Aprendiendo A Amar

Aprendiendo A Amar

T1 E20

Temporada 1 capítulo 20

*En casa de Pablo*

*Chiara y Pablo se seguían besando*

*Gina estaba muy molesta, agarra las dos bolsas y se va de ahí, sin ser escuchada*

*Entonces ellos dos dejan de besarse y Chiara se separa de él*

*Chiara estaba arrepentida y avergonzada, y Pablo confundido*

Chiara: ¡No, ay, perdoname! ¡Esto no debería haber pasado!

*Pablo estaba triste pero lo ocultaba*

Pablo: Ehh... ¡Sí, coincido! No sé qué fue lo que pasó...

Chiara: ¡Perdoname, no quise hacerlo!

Pablo: Está bien, no te preocupes.

Chiara: Por favor, no le digas a nadie.

Pablo: Todo bien, no te preocupes, acá no pasó nada. Es más, ni siquiera viniste a verme.

Chiara: Muchas gracias, Pablo...

*Chiara se estaba yendo de ahí, y después se vuelve*

Chiara: ¿Quedamos bien?

Pablo: Más o menos, si Antonella llega a estar bien, ahí vamos a estar bien.

*Chiara asiente con la cabeza, triste*

Chiara: Está bien...

*Chiara se estaba yendo pero vuelve a darse vuelta*

Pablo: ¿Algo más, Chiara?

Chiara: Ehh, sí. Te quería decir una cosa.

Pablo: ¿Qué?

Chiara: Yo solo te voy a decir una cosa. Si querés encontrar a Antonella, busca en todas las plazas o veredas vacías.

Pablo: Es lo que venimos haciendo.

Chiara: Haceme caso, buscá bien. ¿Viste la plaza esa que está a 2 cuadras de la casa de los Romero?

Pablo: Sí, vi esa plaza. Por ahí no pasa ni siquiera el sol, es desértica.

Chiara: Bueno, tengo una corazonada. Por favor buscá por esos lugares.

Pablo: Está bien, gracias por eso.

Chiara: Ahora sí, chau.

*Chiara se va de ahí*

*Y Pablo queda confundido*

*Por otro lado*

*En la cafetería, con Mariano y Antonella*

*Ellos dos estaban en el sillón, Antonella estaba comiendo, muy feliz, y Mariano estaba a su lado*

Mariano: ¿Y? ¿Ya estás mejor?

Antonella: ¡Sí! ¡Gracias, en serio lo necesitaba!

Mariano: ¿Hace cuánto me dijiste que no comías?

Antonella: 3 días, comí unas galletitas, pero... no fue suficiente...

Mariano: Pero es que... no entiendo, ¿por qué de la nada te escapaste?

Antonella: Es que... es una larga historia...

Mariano: Contame, no tengo nada que hacer, tengo tiempo.

Antonella: Es que... todo el mundo me odia, Mariano...

Mariano: ¿Por qué decís eso? Aparte de Malena, que es una mala persona, no conozco a nadie que te odie.

Antonella: Yo pensaba que vos me odiabas, ahora Giuliana me odia, su familia me odia...

Mariano: Esperá, ¿de qué estás hablando? ¿Qué pasó con Giuliana?

Antonella: Es que... ¡Es que todos piensan que soy una ladrona! Un collar que era de Chiara desapareció, después apareció en mi mochila y todos pensaron mal de mí. Ni siquiera Giuliana me creyó.

Mariano: ¿En serio me estás diciendo?

Antonella: Sí, y bueno, ese entre otros factores me incitaron a irme.

Mariano: Perdón que te diga esto, vos sabés que Giuliana es mi amiga, pero no tenés que amargarte por ella. Si ella no te cree, dejala.

Antonella: Pero era mi amiga, y ella me había dicho que siempre iba a creer en mí...

Mariano: Bueno, se ve que no lo hizo. Pero de todas formas no te ocupes de personas que te trataron asi. Ocupate de las personas que te quieren, como tu tío, por ejemplo. No sé si te enteraste, pero todos los días te busca como loco.

*Antonella lo mira sorprendida y con tristeza*

Mariano: Y vos sabés que no me llevo nada bien con él, por esa interna, pero se nota que está preocupado por vos.

Antonella: Yo pensaba que los demás estaban exagerando.

Mariano: ¿Exagerando? Puso carteles, Antonella. No creo que eso sea una exageración.

Antonella: Tenés razón... ay, por favor, qué tarada soy, no pensé que iba a estar así por mí. ¡Yo pensé que iban a alegrarse!

Mariano: ¿Por qué pensaste eso?

Antonella: Porque todo el mundo estaría mejor sin mí, y eso es un hecho.

Mariano: ¿Todo el mundo? ¿De dónde sacaste eso? Por lo menos yo no.

*Antonella se gira a verlo, confundida*

Antonella: ¿Y por qué? ¿En qué te cambia la vida tener a alguien como yo?

Mariano: Me cambia en bastante. Sin vos a tu lado, me siento vacío, sin ganas. Hasta este lugar cambia, cuando vos estás, se ve iluminado, alegre. Y cuando no, se ve apagado, triste, aburrido.

Antonella: Ay, no exageres, Mariano...

Mariano: No exagero. ¿Tan poco te pensás que sos, Antonella?

*Antonella se queda viéndolo, después mira a la nada, pensativa*

Antonella: No sé, siempre me lo dijeron.

Mariano: ¿Por eso necesitaste ocultarme tu historia y mentirme?

Antonella: No sé, supongo que sí... supongo que al ver lo que eras vos, los amigos que tenías, que eran iguales a vos, no podía simplemente decirte que era una huérfana fracasada que no tenía amigos ni gente que la quisiera. Y que tampoco tenía plata...

Mariano: Nunca más vuelvas a decir eso de vos, ni siquiera a pensarlo. Yo siempre te quise por lo que eras por dentro. Lo de afuera va y viene.

*Antonella le sonríe*

Antonella: Gracias, sos el primero en decirme esto.

*Antonella lo abraza, y después lo suelta*

Antonella: Gracias por todo, por la charla y... por la comida también.

Mariano: No me agradezcas, me gusta ayudarte.

*Antonella sonreía*

Antonella: ¿Cómo se llama esto? ¡Estaba riquísimo!

Mariano: Se llaman panqueques, Antonella.

Antonella: ¡Estaba buenísimo! Un día que tenga plata voy a pedirte otro.

Mariano: Bueno, está bien, Antonella. Me alegro que te haya gustado.

Antonella: Ya me tendría que ir, me gustó estar con vos. No fue tan malo al final...

*Mariano sonríe*

*Entonces Antonella se estaba yendo, pero vuelve*

Antonella: ¿No tendrás por casualidad algunos bizcochos o algo?

Mariano: Tengo, sí, ¿por?

Antonella: ¿No te podría pedir un par para llevar? ¿En una bolsita? ¡Después te lo pago, es promesa!

Mariano: ¡No, no, tranquila! Ahí te doy, pero como un regalo.

*Antonella sonríe*

Antonella: ¡Gracias!

*Mariano se va de ahí y Antonella estaba feliz*

*Por otro lado*

*En la plaza*

*Daniel y Rafael estaban ahí, muy enojados*

Daniel: ¿¡No ves que sos un tarado!? ¡Mirá lo que hiciste!

Rafael: ¿Lo que yo hice?

Daniel: ¡Sí, lo que vos hiciste! ¡Ahora Antonella se fue, y no creo que quiera volver!

Rafael: ¡No te confundas, eh! ¡Yo no hice nada, vos le robaste a ella!

Daniel: ¡Sí, por culpa tuya!

Rafael: ¡Dejate de joder, nadie te obligó a robarle! ¡Vos aceptaste!

Daniel: ¡Todo es culpa tuya, yo quería dejar esta mierda de tener que robar! ¡Y vos me presionaste!

Rafael: ¡Acá nadie te puso una pistola en la cabeza para que le robes! ¡Vos quisiste robarle! ¡Vos le dijiste, que ella no es como nosotros, que robaste porque teníamos que comer! ¿No te acordás?

Daniel: ¡Sos una porquería, Rafael!

Rafael: ¡A mí me bajás 3 cambios! ¿Me escuchaste?

Daniel: ¡No te bajo nada, porque por culpa tuya andá a saber dónde se fue mi hermana!

Rafael: ¡Vos la traicionaste! ¡Así que si se fue es por culpa tuya, no mía!

Daniel: ¡Antonella no tiene idea de cuales son las calles peligrosas! ¡Y si algo le llega a pasar...!

Rafael: ¿Qué? ¿Qué vas a hacer, chiquitín?

Daniel: Posiblemente vos y yo no seamos más amigos...

Rafael: ¿En serio vas a cortar nuestra amistad por una mujer?

Daniel: ¡Esa mujer es mi hermana! ¡Y si por culpa tuya llega a pasarle algo, olvidate de que alguna vez fuimos amigos!

*Daniel se va enojado de ahí, y Rafael se queda enojado*

*Por otro lado*

*En casa de Pablo*

*Gina estaba en la cocina, preparando unas tostadas y té, muy enojada*

*Y Pablo se acerca a ella, alegre*

Pablo: ¿Y, Gina? ¿Qué vas a hacer de rico ahora?

*Gina suspira y lo mira*

Gina: Lo mismo de siempre, Pablo. Tostadas con mermelada. Con mermelada dietética, no te asustes.

Pablo: No me asusto, confío en vos, en lo que cocinás y en tu forma de cocinar.

Gina: Bueno, gracias.

Pablo: Y te agradezco, hay que tener energías para buscar a Antonella...

*Gina echa una risa irónica*

Gina: Sí, claro.

*Pablo estaba confundido*

Pablo: ¿Está todo bien, Gina?

Gina: Sí, ¿por qué?

Pablo: No sé, te ves rara. ¿Estás enojada?

Gina: ¿Vos qué pensás, Pablo?

Pablo: No sé, por eso te pregunto.

Gina: Claro, vos nunca sabés nada, porque estás pendiente de otras personas.

Pablo: ¿De qué estás hablando? No te entiendo.

Gina: Sobre todo en mujeres casadas, ¿verdad?

*Pablo estaba más confundido y molesto*

Pablo: ¿A qué va ese comentario?

Gina: A que vos NUNCA aprendes, Pablo. Sos peor que un nene y te quejas de tu hijo. Y mirá, hasta un nene aprende la lección a la primera.

Pablo: ¿Lo decís por Chiara?

Gina: ¡Por fin! ¡Por fin te cayó la ficha! ¡Sí, estoy hablando de esa mujer!

Pablo: Entonces, supongo que nos viste, ¿no?

Gina: No, Pablo, no. ¿Cómo los voy a ver comiéndose la boca a mitad del comedor? ¿En tu propia casa?

Pablo: Bueno, eso por ejemplo, tiene explicación.

Gina: ¿Explicación? ¡Yo no quiero explicación de nada! ¡Si vos querés golpearte la cabeza una y otra vez con esa mujer, hacelo! ¡Yo no soy tu niñera! ¡Lo que me da bronca es que es gracias a ella que Antonella no aparece! ¡Y vos mismo dijiste, que no ibas a permitir que nadie tocara a tu sobrina!

Pablo: ¡Y es así, es así!

Gina: ¡Sí, es así! ¡Y por eso terminaste la relación con la mujer esa, para chapartela a la primera de cambio! ¡Y esa mujer es la que hizo que tu sobrina no apareciera! ¡Pero veo que no te importa!

Pablo: Disculpame, ¿vos me estás diciendo que Antonella no me importa?

Gina: ¡No dije que no te importa, dije que te importa más esa mujer que todo el mundo! ¡Te importa más ella, que Antonella, que yo, y que cualquier persona!

Pablo: ¿Y vos qué sabes de lo que me importa o no? ¿Cómo sabés que Antonella no me importa más que ella o que vos no me importas más que ella?

Gina: ¡Porque si así fuera, mantendrías la postura de un hombre enojado por su sobrina! ¡Pero se te nubla la vista y la inteligencia con esa mujer!

Pablo: Mirá, Gina, te lo voy a decir así de fácil, mi familia lo es TODO para mí. Eso te incluye a vos, a Antonella, y a mi hijo, Lorenzo. Y ninguna mujer, así sea Chiara o cualquier otra, va a cambiar eso. ¿Yo me puedo besar con Chiara, podré tener deslices con ella? Por supuesto, pero eso no cambia mi amor por ustedes.

Gina: Si vos tuvieras que elegir entre ella o nosotros...

Pablo: Los elegiría a ustedes, por supuesto. Por algo me peleé con ella cuando despreció a Antonella. Y ese beso que viste, fue ella quien me besó. Después se arrepintió y se fue.

Gina: Mirá, Pablo, yo ya no sé qué más creer.

Pablo: En mí creé, no en lo que ves. Y no me gusta estar peleado con vos por idioteces como esa.

Gina: A mí tampoco, ¿sabés una cosa? Acá tenés las tostadas, y el té. La mermelada ponesela vos, yo me voy a tirar un rato porque no me siento bien.

*Gina se va de ahí y Pablo queda confundido y pensativo*

*Por otro lado*

*Antonella estaba en una banca de una de las veredas, sola, triste, mirando a la nada, con tristeza*

Antonella: (Ahora sí, no me queda nada ni nadie... mi propio hermano me clavó el puñal por la espalda...)

*Entonces ella agarra su teléfono, con nostalgia*

Antonella: Ay, papá, cómo te extraño. Me vendría tan bien un consejo tuyo ahora mismo...

*Entonces cuando se estaba por ir, se cruzó con Malena, que estaba corriendo, haciendo ejercicio*

*Malena se sorprende cuando la ve, y se detiene*

*Y Antonella se pone defensiva al momento de verla*

Malena: ¿Antonella? ¿Sos vos?

Antonella: No, soy Britney.

Malena: Ja ja, qué graciosa...

Antonella: Sí, soy yo. Sino, ¿quién voy a ser?

Malena: ¡Ja! No te reconocí, por los harapos que tenés... ¿qué te pasó, Anto?

Antonella: ¿Qué te importa?

Malena: ¡Ah, ya veo! Te escapaste para volver al lugar de donde venís, la calle.

Antonella: ¿Qué te pasa, eh?

Malena: Era de esperarse que ibas a acabar así. Los huérfanos como vos terminan así, en la calle, pobres, sucios, y solos...

*Antonella se enfurece y la empuja*

Antonella: ¡Lavate la boca antes de hablar de mí o de los míos! ¡No me provoques!

Malena: ¿Qué pasa? ¿Aparte de huérfana mugrosa sos violenta, también? ¿Dónde quedó Antonella Vázquez? ¿La chica bien, de vestimenta rara, rica, tierna y sobrina de Pablo Santander? ¡Volviste a ser lo que siempre fuiste! ¡Esto es lo que sos de verdad!

*Antonella estaba muy enfurecida*

Malena: ¿Por qué ya que estás, no te volvés al orfanato asqueroso del cual saliste? Nuestras vidas mejorarían si vos te vas y NUNCA volvés. Aparte, ¿de qué te sirve quedarte? Pensalo, nadie te quiere acá. Ni Mariano, ni Giuliana, NADIE.

*A Antonella se le pasa el enojo y sonríe*

Antonella: Eso es lo que te da tanta bronca. Lo de Mariano. Te da bronca que siendo su amiga hace muchísimos años, no se haya fijado en vos, y a mí que no me conocía de nada sí.

*Malena se empieza a enojar*

Antonella: Te da bronca que... la huérfana fea, petisa, pobre, haya logrado lo que vos no, que sos la chica más linda. Y es estar con un chico tan bueno como Mariano.

*Malena se acerca a ella*

Malena: Tené cuidado, nena. No te midas conmigo porque vas a terminar aplastada. Entre vos y yo no hay punto de comparación. Yo soy linda, vos fea, yo tengo un lindo cuerpo, vos estás raquítica, yo soy alta, vos petisa. Yo tengo un pelo lindo, y vos un pelo grasiento, lleno de piojos seguramente.

Antonella: ¿Y a quién quiso Mariano? ¿A la linda, de buen cuerpo, alta y de pelo lindo, o a la fea, petisa, y piojosa?

Malena: Mariano es un estúpido, solo necesita unos lentes y alguien como yo, para que se de cuenta lo que tiene en frente.

Antonella: ¿Lo ves? Mirá, él me quiso sin que yo haga mucho esfuerzo, y es la verdad. Él se me declaró a mí, por si no sabías. En cambio, vos tenés que portarte de forma patética y arrastrarte a él para que se fije en vos, y en lugar de lograr algo, solo logras que él se dé cuenta de cómo sos en realidad.

*Malena estaba furiosa*

Malena: ¡Te vas a arrepentir de haber dicho eso, huérfana mugrosa!

*Malena iba a darle una cachetada a Antonella, pero alguien la frena, ese era Thiago*

Thiago: ¡Pará, Malena! ¿Qué hacés, estás loca?

Malena: ¡Vos no te metas en esto!

Thiago: ¡Yo me meto en lo que quiero! ¡Le ibas a pegar!

Malena: ¡Sí, le iba a pegar, porque se lo merece!

*Thiago mira a Malena con rechazo y después mira a Antonella*

Thiago: ¿Vos estás bien?

Antonella: Sí, sí... estoy bien.

Malena: ¡A ver si te metes en lo tuyo, Thiago! ¡Andá a trabajar al taller, mejor!

Thiago: ¡Sí, voy a hacer eso, porque por lo menos yo hago algo con mi vida! ¡Vos seguí así de vacía y a ver si alguien te va a aguantar!

*Malena lo mira con enojo*

Malena: Imbéciles, eso es lo que son ustedes.

*Malena se va de ahí enojada*

*Y Thiago se queda con Antonella*

Thiago: ¿Segura de que estás bien? ¿No te pegó, no te hizo nada?

Antonella: No, hasta recién, antes de que llegaras. Gracias por defenderme.

Thiago: De nada, Antonella.

Antonella: ¿Me conocés?

Thiago: Claro, ¿vos no me conocés a mí? Soy Thiago.

Antonella: Te me hacés muy conocido... ¿sos el hermano de...?

Thiago: De Giuliana, sí, soy yo. Yo te vi un par de veces.

Antonella: Yo también, cuando iba a tu casa a visitar a tu hermana...

Thiago: Estás enojada con ella, se nota... ni siquiera el nombre le decís...

Antonella: Ella desconfió de mí. Y se supone que era mi amiga...

Thiago: Giuliana es bastante falsa a veces, es como Malena en realidad, aunque quiera negarlo.

Antonella: ¿Por qué decís eso de tu hermana?

Thiago: Es que es una realidad, para qué negarlo. No por ser su hermano voy a hacerlo. ¿Nunca te preguntaste por que se rodeó de amigas así, como Malena?

Antonella: No en realidad...

Thiago: Bueno, por eso mismo. Mirá, no debería estarte contando esto, pero lo voy a hacer, para que no pienses que soy un forro que le gusta hablar mal de su hermana.

Antonella: ¿Qué cosa?

Thiago: Ella misma admitió que desconfió de vos y no de Malena porque eras de la calle antes.

*Antonella estaba triste y decepcionada*

Antonella: No, no te creo, imposible...

Thiago: Te juro, es la posta.

Antonella: Pero ella... se supone que no era así...

Thiago: Bueno, pero siempre fue así.

*Antonella agacha la cabeza, triste*

Antonella: Debería irme, tengo que darle esto a un amigo. Gracias de nuevo...

Thiago: De nada, cuidate.

*Antonella se va de ahí, muy triste*

*Y Thiago suspira*

Thiago: Uff, sos una tarada, Giuliana...

*Al día siguiente*

*Antonella se había quedado dormida en la banca de la plaza*

*Y Rafael y Daniel estaban a lo lejos, comiendo de los bizcochos que Antonella había llevado*

Rafael: ¿Viste que te preocupaste al cuete? Ahí está tu hermana, durmiendo.

Daniel: Sí, pero no me quiere ni ver. Le quise hablar y me cortó la cara.

Rafael: ¿Y sí? ¿Qué te pensás que va a hacer? ¿Que va a decirte "Gracias por robarme, sos el mejor hermano del mundo"? ¡No, boludo, era de esperarse que iba a estar enojada!

Daniel: Mejor callate porque sabés bien que es todo tu culpa.

Rafael: Vos quisiste robarle, pudiste haberme dicho que no, y no lo hiciste.

Daniel: ¡Sí que lo hice, hasta que me presionaste y me obligaste!

Rafael: No te desentiendas, vos también tenés la culpa. A lo que voy es que pudiste negarte, y no lo hiciste.

*Entonces Pablo iba caminando por esa plaza, hasta que ve a Daniel y Rafael, y decide ir hasta ellos*

*Ellos cuando ven a Pablo acercarse, estaban confundidos*

Pablo: Hola, chicos...

Daniel: ¡No estamos haciendo nada malo, eh!

Rafael: ¡Estamos comiendo nomás!

Pablo: Shh, ey, ey, relájense un poco. ¿Por qué dicen eso? Vine a hacerles una pregunta...

Rafael: Ah, ah, bueno.

Daniel: Díganos, ¿qué quiere, maestro?

Pablo: ¿No habrán visto a una chica por acá?

*Rafael y Daniel se miran entre ellos, confusos, y lo vuelven a mirar a Pablo*

Daniel: Ni idea, compadre, pasan muchas chicas por acá.

Pablo: Ah, claro, qué cabeza la mía. Es una chica de ojos azules, con pecas, pelo corto castaño y... un poco bajita también...

Rafael: Ey, se parece a Antonella, Daniel.

*Daniel lo mira sorprendido y con enojo, y hace una señal de que se calle*

*Pablo estaba confundido y sorprendido*

Pablo: ¿Cómo? ¿Entonces sí la vieron?

Daniel: ¡Ehh, no, no, no sabemos de qué habla!

Pablo: Chicos, si la vieron, por favor, necesito que me lo digan. Yo soy su tío, Antonella vive conmigo, ella se escapó y ya no sé dónde está. Estoy demasiado preocupado, si la vieron, si la conocen, les pido por favor que me digan dónde está.

Rafael: Daniel, vamos a decirle, me dio lástima el señor...

Daniel: Shh, ¿te podés callar, Rafael?

Rafael: Está acá en la plaza, durmiendo en una de las bancas, búsquela.

*Pablo se alegra*

Pablo: Muchísimas gracias, en serio.

*Entonces él saca su billetera, y estaba por sacar unos billetes*

Rafael: No, no, no se preocupe, no es necesario.

*Entonces él le da unos tres billetes*

Pablo: No pasa nada, tomá, me ayudaste muchísimo. De nuevo, gracias.

*Entonces Pablo se va de ahí*

Rafael: No, amigo, esto es increíble. Me dio 15 pesos. Eso alcanza para poder comer hoy y mañana.

Daniel: ¡Qué sinvergüenza que sos! ¡No podés ser tan botón!

Rafael: ¿Qué se le va a hacer, Daniel? Pero eu, mirale al lado bueno. Con esto vamos a poder comer.

*Daniel niega con la cabeza, indignado*

*Por otro lado*

*Pablo estaba buscando a Antonella, hasta que a lo lejos la ve, acurrucada en una banca, durmiendo*

*Cuando la ve, va hasta ella*

*Al ver que estaba durmiendo, intenta despertarla. Comienza a sacudirla con suavidad para que se despierte*

Pablo: Shh, Antonella... despertate, dale...

*Antonella se despierta asustada ya que estaba soñando*

Antonella: ¡Papá!

Pablo: ¡Antonella!

*Antonella empieza a despertarse, mira para todos lados, confundida*

*Cuando ve a Pablo se asusta y se sorprende, y pega un jadeo del susto*

Antonella: Pablo...

Pablo: ¡Antonella! ¡Hace días que te estoy buscando! ¿Estuviste acá todo el tiempo?

Antonella: Ehh, me tengo que ir...

*Antonella se iba a ir corriendo pero Pablo la agarra, muy molesto*

Pablo: ¡Antonella, no! ¡Basta!

*Antonella lo miraba, sorprendida*

Pablo: ¡Ya basta! ¡Ya fue suficiente!

Antonella: ¿Estás... enojado?

Pablo: ¡Sí, estoy enojado! ¡Ahora, agarrá tus cosas, y te venís al auto, porque en la casa vamos a hablar vos y yo!

*Antonella agachaba la cabeza, triste*

Antonella: Está bien...

*Ella se levanta de ahí, y va a buscar su mochila y su bolso*

*Cuando va, mira mal a Daniel y a Rafael de reojo*

Antonella: Gracias, hermanito...

Daniel: No te enojes, Antonella, no tuve nada que ver esta vez...

*Antonella agarra sus cosas y se va de ahí, enojada con ellos*

*Pablo estaba esperando a Antonella, muy enojado, después los dos se miran y se van de ahí*

*Más tarde*

*En casa de Pablo*

*Antonella estaba sentada en el sillón, con molestia, cruzada de brazos, y miraba hacia un punto fijo*

*Pablo estaba ahí, mirándola con enojo*

*Gina y Lorenzo los miraban mientras estaban sentados comiendo en la mesa*

Pablo: Vos y yo vamos a hablar, jovencita.

Antonella: No, no quiero.

Pablo: Bueno, no me importa, vamos a hablar igual. Y no entiendo por qué estás enojada vos.

Antonella: Porque me gritaste y vos nunca me gritás...

Pablo: ¡No quise gritarte, pero estoy enojado con vos!

Antonella: ¿Por qué?

Pablo: ¿Por qué? ¡Porque te escapaste! ¡Te escapaste así como si nada, sabías que te estábamos buscando y te hiciste la tonta!

Antonella: Yo no quería volver acá.

Pablo: ¡La verdad es que no te entiendo! ¡Puedo entender que lo de tu amiga, lo de Chiara y lo de ese chico Mariano te haya afectado, pero nosotros no tenemos la culpa!

Antonella: ¡No era por desquitarme con ustedes! ¡Yo solamente quería dejar de ser un problema para todos ustedes!

Pablo: ¡Basta, basta con lo mismo! ¡Te dije un montón de veces que no es cierto pero insistís! ¡Sos terca como una mula!

Antonella: ¡Yo no necesito que me lo digas en la cara para darme cuenta! ¡Vos amabas a esa mujer, la conocías de hace años, y te peleaste con ella por mí!

Pablo: ¡Me peleé porque te despreció y te echó! ¡Y tenés que aprender a no meterte en problemas de adultos, Antonella!

Antonella: ¡No me trates como si fuera una nena, no lo soy!

Pablo: ¿Ah sí? ¿Sos adulta entonces?

Antonella: ¡En teoría, sí!

Pablo: ¡Entonces portate como una adulta! ¡Una persona adulta no se escapa para no enfrentar un problema! ¡Es así de simple!

*Antonella lo miraba con enojo*

Pablo: Pero vos sos una inmadura... ¡Sos terca, e inmadura!

Antonella: ¡No me ataques!

Pablo: ¡Es la verdad! ¡Estuve 4 días con el corazón en la boca por vos, y vos andabas por ahí! ¡Sabías bien que te estábamos buscando, y aún así no quisiste aparecer!

Antonella: ¡Te hice un favor! ¡LES hice un favor a todos!

Pablo: ¿Vos te pensás que me hiciste algún favor teniéndome preocupado a mí?

Antonella: ¡Yo les dije que iba a estar bien, que iba a ver la forma de arreglarme sola! ¡Pero ustedes me siguieron! ¿Por qué me siguieron?

Pablo: ¿En serio lo preguntás? ¡Porque nos importás, Antonella, a ver si lo entendés de una vez y por todas! ¡Nos importás, te queremos, y no podíamos soportar que te escaparas así!

*Antonella se entristece*

Antonella: Bueno, perdón, entonces... si tanto los preocupé, perdón...

Pablo: Esto no se arregla con un simple perdón.

Antonella: Pero Pablo, no me digas eso... yo no los quería preocupar...

Pablo: Pero lo hiciste y tenés que aprender a hacerte cargo de tus errores.

Antonella: Me estoy haciendo cargo... estoy arrepentida y pido perdón...

Pablo: Y yo te dije que con un simple perdón no alcanza.

Antonella: Ey, eso no es justo... yo no puedo hacer nada ahí, y estás enojado, y no puedo hacer nada para que me perdones...

Pablo: Necesito pensar bastantes cosas.

Antonella: Entonces, me voy a mi cuarto y te dejo en paz...

Pablo: Antonella, no, te quedás acá.

Antonella: ¿Por qué?

Pablo: Porque no confío en vos.

Antonella: Pero, ¿qué querés que haga acá?

Pablo: Te sentarás a comer algo, te quedarás paspando moscas, o te quedarás mirando al techo, no sé.

Antonella: Pero tengo sueño, Pablo. Solo me quiero acostar y seguir durmiendo un rato. No me voy a escapar. Aparte me lastimé la última vez que me escapé por la ventana...

Pablo: Yo no confío en vos, Antonella.

Antonella: No seas así conmigo. Si querés, dejo la puerta del cuarto entreabierta, así te podés convencer de que no voy a hacer nada.

Pablo: Está bien, Antonella, andá. Dormí un rato si querés, y después te voy a llamar para comer.

*Antonella se pone feliz*

Antonella: ¡Gracias, tío Pablo!

*Antonella iba a abrazarlo pero se arrepintió*

Antonella: Cierto que estás enojado... bueno, avisame cuando pueda volver a hacerlo... te quiero...

*Antonella se va corriendo de ahí*

*Pablo se queda pensativo y triste*

Gina: Pablo, capaz fuiste muy duro con ella...

Lorenzo: Es verdad, nunca la retaste así...

Pablo: Lo que pasa es que me desespera. Me desespera el hecho de que le cueste creer en lo que le digo. Me desespero conmigo mismo, por haber permitido que se escapara y no haberla cuidado y apoyado.

Gina: Los dos están muy revolucionados, es un hecho. Después, cuando las aguas se calmen, intentá hablar bien con ella. Se sintió mal, pobrecita.

Pablo: Sí, y me dio lástima, pero tenés razón y debo mantener mi postura. Estoy aplicando tu consejo.

Gina: Ay, Pablo, Pablo... aplicaste MUY mal mi consejo...

*Pablo estaba confundido y Gina se va de ahí*

*Después de un rato*

*En la cafetería de Mariano*

*Giuliana estaba entrando ahí, ahí estaba Mariano y Miguel*

*Ella estaba entrando un poco triste, y ellos estaban serios*

Miguel: Hola, Giuli.

Giuliana: Hola, Miguel.

Mariano: Hola, Giuliana.

Giuliana: Hola, Mariano.

Mariano: ¿Qué hacés por acá? ¿Querés tomar algo?

Giuliana: ¿Un capuccino?

Mariano: Bueno, está bien. Ahí vuelvo.

*Mariano se va de ahí*

Miguel: Al final, ¿supiste algo de Antonella?

Giuliana: ¿No te enteraste? Ayer la encontraron. Se ve que está bien.

*Miguel se alegra y se alivia*

Miguel: ¿¡En serio!? ¡No me la contes!

Giuliana: Sí, sí, estoy feliz también.

Miguel: ¡Que bueno lo que me contás! ¿Está en su casa ahora?

Giuliana: Sí, está, y le iba a pedir de venir acá, para que hablemos. Me quiero disculpar por la desconfianza. Y darle un regalo.

Miguel: ¡Qué bueno! ¡Invitala a que venga, así la saludo!

Giuliana: Sí, ahora la llamo...

*Entonces Giuliana agarra su teléfono, y comienza a llamar a Antonella*

*Por otro lado*

*Antonella estaba durmiendo pacíficamente en su cama, y tenía su teléfono sobre el escritorio*

*Entonces el teléfono comienza a sonar*

*Estuvo durante varios segundos sonando pero ella no se despertaba*

*Después, el teléfono deja de sonar, y vuelve a sonar unos segundos después*

*Ella se empieza a despertar poco a poco, muy enojada*

*Después se despierta del todo y va a buscar el teléfono, enojada*

*Ella atiende, tenía voz dormilona y estaba enojada*

Antonella: ¿Hola?

"Giuliana: Hola, Antonella..."

*Antonella escucha su voz y se enoja*

Antonella: ¿Se puede saber por qué me llamás y me despertás a las ocho y media de la mañana?

"Giuliana: Perdón, no sabía que estabas durmiendo..."

Antonella: Bueno, ahora lo sabés. Chau...

"Giuliana: Antonella, pará, te quiero decir algo..."

Antonella: ¿Qué pasa?

"Giuliana: ¿Podés venir a la cafetería? Quiero que hablemos y tengo algo para vos..."

Antonella: ¿Para qué tengo que ir? ¿Para que sigas desconfiando de mí?

"Giuliana: No, no, Anto, escuchame..."

Antonella: Antonella me llamo. Mis conocidos me dicen Antonella, y mis amigos me dicen Anto.

"Giuliana: No seas hiriente, Antonella. Solo quiero que vengas, no te vas a arrepentir..."

Antonella: Voy a ir porque me encanta ir a la cafetería y desperdiciar mi tiempo.

"Giuliana: Como sea, solo vení, porfa..."

Antonella: Uff, voy a estar ahí en minutos.

*Antonella corta la llamada*

*Minutos después*

*Ella se había cambiado de ropa y estaba bajando las escaleras*

*Su familia estaba desayunando*

Pablo: Antonella...

*Antonella se gira a verlo*

Antonella: Sí, decime, tío.

Pablo: ¿A dónde vas?

Antonella: Ehh, voy a la cafetería, Giuliana me llamó para que fuera a hablar con ella.

Pablo: ¿No querés que te lleve yo? Es demasiado temprano.

Antonella: No, tranquilo, no te preocupes. Sé andar sola.

Pablo: Antonella, insisto. Va a ser mejor que te acompañe.

Antonella: Tío Pablo... confiá en mí, porfa. Yo solo voy a hablar con ella y te prometo que vuelvo.

Pablo: No es en vos en quien no confio, sino en la gente. Hay mucha gente mala y no quiero que te lastimen.

Antonella: Tranquilo, sé cuidarme sola. No te aseguro nada, pero es probable que no me lleve más de 1 hora. Después vuelvo y desayuno acá en casa.

Pablo: Bueno, Anto, está bien. Pero por favor, cuidate. Y si pasa algo, llamame.

Antonella: Tranquilo, lo voy a hacer.

*Antonella sonríe y se va de ahí*

*Por otro lado*

*En la cafetería*

*Giuliana estaba esperando a Antonella, pero entonces llega una persona no grata al lugar*

*Era Malena, y Giuliana cuando la ve entrar, se molesta*

Malena: ¡Hola! ¿Cómo está la gente?

*Malena se acerca a Giuliana*

Giuliana: Hasta que llegaste, estábamos bien. ¿Qué hacés acá?

Malena: ¡Vine a pasear! No hace falta ser amiga de Mariano Santana para venir a tomar algo.

Giuliana: O sea, viniste a molestar, en español.

Malena: Yo no lo diría así, más bien vine a divertirme. A ver, ¿qué tenés ahí?

*Malena miraba a las manos de Giuliana, tenía dos dijes en la mano*

*Giuliana los guarda en su bolsillo*

Giuliana: ¿Qué te importa, Malena? Metete en tus cosas.

Malena: ¿Eras collares de la amistad? Qué tierna... ¿ya me perdonaste?

Giuliana: Uy, Malena, cortala. No es para vos, porque no sos mi amiga.

Malena: Aww, dejame adivinar... ¿Es para tu ex amiga huérfana Antonella?

Giuliana: Es mi AMIGA Antonella, y la próxima que te expreses así de ella, me vas a conocer enojada en serio.

Malena: Ay, bueno, perdón. Yo pensaba que después de la desconfianza y lo del robo, su amistad iba a estar en la cuerda floja...

Giuliana: Encima de que vos la inculpaste decís eso.

Malena: Hacete cargo, Giuliana. Un amigo no desconfía de otro, y eso hasta yo lo sé.

Giuliana: Exacto, pero fue todo tu culpa. Y estoy arrepentida así que ahora la estoy esperando para que hablemos.

Malena: ¿Por qué insistís en alguien como ella? Ella no vale la pena, ni siquiera como amiga. En cambio, mirame a mí...

Giuliana: Vos resultaste ser una flor de traidora. No me interesa tener amigos así, porque el que traiciona una vez, traiciona siempre.

Malena: ¿Sabés algo? No estoy de acuerdo. Además, sabés bien que a vos te conviene personas como yo en tu vida, no como Antonella. Y eso hasta tu familia lo sabe.

Giuliana: Cómo se nota que en tu cabeza no pasa otra palabra que no sea plata, plata y más plata. Por eso no tenés amigas, Malena. Y todos se alejaron de tu lado por ser tan superficial y pensar así.

Malena: Error, ustedes se alejaron de mí por Antonella. Antes de que ella llegara yo estaba consiguiendo tu perdón.

Giuliana: ¡Dejá de culpar a Antonella de todo lo que te pasa!

Malena: ¡Es la realidad! Vos solo sentís lástima por ella, como TODOS. Porque te conozco y jamás serías amiga de alguien tan insignificante como Antonella.

Giuliana: ¿Qué me vas a conocer vos? No me hagas reír...

Malena: Te conozco mucho más de lo que vos pensás, hasta mas que Antonella. Sé tu color favorito, las comidas que te encantan, sé que te encanta el capuccino, los libros que te encantan leer, sé que sos sensible, sé cada uno de tus secretos, te conozco muy bien, Giuliana.

Giuliana: Y así y todo me traicionaste. Y Antonella jamás me habría hecho algo así.

Malena: ¿Por qué no admitís de una vez la verdad? Vos nunca serías amiga de alguien como Antonella, porque te da lástima, porque mirá lo que es ella y mirate a vos, desconfiaste de ella por eso...

Giuliana: ¡Uff, dejame en paz, Malena, sos insoportable! ¡No voy a reconocer algo que no es cierto!

Malena: A ver, dale, admitilo, y te dejo en paz.

Giuliana: A ver, ¿me vas a dejar en paz si te digo lo que tanto querés oír? ¿Y te vas a ir?

*Malena ve que Antonella estaba entrando al lugar*

Malena: Obvio.

Giuliana: ¡Bueno, entonces te lo voy a decir! ¡Nunca sería amiga de alguien como Antonella, y si lo fui, es porque sentí lástima, no por gusto! ¡Ella no es nada al lado mío! ¡Y por eso desconfié de ella en primer lugar! ¿Listo, feliz?

*Antonella al escuchar eso estaba enfurecida, decepcionada y triste*

*Y Malena ríe*

Malena: Yo sí, pero Antonella no tanto...

Giuliana: ¿Qué?

*Giuliana se da la vuelta, y estaba Antonella ahí, mirándola con enojo*

*Giuliana estaba sorprendida*

Giuliana: Antonella, pará un segundo, por favor...

Antonella: ¿Para esto querías que viniera? No lo puedo creer, pensé que eras diferente... sos una porquería, como Malena. Quédense juntas, como amigas, hacen una buena dupla...

*Antonella se va corriendo de ahí*

Giuliana: ¡No, Antonella, por favor, pará!

*Giuliana va corriendo atrás de ella*

*Y Malena sonreía con satisfacción*

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