Capitulo 18

Dos días después

Todo seguía su rumbo, las noticias falsas ya habían pasado, gracias a que los niños confesaron que esas fotos las enviaron al grupo que tenían los niños en sus aparatos y fueron usadas por una representante que vendió las fotos, obteniendo mucho dinero, aunque las eliminaron, quedó esa noticia para muchos y solo el tiempo hablaría por sí solo y tal vez las noticias serían otras.

Las mañanas eran mejores para los mellizos, poder despedirse de su madre todos los días, escuchar cuando lea leía sus cuentos por las noches, no tenían precio, no había una noche que no hablarán con su abuela y Tíos, su deseo de volver a verlos eran infinitas.

Roberta y Arturo seguían molestos, aunque sus trabajos no eran interrumpidos por su relación, cada uno actuaba muy profesional, sin levantar sospechas que tenían una aventura, para Matteo todo era muy diferente, no busco calentar a Andrómeda, hasta que sintiera que podía enfriarla, no se arriesgaba a que otro la tocará siendo el muy capaz de eso, aunque el tiempo y el momento no lo permitiera, llegaría el momento exacto para eso.

_¿Qué pasa?_

_Estás hermosa._

Andro tenía rato en la oficina de Matteo, esperando que recibiera una llamada, para confirmar su viaje, pero no paraba de ver a esa Mujer, deseaba besarla, y saber que tenía puesto, pero era arriesgado, aunque no para ella que se acercó a la puerta y paso el seguro, se acercó a él y se sentó a horcajadas, acariciando su cabello y cuello.

_¿Tú crees? Deberías de verme de otra forma..._

Empezó a moverse y ya Matteo estaba muy duro, pero era más lo preocupado en que ella buscará en otro lado, se levantó y la sentó en el escritorio, bajo el pantalón de Andro y abrió sus piernas, cuando ella pensó decir algo, ya Matteo tenía su lengua en su interior, sacando de ella gemidos ahogados, sus manos no tenían lugar de posición, hasta sentir como se corría en su boca.

_Eres muy rica..._

Matteo fue sentado en la silla con una sonrisa, sería su turno.

_Espero estés mejor._

Andro desabrochó tu pantalón y pudo ver el gran bojote, eso la hizo sentir dolor y placer en su parte íntima, justo estaba por bajar todo, cuando la puerta fue tocada, fue muy rápido que ella se arregló y Matteo ordeno un poco.

Al abrir, era su secretaria anunciando que su viaje debía ser el día siguiente a primera hora, la chica se marchó y ambos se vieron las caras.

_¿Nos vemos mañana?_

Matteo se acercó y besos sus labios como si más nunca los volviera a tocar, con ganas, deseo y amor, hasta quedar sin aire.

_Si señorita, muy temprano, debemos viajar._

Andro asintió y salió, soltando el aire, no superaba lo magnífico que fue tener un orgasmo con la lengua de ese hombre, sería la noche más maravillosa que ella podría tener, aunque seguía pensando en el tamaño, su piel se erizaba solo pensar en sentirlo todo dentro de ella.

Arturo estaba muy ocupado, que ya no tuvo tiempo de hablar con Roberta y eso, para ella, era una señal que ya no quería tener nada más y respetaba su decisión.

_¿Qué pasa? ¿Peleaste con tu hombre?_

_Seguimos molestos por la noche que no quise dormir con él._

Andrómeda se echó a reír.

_Qué hombre más meloso._

_Mejor cuéntame tú, saliste de lo más feliz._

Un suspiro salió de Andro.

_Ese hombre me gusta, me fascina y aún no he probado ni la cuarta parte de él..._

Roberta solo escuchaba lo que su amiga le contaba y estaba anonadada, emocionada por su amiga y seguía pensando que su amiga sufriría de placer cuando Matteo tuviera la oportunidad de tenerla.

Muy contentas llegaron a casa, donde día terremotos las recibieron con muchos abrazos y besos.

_¿Cómo les fue en el colegio?_

_Superbién tía, aunque nos quitaron el permiso de usar nuestros apps en el colegio._

Respondió Emma con un puchero.

_Eso pasa por decir cosas que no son, pueden decir que Arturo es su padrino, pero el señor Santos, no es su padre, mis niños._

_Pero si es tu novio, tiene que ser nuestro padre._

Reprochó Emma.

_No es el novio de mama._

Hablo Manuel molesto.

_Ya basta, vamos a cenar y a dormir._

Los niños salieron corriendo discutiendo, mientras Andrómeda y Roberta no sabina que hacer, ya pensarían, en la Cena les tocó mencionar el viaje del día siguiente, que los niños entendieron, sabían del trabajo de su madre y Tía, después un par de cuentos, ambos niños ya estaban dormidos.

Andrómeda pensaba en todo lo que estaba pasando, se repetía muchas veces lo que podía pasar con Matteo, solo era una aventura, algo pasajero, aunque estaba siendo irresponsable en involucrar a sus hijos, pero no era ella la culpable.

_El viaje es a Venezuela..._

_Lo sé._

Respondió Matteo viendo su teléfono.

_No te trae recuerdos._

_Sí, la noche que pase con esa mujer, que después de esa nota que deje, me arrepentí de no saber nada de ella, ni su rostro quise ver._

Arturo pensó que su ex era quien le traía recuerdos.

_¿Quiere decir que te gustaría verla.?_

_No, ahora solo me gusta una mujer y tengo mucho en mente para hacerle saber lo mucho que la deseo._

Arturo sonrió y quitó el teléfono de sus manos.

_¿Te enamoraste?_

_¿Enamorarme? Que te guste alguien no significa que te enamoraste, solo me atrae, me gusta, me vuelve loco sus coqueteos, la quiero tener en mi cama..._

Arturo levantó las manos y le devolvió el teléfono, pero sabía que no decía la verdad, Andrómeda era más que una simple aventura y eso lo diría el tiempo y sus actos, mientras tanto, él solo pensaba en Roberta y lo que estaba pasando por su cabeza.

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