capitulo 11- Trato

...Ángel:...

Después de que el asesino fuera llevado, y que toda la policía se hayan retirado, ella sale de su escondite para acercarse a mí mirándome de arriba abajo como si estuviera buscando Algo.

— ¿Que es lo que quieres?

— ¿Estás bien? — pregunta y yo fruncí el ceño. Porque no entiendo para nada si pregunta.

— Que ¿La señorita Morozova está preocupada por mí? — ante mi pregunta ella se cruza de brazos con indignación.

— preocupada por ti, ya quisieras — Sonríe con burla y se acerca más hasta quedar enfrente mío Levanta la mirada y me mira y acto seguido su mano recorre por completo mis pectorales — Tengo cosas más importantes por cuáles preocuparme Ángel.

— Entonces sugiero que te vayas si estás tan ocupada — Dicho eso me alejo y ella Frunce los ceños para tomarme en el cuello de la ropa, se pone de puntillas quedando hasta la altura de mi rostro.

— Eres un maldito mal agradecido Müller — Gruñe como un toro furioso y la verdad no la entiendo para nada, esa mujer es una caja llena de sorpresas que no sabes que contiene hasta que ella decide abrirlos. — Te ayudé a atrapar ese asesino.

— Y? — Digo como si nada— Es lo menos que pudiste hacer al haberme engañado ¿No? — Me mira como si le hubiera dado justo en el calvo y debo decir que me sentí satisfecho con aquello

Me mira fijamente sin decir una palabra y segundo después siento como sus labios se estampan con los labios de un solo choque.

Mi cuerpo se paraliza cuando ella se adueña de mis labios, adentrando su lengua, apoderándose de ellos por completo.

Cuando reaccionó ella ya se había alejado con una sonrisa satisfecha en los labios, esa sonrisa que te da entender que ha conseguido lo que quiere.

— tómale ese beso como pago Ángel — Sonríe, y yo gruño molesto.

— ¿Que es lo quieres realmente Morozova? — No entiendo por qué aprecio aquí de repente y haya atrapado ese maldito asesino cuando ella es uno más de tantos.

— ¿Quiero saber qué piensas sobre el trato? No has dicho nada, dime Ángel ¿Aceptas el trato o no, no tengo mucho tiempo y menos para estar jugando contigo? — va directo al grano sin pelos en la lengua.

— Que es lo que quieres realmente de mí — No me creo ese cuento que dio antes.

— Ya te lo dije, y si no vas a aceptar solo dímelo porque no tengo mucho tiempo y menos para estar rogando, pero hay algo que debes saber el que saldrá perdiendo no serás más tú. — Me mira fijamente y en ese momento supe que si no aceptaba ese trato, nunca llegaría a saber la verdad detrás de la muerte de mi familia.

Pero esa mujer es malditamente manipuladora, no quiero caer en sus garras y luego para que me vuelva ver la cara de imbécil, si acepto ese trato debo asegurarme de que ella no me vuelva engañar como la primera vez.

— Que no me hace pensar que no volverás a verme la cara de nuevo — De solo pensar que podría volver a verme la cara de estúpido Aprieto los puños con fuerza.

— ¿Quieres un trato asegurado? — Pregunta con seriedad y yo asiento.

— Bien, te daré ese trato asegurado — Dicho eso se aleja bajando las escaleras del edificio, yo la sigo hasta que llegamos afuera.

Ella sube la moto poniéndose el casco y luego voltea a mirarme.

— Súbete.

— ¿Qué es lo que pretendes? — Cuestiono porque no pensaba volver ser engañado por esa mujer de Nuevo.

— Tranquilízate, no muerdo, no por ahora... — Sonríe de lado — súbete, no tengo tiempo.

Pienso por un momento, miró la moto y luego a ella para finalmente decidirme y subirme atrás de ella.

Arranco a toda velocidad, sin importar los autos que estaban en el camino, esa mujer definitivamente está loca.

De un abrir y cerrar de ojos llegamos a una mansión que es más triple de grande que los de Collins.

Ella baja de la moto y yo igual.

— ¿No tienes miedo de que me aproveche al saber dónde te quedas y arrestarte? -— Pregunté mientras ella se quitaba el casco.

— No serías capaz y si fuera así, tú también caerías y tu caída sería el triple más grande que el mío Ángel.

Dicho eso entra en la mansión, miro como se aleja escaneando su figura por completo.

“Esa mujer es malditamente sexy” me soy una abofeteo mentalmente ante mis propios pensamientos.

“Que mierda estás pensando Ángel, no olvides que tu objetivo es saber la verdad atrás de la muerte de tu familia”

Si, eso y nada más...

...***...

— André tráeme el contrato — Ordena sentándose en el sillón como todo una reina empoderada, mientras qué el hombre que su supuesto nombre es André se retira en busca del mandado y segundos después regresa con dos documentos dejándolo enfrente de ella.

— ¿y eso? — Preguntó y ella señala el otro sillón para que me siente. Lo hago y deja uno de los documentos enfrente mío.

— Quieras un trato que te asegurará que no te volvería engañar y eso haré, trabajemos como profesional en eso. — Tomo el documento para empezar a leerlo. — Léelos atentamente y si estás de acuerdo firma y si no problema tuyo.

Paso de página terminado leerlo por completo para luego mirarla.

— ¿El trato está bien, pero porque carajos tengo que estar en todo lugar que estás? — Cuestiono molesto — Parece que olvidas que también tengo una vida y trabajo.

— A mí no me interesa tu vida y menos tu trabajo Ángel, aceptas ese trato que solo dura seis meses — Dice sin pelos en la lengua.

— Bien... Aceptaré, pero todo deje ir de acuerdo al trato, cuando esos seis meses pasen ambos nos olvidaremos de la existencia del otro, no sin antes de decirme quién es el desgraciado de la muerte de mi familia.

Ella asiente con seriedad.

— Bien... ahora firma no tengo todo el día. — Me extiende el bolígrafo, con dudas lo tomo para firmar el contrato.

Solo espero que esos seis meses pasen volando y no tener que aguantar esa mujer por mucho tiempo 

Poco sabía que volvería a ser engañado por esa mujer una segunda vez y esta vez de una forma completamente diferente.

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