Enloqueció

Esa noche no podía faltar la típica foto de Louis durmiendo en casa de Sylvie, algo que a ella le causaba dolor pero…ya no fue lo mismo, algo en ella se había roto para no ser reparado nunca más. Apagó el teléfono y se durmió en calma, no iba a dejar que esa situación terminara por destruirla. Ella era una mujer fuerte, independiente y exitosa, no necesitaba de un hombre para ser feliz ni para construirse como alguien empoderado y triunfador.

El sol comenzaba a dejar ver sus rayos por el horizonte cuando Louis por fin despertó. Estaba un poco contrariado, no sabía exactamente en qué lugar se encontraba, cuando pudo terminar de abrir sus ojos pudo comprobar que una vez más había amanecido en casa de Sylvie. Esa ya parecía ser una costumbre, algo que no le gustaba del todo.

Su teléfono comenzó a timbrar, lo tomo con molestia pensando que sería Irina que lo molestaba una vez más, pero no fue así. Era su asistente.

Señor…hoy tenemos una conferencia con la gente de Systelec, tenemos que reevaluar el sistema de seguridad de la compañía… Es a primera hora

Muy bien, ven a recogerme a casa de Sylvie contestó este, ocasionando que su asistente respondiera con una mueca de desagrado, esa mujer no le daba buena espina, la veía como una mosca muerta que fingía ser todo el tiempo lo que no era.

Una hora después el imponente CEO entraba a su empresa. Todos a su alrededor se quedaban quietos y saludaban con una inclinación de cabeza. Nadie tenía permitido mirar al CEO directamente a los ojos.

Esa mañana fue todo un caos. La empresa encargada de los sistemas de seguridad de la compañía había diseñado un nuevo protocolo y debía instalarlo en la compañía y probarlo. Antes de eso era necesario explicar en qué consistía y realizar todo el papeleo.

A Louis le dolía un poco la cabeza. No sentía deseos de ninguna reunión más. Le quedaba una hora antes de ir por Sylvie y llevarla a comer, o mejor pedir comida y llevarla a su casa. No se sentía con energías para deambular por la ciudad con la mujer.

Señor Black, el Dr. Harry Miles se encuentra aquí y dice que necesita verlo le informó Sandra su secretaria.

¿Miles? ¿A qué ha venido? preguntó con el ceño fruncido. Él no esperaba ese tipo de visita.

Me informa que es un asunto de índole personal contestó Sandra.

Dile que pase respondió al fin masajeando su sien. Parecía que su dolor tendería a crecer.

La puerta de la oficina se abrió de repente y por ella entró un hombre alto, musculoso, de cabellos color café y ojos verdes. Tenía una mirada retadora y un gesto adusto en los labios.

Harry… tanto tiempo comentó Louis ¿En qué te puedo ayudar?

Hola Louis, así es mucho tiempo. Creo que fue en una cena benéfica la última vez comento Harry pensativo.

Si, fue un evento social sin lugar a dudas reafirmó la idea de su interlocutor.

Lamento decirte que no vengo a hacer sociales. Vengo en representación de Irina Ivanova habló mientras que habría su portafolios y sacaba unos documentos que extendió en el acto a Louis.

¿Qué es esto? ¿Qué quiere Irina? dijo sin tomar los papeles que se le extendían con aire de superioridad.

Esa mujer se había pasado definitivamente de la raya ¿Con que objetivo contrataba ahora un abogado? Si esta era otra manera de llamar su atención había equivocado definitivamente el camino.

Louis, tu esposa quiere el divorcio dijo mientras que colocaba la carpeta en la mesa te aconsejo que leas los papeles y lo firmes agregó.

Sin opciones Louis comenzó a leer, su rostro se había ensombrecido, y su gesto era aún más frío que de costumbre. Bernard movía la cabeza de un lado a otro en negación. Era claro que eso pronto iba a ocurrir, su jefe era un hombre realmente estúpido pensó antes de salir de la oficina. Ese negocio no tenía nada que ver con él.

Como podrás ver ella no pide nada. Solo que firmes comenzó a persuadir Harry _ No tiene intenciones de recibir ningún tipo de compensación o pensión, es más aclara que ella no piensa recibir nada a cambio del divorcio.

¿Y si no quiero firmar? preguntó un tanto frustrado y molesto con esa mujercita que solo empeoraba su estado de ánimo con sus acciones ridículas.

¿Por qué no lo harías? Creo que es algo que te conviene. Si te divorcias podrás ser feliz con la mujer que de verdad amas dijo sin problema el abogado mientras tomaba el sobre con las pruebas de la infidelidad.

Parece que sabes más de mi vida que yo mismo Harry, desde cuando si ni siquiera somos amigos dijo con sorna Louis. Ambos hombres estaban midiendo sus fuerzas, pero esa era una batalla que Louis tenía perdida antes de haber comenzado.

Con una sonrisa burlona Harry le entregó el sobre al hombre que lo miraba furioso y con el ceño fruncido.

¿Qué es esto? consulto tomando en sus manos el paquete.

Creo que debes verlo con tus propios ojos contestó el otro _ Hay un certificado de autenticidad, para que entiendas que todo lo que allí se encuentra ha sido comprobado por expertos.

Louis abrió temeroso el sobre y se quedó helado con su contenido. Sacó todo y miró imagen por imagen con la boca abierta.  Esto es algo que él nunca se hubiera esperado. Había una gran cantidad de fotos de él con Sylvie en distintos lugares, pero eso no era lo sorprendente, después de todo siempre estaba con ella en distintas situaciones. Lo que lo dejó helado fueron las otras fotos, las íntimas. En ellas se lo veía a él con su ex novia en situaciones realmente comprometedoras, mismas que él no recuerda haber vivido. Y después leyó las capturas de los mensajes, infinidad de mensajes que Irina recibía de parte de Sylvie. En todos ellos su esposa era intimidada por la mujer a la que él consideraba un ser dulce y puro.

Cerró los ojos con fuerza y apretó el puente de su nariz a la vez que tiraba su cuerpo hacia atrás y su espalda descansaba en el respaldo de su sillón ejecutivo. Su mandíbula estaba tensa, sus dientes apretados, quería romper todo en ese momento y en realidad, lo hizo. Se levantó y tiró todo a su alrededor.

Harry que lo observaba detenidamente estaba perplejo con la situación, a decir verdad, no entendía nada de lo que ocurría ¿No debería de firmar feliz el divorcio? Después de todo él ama a Sylvie.

Necesito verla, necesito explicarle…esto no es…no es balbuceaba sin saber que decir.

¿Me vas a decir que no es lo que parece? Eso es algo difícil de comprobar en realidad, las fotos y mensajes sos bastante evidentes respondió el abogado un tanto cansado ya de la situación.

Harry, no voy a firmar, esta noche en cuanto llegue a casa hablaré con ella y le explicaré todo dijo con seguridad.

Louis estaba muy molesto y contrariado. No entendía cuál era el juego de Sylvie. Pero esas situaciones nunca fueron de la manera en la que ella se las hizo llegar a su esposa.

Está bien Louis, será como pides. No puedo obligarte a firmar. Solo te advierto que si no es por las buenas será por las malas ¿Seguro que quieres que se haga público tu amorío con Sylvie? Eso destruiría su reputación. Solo piénsalo ¿Bueno? dijo de manera conciliadora el abogado. A esta altura creía que lo mejor era intentar persuadir y no presionar.

Una vez solo en la oficina Louis no podía dejar de pensar en las imágenes y los chats ¿Por qué Sylvie se había tomado esas atribuciones? La relación que ellos mantenían no era en ese sentido. Él la cuidaba porque su salud era frágil, sus padres murieron en un incendio que fue realmente aterrador y salvó su vida de milagro, quedando su salud más frágil aún y con un terrible trauma psicológico. No podía dejarla sola, se sentía responsable ya que mientras esto ocurría él se estaba casando con Irina por despecho sin saber que ella nunca lo había abandonado. Debía hablar con ella, tenía que preguntar el porqué de sus acciones.

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