Cap 4 - ¿secuestrada?

El viaje en la carreta fue bastante largo, por la prisa de la huida apenas paraban para comprar comida y hacer sus necesidades físicas, no podían ser atrapadas, así que María y Jonás, el dueño de la carreta, se turnaban, por el día María guía la carreta mientras Jonás descansaba y por las noches él era quien guiaba, cada vez que llegaran a un pueblo cambiaban las Mulas por otras, habían elegido a estas en vez de caballos porque al ser un híbrido y tener genes de asno, son más resistentes.

Mientras Jonás, María y Anette huían en la mansión del ahora Duque Dummont llegaba la mañana, como era costumbre, el duque se levantó temprano y salió a ver verificar sus negocios y a recibir el nuevo ducado que le sería entregado, dejo a la servidumbre de la casa empacando las cosas de todos y preparándose para la mudanza. Mabel ese día cono de costumbre se levantó tarde, eran ya las 10 de la mañana cuando se levantó y se dio cuenta de que Anette no estaba por ningún lado, se dirigió a la habitación de su hijo para ver cómo seguía y lo encontró despierto limpiándose la sangre que había salido por el golpe que recibió de Anette en la noche.

-¿pero qué diablos te pasó? Preguntó Mabel a Cassius. Este dudaba en responder, pues, sabía que su madre se enojaría si le dijera que intentó abusar de Anette, pues aunque no la querían, sabía que Mabel tenía planeado casarla con un noble a cambio de una gran suma de dinero.

-No es nada madre, he sido descuidado y me he lastimado.

-has visto a la inútil, la he buscado desde que me levanté y no ha salido de su habitación a trabajar hoy.

-Debe estar durmiendo en su habitación, castígala madre. Cassius quería venganza por el golpe que le había dado, tal vez ni la podría hacer suya. Pero lo que sí podrías sería castigarla con sus propias manos en lugar de su madre.

Salió de su habitación rumbo a una casucha fea y derruida que era donde dormía Anette y no la encontraron; sin embargo, su ropa estaba toda en el baúl, así que estaban seguros de que no había escapado.

-Tal vez ha ido al pozo por agua o a recoger leña.

-Sí, tal vez aun así, si la ves avísame, la necesito para que me ayude a acomodar mis cosas y las de tu hermana Cassandra para la mudanza. Dadas las circunstancias pasó ese día entero y ninguno se dio cuenta de que Anette no había aparecido en todo el día, la mudanza sería sobre él las 3 de la tarde del siguiente día, por lo cual cuando llegó la hora de irse fue cuando Mabel se percató de que su pequeña marioneta no estaba, el día anterior había creído que ella estaba, pues, tras salir con su hija a comprar vestidos nuevos, al llegar todo estaba recogido y creyó que Anette lo había hecho. Estaban a pocas horas de partir cuando, pasando por la cocina, el ama de llaves de la mansión escuchó el cuchicheo en la cocina.

-La hija desfavorecida del duque no ha venido a trabajar desde ayer.

-Tal vez haya muerto tras el último castigo.

-No, yo estuve trayendo agua del pozo junto con ella después del castigo.

-Sí, yo también la vi recogiendo y partiendo leña, pero desde ayer no ha venido a trabajar.

Al escuchar tales palabras, corrió rápidamente a la sala donde se encontraban el Duque, Mabel y sus hijos.

-Así que como ya ambas cumplieron los 15 años, empezaré a buscar buenos partidos para ustedes. Dijo Pau, seriamente.

-Querido, ¿pero qué vamos a hacer con Anette? Tú sabes que ella no me quiere, y prefiere estar trabajando con la servidumbre en vez de educarse como corresponde. Porque así es cómo Mabel le había hecho creer a su esposo, que su única hija se negaba a ser educada, que trabajaba con la servidumbre y que vivía en aquella choza por su propia voluntad. No paso mucho cuando llegó el ama de llaves jadeante.

-¡Mi señor!, ¡mi señora! Hizo una reverencia en señal de saludo pero con un rostro alarmante.

-Que pasa Bruna, ¿qué es este alboroto? Dijo la duquesa.

-La joven ama Anette, ha desaparecido

Bruna, ¿estás segura de lo que estás diciendo? Preguntó el padre de la joven con un tono bastante enojado.

-No le mentiría mi señor, en la cocina oí a las demás decir que desde ayer la señorita no ha ido a trabajar con ellas como de costumbre.

-Eso es imposible, ayer fui a su habitación y toda su ropa está en su lugar, incluso encontré su vestido nuevo en el tendedero. Dijo Mabel con el ceño fruncido.

Entonces me temo que la señorita haya sido secuestrada, dijo Bruna con seguridad.

El Duque mandó que reunieran a todos en el patio principal, el mismo se encargaría de preguntar a todo cuando fue la última vez que la vieron. Todos dieron sis declaraciones y la última persona con la que había interactuado apuntaba a Cassius.

-Cassius temeroso de que el Duque ya no le heredase el título, cubrió todo diciendo que Anette había estado toda la Noche cuidando de él, pues, estaba enfermo y que se había quedado dormido y no se dio cuenta a qué hora Anette se había ido, de modo, que se llegó a la conclusión de que había sido secuestrada, pues el Duque cree que no hay razón por la cual ella quisiera escapar. Anette no parecía interesarse por el exterior, según Paul tenía entendido su hija prefería estar haciendo quehaceres con la servidumbre a salir fuera de casa. Pero Mabel sí sabía que ella había escapado, pues quien no escaparía ante el trato inhumano que ella y sus hijos le daban, así que a escondidas de su esposo buscó unos antiguos sirvientes suyos para que fueran a buscarla hasta por debajo de las piedras.

«No debe haber ido muy lejos» pensó y se quedó pensando él lo que le haría una vez que la encontrara, «me encargaré de que lamentes haber escapado mugrosa» pensó mientras se dibujaba una sonrisa malvada en su cara.

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