en tranquilidad, y ya cada uno tenía sus labores por hacer, Felipe debería estar atento al encargo del duque para eso necesitaban, que teresa, no estuviera con ellos en la arboleda, ellos la convencieron de que ellos podían, hacerlo y que lo mejor era que se encargara de las cosas de la casa, sino el tiempo no le daría para tantas cosas. Y asa lo hizo ella. Como era de esperar, los tres mozos llegaron, Felipe les comunico el deseo del duque y que serian remunerados, adecuadamente. Ellos aceptaron después de haber recibido instrucciones del señor Javier.

Emilia y Bernard estaban reunidos en la biblioteca, trataban los temas de presupuesto, tiempo que se gastaría en hacer lo que se deseaba.

Se llevaría más tiempo preparando presupuestos, Bernard le propuso enviar a Javier a la ciudad, para que le hicieran un presupuesto de los materiales a gastar, en cada etapa. Emilia estuvo de acuerdo, el señor Javier viajaría esa misma tarde.

— Señor Javier, ¿puede venir?

— Si, señora, mande usted

— Javier hemos decidido enviarlo a la ciudad, para unas diligencias y demás, el señor Bernard le explicará todo. Y después de almuerzo puede partir la ciudad está lejos y no queremos que usted este solo de camino.

— Así se hará, mi señora.

— Señora Emilia y señor Bernardo, debo presentar ante ustedes una novedad. No se alarmen, es solo para decirles que han llegado tres jóvenes vienen de la ciudad, están buscando trabajo, tienen sus cartas de presentación vienen selladas por el duque

— Debemos, revisar esas cartas y si es así, claro que se pueden quedar necesitaremos, varios empleados para la construcción y así que ya faltarían menos personas. Señor Bernardo, puede revisar sus cartas y hablar con ellos sobre todo a sus sueldos y demás.

— Si, señora. Con permiso, Javier diles que entren para hablar con ellos.

Las cosas no estarían mejor para el duque. El diálogo con los 3 jóvenes les explico todo, y ellos estuvieron de acuerdo. Él sentía que la vida le estaba brindando esa oportunidad que él no se había querido dar y se llamaba Emilia. Él sabía que estaba enamorado de ella antes de conocerla.

Bernard estaba feliz, pero lo que no sabía era que se apresuraban situaciones difíciles para él. El señor Javier salió a la ciudad, como estaba planeado para llevar a cabo todo lo pensado y planeado por el duque

Javier estuvo en horas de la noche en la ciudad, la señora Martina lo recibió y le contó todo lo acontecido. Los planes del duque y que necesitaría, colaboración.

A la mañana siguiente temprano. Salió hacer todo lo solicitado, sabía que no podía regresar aun con el duque pues tomaría más tiempo del pensado. Se reunió con el consejero mayor y de la responsabilidad que asumía y de la lealtad solemne que tenía para con el duque y el rey.

Javier pensó que gracias al creador, todo estaba calmado y no había novedades.

Pero Javier estaba equivocado. Pues había personas buscando al duque y terminando los hilos de su trama.

Carlos era uno de los que le intrigaba, donde estaba su tío.

La señorita Lizbeth, le urgía que él llegara a la ciudad, para ella completar sus planes.

Javier salió de la ciudad llevaba varias carretas, con lo solicitado. También llevaba a la hermana de Felipe para que ayudara Teresa, consiguió ropa para los tres que fuera acorde.

La visita de Javier y sin el duque, género dudas y preguntas. Que para sus opositores les daba a entender que él tenía, alguna intriga en contra de ellos.

Así que preparaban planes, maquiavélicos.

Javier estuvo de regreso dos días, después de la salida de normandy.

En este tiempo Bernard y Emilia habían compartido tiempo e ideas bastante prometedoras, como también lazos de confianza y tolerancia

— Que bueno que ya estés de regreso, has traído de todo, es mucho.

— Señora Emilia gusto, saludarla nuevamente, es una parte de lo que necesitamos, en los próximos llegaran más cosas.

— El dinero te alcanzo,

— señora alcanzo para una gran parte, la otra parte la llevaré el día que regrese a la ciudad.

— ¿Señor Javier, viene usted acompañado?

— Si señora, conmigo viene una joven para que le ayude a la señora teresa, también jóvenes para la construcción.

— Bueno llamaré a teresa, para que conozca, ¿cómo se llama la señorita?,

— Ella es hermana de Felipe, se llama Sara.

— Que bien que se hermana de Sara, bueno enseñémosle todo donde a dormir, todo a la estadía en este lugar, al igual a los jóvenes, que descanse y mañana empezaremos.

Emilia ese día, recibiría una hermosa sorpresa. El señor Javier había regresado con Hada. El parloteo era único. Emilia sobresaltada preguntaba donde estaba.

— Señora Javier como la consiguió, me has regresado a Hada, gracias.

Emilia estaba emocionada y agradecida. Javier omitió detalles.

El señor Javier diálogo, con el duque, le conto todo lo acontecido.

Bernard estaba calmado lo que no se imaginaba, es que se avecinaban situaciones que cambiarían su vida para siempre.

Ese resto de semana transcurrió en muchos deberes para todos.

Emilia y Bernard, salían todas las tardes a su caminata y cada vez, se hacían más íntimos.

Se llegó el día viernes y Emilia había dado la orden de descansar desde ese día. Para Bernard era algo magnífico, ya tenía planes para poder acercarse más a Emilia.

Ese viernes en la caminata habitual, Bernard tenía algo en mente.

Le había pedido a teresa le prepara algo muy especial él le dio las indicaciones, ella estaba encantada en preparar todo lo solicitado.

Bernard junto a Javier y Felipe más unos obreros, en horas de la mañana antes de salir el sol, junto al riachuelo en uno de los árboles más frondosos, construyo una casa en ese árbol, lo cual lo hicieron durante esa semana. Todo era una gran sorpresa, para Emilia.

Él tenía todo preparado para una cena. Todos le habían ayudado para que se diera de una manera que Emilia no se sintiera intimidada.

Se llegó, el momento del paseo.

— Señor Bernard, como se ha sentido en este lugar, ¿ya se habituó a él?

— Si, hermoso, este sitio es como sacado de un cuento.

— No, solo que sea forjado con amor, eso lo hace diferente, sabes hoy estoy feliz con el regreso de Hada, es el único recuerdo de benjamín. Bueno no toquemos ese tema. Cuénteme¿usted viajará a la ciudad este fin de semana?.

— No, la verdad este fin de semana no lo haré, deseaba pedirle que me diera permiso entre semana, si usted me lo concede dejaría todo organizado que no se note mi ausencia, debo hacer unos trámites y esos solo los hacen entre semana.

— Claro que puedes tener esos días, y su ausencia si se notara, usted es mi mano derecha es de vital importancia para mí.

— Señora, no me imagine que me tuviera en tal alta estima.

— Bernard, usted se gana ese aprecio.

— Gracias, señora.

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