5.

23 años después Sevilla, España.

-Romina y Rafaela mis princesas- dijo el bello hombre tomando la mano de las dos hermosas chicas que bajaban del avión privado.

-Papito, 1 mes es un martirio lejos de ti casi 2 años sin estar en casa es el infierno- dijo Romina abrazándolo fuertemente.

-No seas tan cursi Romi dame espacio quiero abrazar también a papá-

-No peleen mis amores papá tiene suficiente espacio para abrazarlas a las dos- las abrazo y camino con ellas directo al auto abrió la puerta para que ellas pudieran subir y después subió el. Eran custodiados por alrededor de 20 hombres la noticia de que las princesas regresaban a casa se extendió rápidamente y eso solo hacía que su estadía en Sevilla fuera peligrosa.

-¿Por qué hay tanta seguridad papá?- pregunto la más curiosa y observadora (Romina).

-Es lo de siempre princesa- contesto Alonso despreocupado

-3 camionetas y 2 motos no es lo de siempre sin contar el auto de enfrente-

-No se te escapa ni una hermanita apenas me di cuenta de que hay mucha seguridad- hablo Rafaela prestando más atención.

-Es que tú estás demasiado distraída Raf, te he dicho que debes poner atención a todo lo que te rodea-

-Lo se Romi pero para eso vienes tu conmigo, nunca nos separamos así que estaré bien-

-Tu hermana tiene razón hija debes estar alerta-

-Estamos en peligro verdad-

-No cariño solo..-

-No nos mientas papá, ya no somos unas niñas- Interrumpió Romina.

-Romina tiene razón, ¿que sucede?-

-No tienen de que preocuparse estarán protegidas el tiempo que estén en casa-

-¿Cómo que el tiempo que estemos en casa papá?- preguntó Romina desconcertada ella creía que se quedarían permanentemente en Sevilla no deseaba ir a otro lugar extrañaba a sus padres.

-Regresarán a Colombia después de la fiesta de cumpleaños de su madre-

-Yo no quiero irme a Colombia, quiero estar aquí contigo y con mamá-

-Yo si quiero regresar a Colombia papá puedes enviar a...-

-La próxima semana suben a ese avión aunque las tenga que drogar, pero ambas regresan a Colombia-

Ninguna de las dos hermanas dijo otra palabra, estuvieron en silencio hasta llegar a la preciosa residencial propiedad de la familia Rodríguez. Una bella mujer de mediana edad se encontraba en la entrada impaciente por ver a sus hijas después de casi 2 años que tenían fuera de casa.

-Mi niña- dijo abriendo los brazos para recibir a Rafaela quien corrió rápidamente seguida de cerca por su hermana.

-Mami, te extrañé tanto- contesto abrazándola.

-Y yo a ti mi princesa, estás bellísima- dijo admirandola, sin embargo cuando fue el turno de Romina...

-¡Mamita!- gritó Romita abrazando fuertemente a su madre.

-Hay Romina me asfixias- contesto Ximena separándose rápidamente de ella- Sabes que detesto tu efusividad, por dios esa ropa está horrible por qué no tienes mejor gusto como tu hermana-

- Mami pero este vestido... -

-Vamos princesa, te tengo una sorpresa- le dijo Ximena a Rafaela, ignoro a Romina y entro a la casa junto con Rafaela.

-Disculpa a tu madre hija sabes que..-

-No la disculpes papito, mamá nunca me ha dejado abrazarla como deja a Raf, no debí hacerlo. Voy a mi habitación quiero darme un baño y descansar un poco- le dio un corto beso en la mejilla a Alonso y se fue a su habitación .

Alonso subió molesto hasta la habitación que compartía con Ximena, pero al escuchar voces adentro se detuvo.

-No la aguanto, es que ya no la aguanto más. Maldita la hora en que me quedé con ella, es que es desesperante criar a la hija de...-

-¿De que hablas mamá?- preguntó Rafaela muy sorprendida, sabía que su madre tenía un carácter horrible y que trataba diferente a Romina pero no comprendía a qué se refería Ximena.

-Nada hijita es que tú hermana me saca de quicio-

-Pero Romina no ha hecho nada mamá, solo te abrazo te extraño muchísimo igual que yo; de verdad a veces no comprendo por qué tratas así a mi hermana. Romina siempre ha tratado de complacerte, pero nunca lo ha logrado por qué no la quieres mamá-

-No digas idioteces Rafaela amo a tu hermana igual que a ti, tú eres mi consentida es obvio, pero las amo igual-

-Rafaela por favor déjame a solas con tu madre-

-Por supuesto papá iré con Romina- salió rápido de la habitación.

-A que te referías cuando dijiste que maldita la hora en que te quedaste con Romina y que es desesperante criar a la hija de, ¿de quién Ximena?-

-Mi amor escuchaste mal yo solo estaba abrumada por..-

-Por nada quiza por la llegada de Rafaela, pero por Romina no lo creo Ximena, nunca haz querido a mi hija. No entiendo por qué tu diferente trato con ellas, no tienes idea del daño que haz causado en Romina, tus desprecios duelen cada vez más parece que tú no eres su madre-

-Sabes que Romina me recuerda a ese maldito que me dejó, ese mal hombre que me engaño y se burlo de mi solo he sido estricta con nuestra hija Alonso quiero que sea una buena mujer-

-No trates de escudarte en eso, aunque Romina se parezca a su padre biológico físicamente no deberías tratarla así ella no es para nada como ese tipo, es noble, amable, respetuosa, integra, la mujer más tierna del mundo y tú siempre te has empeñado en tratarla mal en ser su verdugo en lugar de ser una madre-

-No puede ser que cada vez que nuestras hijas regresan tengamos esta misma conversación Alonso, solo discutimos quieres que se den cuenta de nuestros problemas verdad por esa razón me reclamas-

-Me enoja que hagas diferencias en nuestras hijas, en que tengo que ver la cara triste y decepcionada de Romina cada vez que llega, cada vez que trata de acercarse a ti solo recibe desplantes o comentarios de mal gusto. No voy a tolerar más esa actitud Ximena-

Mientras tanto en la habitación de Romina...

-Romi por favor abre la puerta no estás bañándote así que abre- pedía Rafaela a su hermana.

-Raf no quiero hablar sobre mamá-

-No lo haremos, ¿por qué tiraste el vestido?-

-A mamá no le ha gustado-

-Pero tú lo amaste, se te veía increíble eso es lo que importa-

-¿Que haría sin ti hermana?- preguntó Romina.

-Creo que estarías muy mal, no entiendo por qué si eres una fiera con los demás dejas que mamá te ...-

-Rafaela por favor no- advirtió.

-No Romina deberías ponerle un alto es nuestra madre pero no puede tratarte así, a veces creo que no eres su hija-

-También lo he pensado-

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