llegando al Palacio

Durante varios días Raissa leía libros sobre el reino, los recuerdos que tenía eran solo de cuentos de hadas, cocina y novelas tontas, su educación básica la tenía basada para ser una dama.

-Raissa, eras o muy tonta o muy inocente, tienes magia que es muy fuerte y no la aprovechaste.

-Señorita, su padre la espera en su despacho.

-Gracias ya voy.

El Duque terminaba sus pendientes del Ducado, él viajaba mucho, en esta ocasión no quiere dejar sola a Raissa, pero a ella no le gusta ir al palacio.

-Padre, buen día, me llamo?

-Raissa, tengo que ir a la capital, pero no quiero dejarte sola, sé que no te gusta ir, pero podemos quedarnos en el hotel si no te gusta el palacio.

-No, si quiero ir y quedarme en el palacio no será problema, padre sé lo que sientes por la emperatriz si es por mí no te detengas, yo en dos años entraré a la academia, padre mi magia es muy poderosa que tengo que usar un brazalete para que esté bajo control, quiero ir al reino de Lennox para controlar mi maná.

-Que dices? Tan lejos?

-Sé que hacia berrinche cada vez que te ibas, pero era por influencia de mi tía, ya entendí que el amor no se fuerza, solo te pido, que a mí mayoría de edad no me obligues a casarme, si la emperatriz te acepta pueden tener más hijos, para que hereden el ducado a mí puedes darme la dote de mi madre.

-Raissa tú eres la heredera de ducado, eres mi hija.

-Si, pero puedes tener un hijo varón, si eso pasa el tiene que ser el heredero, este ducado es uno de los más importantes siempre tiene que ser un Duque

-Tú puedes aprender y ser la Duquesa de estas tierras.

-Si lo sé, pero deja que pase el tiempo, si te casás de nuevo y tienes solo hijas yo seré tu heredera, si tienes un varón el lo será.

-Bien, prepara tus cosas, partimos mañana.

-Bien, ahí puedo tener un maestro de magia.

-Si lo buscaré cuando lleguemos a la capital.

El viaje fue tranquilo, Raissa quería ir a caballo, pero su padre no la dejo, además la verdadera no sabe montar, pero ella sí.

-Que aburrido, mejor me dormiré un rato, Nana me despierta cuando lleguemos a la posada.

Para llegar a la capital eran 4 días en carruaje y a caballo solo dos días, Raissa jamás imagino que incómodo sería el viaje.

-**extraño los autos y los aviones**

Falta mucho, ya me canse de ir sentada y que todo rebote, me duele todo el cuerpo

Cuando por fin llegaron al palacio, al personal le sorprendió ver a Raissa.

-Duque, su palacio está listo como lo pidio, señorita es bueno verla.

Ella saluda con una sonrisa, todos quedan encantados ella es muy bonita.

-Gracias a todos, padre puedo irme

-Sí, ve te veo en un rato

Le indica el camino al palacio y ella se va directamente a la cama, estaba tan cansada que se quedó dormida, cuando despertó ya era de noche.

-Vaya dormí bastante, pero tengo hambre 🥱😋

Llamo a su Nana y ella le trajo algo ligero para comer.

A la mañana siguiente el duque estaba desayunando con la emperatriz y esperaban a los niños

-Ricardo, la muerte de tu cuñada fue extraña, esos escorpiones no viven cerca de ahí, de dónde salió.

-No sé, el empleado dice que el había limpiado y nunca vio esos escorpiones, pero fue su castigo, de haberla encontrado con vida yo mismo la mataría. Siempre creí que su cariño hacia mi hija era genuino, jamás me imaginé que hiciera algo así.

-Si esa mujer era mala, mira que matar a su propia hermana, Dios se merece lo que le pasó, lo siento por tu esposa.

-Gracias Clarissa, sé que no es el momento, pero quería decirte que Raissa no se opone a lo nuestro

-Cof cof heee! Tienes toda la razón no es momento de hablar de eso los niños no tardan en llegar

-Está bien, hablaremos luego.

La emperatriz se ahogaba con su té al escuchar las palabras del duque, Raissa siempre fue cortante con ella y no permitía que se acercara, ahora está de acuerdo, probablemente sea por lo de su tía, pero hay que ver si ella realmente lo quiere y también hablar con Alejandro.

Raissa llega acompañada de su Nana, la cual batallo para lograr que se pusiera el corset, Raissa no lo quería por qué hacía calor así que se lo quito.

-Buenos días, majestad - Buenos días, padre

-Pero Raissa estás muy grande, me alegra que esté aquí, toma asiento, te pedí panqueques para tu desayuno espero que te guste.

-Gracias majestad.

-El príncipe no debe tardar.

Raissa toma su lugar al lado de su padre, quien la mira extraña, la última vez que fueron ella no fue tan amable.

-Buenos días madre - Buenos días duque Beckham

El duque y Raissa se levantan para saludarlo, el a pesar de ser un niño de la misma edad que Raissa es el príncipe heredero desde su nacimiento, el también se extraña de verla ahí, para el es una niña grosera y presumida, la culpa por qué en el fondo el también sabe que su madre quiere al duque y el lo ve como un padre, pero como Raissa no está de acuerdo su madre y el Duque no pueden estar juntos.

-Señorita Raissa, es un gusto verla.

-Gracias príncipe igualmente

Contesta ella sin dejar de comer por qué tenía hambre, algo que le molesta a él, ella siempre lo molesta.

Duque -Raissa, te conseguí un maestro de magia, empezarás mañana, pero tomarás clases con el príncipe

Raissa -Gracias padre, no hay problema

Principe -Queee conmigo ☹️ por qué?

Emperatriz - Ale, no seas grosero ella estará aquí en el palacio, no hay más niños así que es bueno que compartan clases.

Raissa - No lo molestaré alteza, no se preocupe por eso.

Príncipe - 😒 Bien estoy de acuerdo.

Raissa - 😊😊 **Maldito mocoso**

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