Algo debo estar pagando. Resulta que los niños comen más de tres veces al día, no yo. Me gasté el dinero de seis meses de mi mantenimiento, tener a este bebé no ha sido una de mis mejores ideas.
Estaba al borde, ya no podía, iba a dejar al bebé en una beneficencia, ahí se harían cargo.
— ¿Dónde deje esa jodida canasta?
Cuando encontré la canasta me fijé en algo que lo me había dado cuenta en un principio... La mantita era muy bonita y ahí estaba el nombre del bebé.
— Félix... cómo el gato ¡!
Así se llamaría el primer hijo que tendría, siempre he pensado que cuando forme mi familia y que tenga mi primer hijo o hija lo llamaría así, Félix, como el gato que sobrelleva todo y siempre se sale con la suya.
— Bebote... tienes un nombre muy bonito.
El bebé sonrió y extendió sus manitas hacia Allan.
— ¿quieres que te cargue? ¿te cargo?, ¿si?
Allan hizo su voz más aguda y caras chistosas, cargó al bebé y lo meció de un lado a otro. Era increíble como de pronto ya no estaba preocupado por el dinero y ya no pensaba en abandonar al bebé.
Allan saco de la canasta la mantita y ahí salió aquello que Allan debió ver al principio, una carta.
Soy demasiado despistado, en verdad soy muy, pero muy despistado, a veces soy una cosa, pero bárbara.
Allan leyó la carta en silencio, y entre más leía más sorprendido estaba.
...****************...
...Hola Allan, seré breve, él es Félix, tiene dos años y seis meses de edad, es nuestro hijo, por el momento no puedo decirte muchos detalle sobre mí, pero cuando sea el momento estaré de vuelta al lado de ustedes, todo volverá a ser como antes, espérame. Cuida de Félix, él te ha extrañado....
^^^Siempre juntos, nuestra promesa, mi promesa.^^^
...****************...
Allan volvió a leer la carta, las palabras no cambiaban, alternó miradas entre la carta y el bebé, después corrió hacia el baño y se paró frente al espejo, se miró y miró a Félix.
— No te pareces en nada a mí, esto debe ser una broma loca, quien quiera que te dejó abandonado es un miserable y querer asegurarse de que te cuidaré con una estafa tan grande como que eres mi hijo es aún más bajo.
Allan no podía creérselo, el bebé era bonito, tenía buenos genes, pero decir que era hijo suyo era algo que Allan no iba a creer... O no tan fácilmente.
A la mañana siguiente Allan y el bebé estaban en un hospital solicitando una prueba de paternidad.
— ¿Cuánto tardarán los resultados?
— Será rápido señor, debe esperar por allá...
La enfermera parecía irritada, era la novena vez que Allan preguntaba.
"Si no fuera por el bebé ya lo hubiera botado del hospital 😤"
Al final del día los resultados estaban listos, el médico anunció los resultados.
— Bueno, señor Allan, me place informar que tiene noventa y nueve coma nueve, nueve, nueve por ciento de relaci...
En algún momento Allan dejo de oír la voz del médico y su mente se puso pesada y en blanco.
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