La vida con hijo

Estaba sentado en la banca del hospital, miraba al cielo esperando despertar de esta pesadilla...

Seguía creyendo que esto era irreal, debía serlo, recordé esa noche después de terminar la transmisión, estaba un poco asustado, así que puede que me haya dormido pensando en cosas malas entonces ahora estoy teniendo está pesadilla.

¿Cómo despierto?

¿qué hago?

¿y si no es una pesadilla?

Allan suspiró fuertemente, el pequeño Félix acarició suavemente la mejilla del joven y se miraron fijamente.

Allan lo observó más detenidamente, miró el rostro del bebé con cuidado.

— ¡No eres nada parecido a mí!

A decir verdad tenía ciertos aires a Allan, pero no era tanto, o talvez si, pero ahora mismo Allan estaba en negación total. No quería admitir que aquellos resultados fueran reales, de verdad no quería esto. Allan era joven, sin recuerdos de su pasado, sin estabilidad económica y emocional como para cuidar de alguien más, Allan quería que esto fuera un sueño.

Después de un rato más Allan decidió volver a casa, caminó como si fuera una hoja que lleva el viento, voluntad ya no le quedaba. Al llegar a su cuarto en el sótano, lloró.

...****************...

Tres años después...

— Apresúrate Allan, la mesa número dos está lista para ordenar.

La chica que apresuraba a Allan era Micaela, la jefa de la cafetería.

— Voy a ellos jefa, dejaré el pedido de la mesa doce y voy por la dos después.

— Bueno, pero apresúrate, todavía queda tiempo para que acabe la hora punta, te encargo los pedidos yo iré al mostrador para ayudar allí, Soli está por entrar en crisis.

— Entendido.

Ahora Allan trabajaba medio tiempo en una cafetería, era un trabajo pesado, ya que de las once hasta las dos de la tarde tenían un congestionamiento de clientes que el personal debía ser atento y no perder la calma para tener todo bajo control.

Mesa tras mesa, a esta hora todo es un caos, pero no me quejo, la paga es buena y la jefa también, solo que hoy empezó el trabajo un nuevo cajero, Soli, el chico es bueno en su trabajo, amable y atiende bien a los clientes, pero no sabe trabajar a presión, hoy tengo doble trabajo, además de ayudar con las mesas y en la cocina tengo que ayudar con el mostrador, felizmente la jefa está ayudando...

La hora punta terminó, los empleados suspiran aliviados, descansan sus piernas y relajan sus hombros.

— Ya me voy jefa...

— Si, que te vaya bien, estudia mucho.

Salí corriendo, por ayudar un poco más a Soli me quedé fuera de mi hora así que ahora estaba atrasado, llegaría tarde a mis clases, entonces llame a Champa para avisarle que no iría a ver a Félix y que solo pasaría por él en la noche.

Me chocó bastante el hecho de tener un hijo en mi vida, no podía entender cómo o por qué, pero eran cosas que no venían al caso en ese momento, así que junté todo el pequeño valor que pude y traté de organizar mi vida para poder cuidar de mi nuevo hijo y de mí. Al principio no fue fácil, las transmisiones no me generaban mucho dinero, tuve que buscar un trabajo, tengo tanta suerte que encontré tres trabajos, organice mi horario y acepté los tres trabajos, en la mañana estaba en una tienda de conveniencia, así que podía cuidar de Félix mientras atendía, por las tardes iba a una guardería para ayudar con la limpieza del local, dejaba al bebote con los otros niños mientras trabajaba, en la noche tenía que ir al bar, atendía las mesas, para eso dejaba al bebé durmiendo en una de las habitaciones que el dueño me prestó; volvíamos a mi humilde cuarto en el sótano a las dos de la madrugada, felizmente el bebote era muy tranquilo, alguna vez intenté dejarlo solo en casa, pero Félix no dormía si yo no estaba ahí, una vez lo dejé y cuando volví a casa él estaba llorando en la puerta, enfermó y casi le dio neumonía, por eso siempre lo llevaba conmigo a mis trabajos.

Pasaron los años, ahora ese bebote tiene seis años, empezó a ir a la primaria, las cosas están más ordenadas ahora, eso creo, dejé el trabajo de la tienda de la mañana porque tenía problemas con el dueño pervertido eso, felizmente encontré el aviso de la cafetería y todo estuvo bien, gracias al trabajo en la guardería las maestras de ahí me motivaron a estudiar apoyo psicomotor y psicología infantil, por las tardes ya no voy a la guardería porque ahora estoy estudiando, se supone que hoy debía recoger a Félix de la escuela, pero ya que estaba ayudando a Soli no pude hacerlo, supongo que le debo una al niño, corrí tanto como pude para llegar a tiempo a mis clases, llegué a las justas.

— Llegando siempre con las justas señor Allan.

— Disculpe profesor, el tráfico... Fue horrible...

— Si, si, el tráfico, vaya a su sitio, empezaremos la clase.

Más populares

Comments

🤗Finita💖💫🇲🇽

🤗Finita💖💫🇲🇽

Hay que lindo.

2023-11-30

3

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play