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_ lamento decirles que hoy el Internet me está fallando así que solo subiré este capítulo, intentaré hacerlo muy interesante para qué valga la pena.

Era media noche cuando un carruaje se había parado en la puerta de la gran mansión.

por fin he llegado a mi hogar, sé dijo Sebastián asi mismo.

después bajo de su caballo y entró directo a la casa dejando detrás a maricela y Sandra quienes se quedaron esperando a que el duque apareciera para darle la mano y bajar. Cosa que nunca paso, estás al ver que el duque No aparecía, no les quedó de otra más que bajar y entrar a la casa solas

Sandra: madre, que le pasa al duque _ dijo con reproche

Marícela: nada princesa, tal vez solo extraña a su mocosa, pero tu tranquila, nadie te ara de menos a ti, de eso me encargaré yo.

Sandra: claro mamá, por eso te amo.

Marícela: sabes mi princesa, ya había escuchado de las riquezas del duque, pero no me imagine que fuera tanto

Le decía a su hija mientras admiraba la gran entrada de la mansión

Sandra: por fin tendremos la vida que nos merecemos mami

Marícela: claro mi amor, así será, así tenga que quitar de nuestro camino a los estorbos

Una sonrisa maliciosa paso de madre a hija.

Al entrar a la casa las dos mujeres no pudieron evitar quedar con la boca abierta, la casa estaba iluminada, como si fuese de día. Eso era posible gracias a las piedras de luz pero se sabía que eran muy raras y caras y esta casa estaba llenas de ellas. Tampoco paso desapercibido las terminaciones en oro de algunas partes de la casa, sin duda estas mujeres estaban fascinadas con el lugar a donde habían llegado. no estaban arrepentidas de aprovechar el momento.

Sebastián: Rosita, por favor ve por mi hija, dile que bajé, que solicito de su presencia.

Rosita: pero señor la señorita está durmiendo

Sebastián: no importa, ve por ella _ repitió con severidad

Rosita al ver el enojo del duque salió corriendo a la habitación de Sol, normalmente cuando el duque salía de excursión y el regresaba, sol lo esperaba en la entrada pero este siempre pasaba de largo, ni siquiera la tomaba en cuenta además que esta vez era de noche, era inusual qué el duque solicitará su presencia

Rosita: debe ser por esas mujeres que llegaron con él, maldito, no pudo esperar hasta mañana, mi señorita está dormida _ murmuraba mientras iba en camino a la habitación.

en la habitación con sol

Sol había caído rendida, justo el día anterior había llegado la modista con todos los vestidos y ropas qué había solicitado. Todo le había encantado y se la pasó el día vistiendo y desvistiendo. se que dirán... ¡que! y eso que tiene de cansado. Bueno las cosas por más que las quiera simples, no se pueden, aún no existen los cierres entre otras cosas así que quitar y poner siempre era bastante laborioso.

Después se puso a depurar su armario, a sacar todas esas cosas exageradas qué tenía, no sin antes quitarle todas las piedras preciosas que los vestidos tenían. eso podría venderlo y hacer algún tipo de negocio qué en esa época funcionará. no pensaba depender del duque o de un posible matrimonio arreglado como acostumbraban en la época.

Si se casaría porque al final de cuenta ella sabe que en esa época los estándares de vida no eran muy largos además que tenía los ojos, bueno, sus pensamientos puestos en ese príncipe heredero del imperio, eso era algo que ella si se merecía. Además, si el autor de ese libro le llegase a dar una vida larga, no quería quedarse como una solterona a vestir santos.

Ella estaba soñando con ese príncipe, sé lo imaginaba según lo poco que lo vio en los recuerdos de Sol como un hombre alto, guapo, cabello blanco, con un cuerpazo de infarto, bueno, eso se lo imagina porque la verdad es que no lo detallo mucho.

_ De pronto el príncipe cruzo su mirada con la de ella, dejándolo cautivado con su belleza, sin dudarlo el se acercó y la tomo por la cintura mientras que con su otra mano tomó su mentón y lo levantó para verla a la cara.

El observaba su rostro, pasando de sus ojos a sus labios, quien sin duda los detallaba, sol no pudo evitar mojar sus labios ante lo que se le venía. Él rostro del príncipe cada vez se acercaba más a sus labio cuando escucho.

Despierta, él duque quiere que bajes

¡ah! abro los ojos y veo a Rosita quien se ríe y dice, sorpresa señorita jajaja jajajaja

un grito se escuchó de esa habitación seguido de un golpe y otro grito.

Sol se había sentado de golpe gritando mientras que Rosita al estar cerca no había podido evitar un cabezazo qué la termino haciendo tambalear y caer a la vez que un grito también se le escapó por el golpe y la caída.

Sol: duele, duele, _tallandose la frente_ Rosita, como sé te ocurre arruinar mi primer beso

Rosita: sí qué tienes la cabeza muy dura sol _ dice mientras se levanta y soba su frente

en ese momento entra el duque con su espada desenfundada, buscando al intruso.

Sebastián: que paso, estás bien hija

Sol: ¡hija! A sí, estoy bien, es solo que me asuste cuando Rosita me despertó

El duque dejo a un lado su espada y se acercó a la cama tomando en sus brazos a Sol

pensamiento de Sol

Y a este qué mosca le picó, tal vez también se golpeó La cabeza y perdió la memoria. además arruino mi espectáculo, yo quería que pasara lo mismo de mi vision solo que yo si pensaba darle en su madre a la perra esa.

_ perdón, tenía un sin fin de ideas más para este capítulo pero como les dije, él Internet me está fallando y eso me estresa porque no sé guarda todo el capítulo, así que antes de perderlo, mejor lo publico.

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