Invitación...

Natalia...

Estar tan cerquita de él, me hace poder sentir el aroma de su piel, respirar su aliento... Me mira con sus ojos verdes y siento que me perforan el alma. Creí que me iba a besar, y creo que hubiese cedido a ese beso... Su perfume, su piel, sus músculos, en fin todo me está pasando factura. Me sentí un tanto desanimada cuando él solo me miró, se relamió los labios, cosa que me pareció supremamente sensual, sonrió de lado y con toda la suavidad del mundo, me soltó para reponerme en las colchas del gimnasio. Apenas me pude sostener en mis piernas, debí respirar profundamente, porque es que mi cuerpo parecía estar hecho de gelatina.

Chad...

Tener a Natalia así de cerquita, hizo que toda mi piel se erice... Mi corazón late y palpita a 1000 por hora. Mirar sus pupilas dilatadas y su boca entreabierta, sus rizos colgando bajo mi mano, y tener la certeza de que NO le soy indiferente, me hace sentir más confiado que nunca, pero a la vez, me hace ir más precavido. La miré sabiendo que dentro de poco espero que MUY poco tiempo podré probar esos labios rosas que me incitan, que quiero ser la razón por la que sus pupilas se dilaten y de que sonría hasta con sus ojos. Sonreí porque estoy feliz... La solté porque si no, estoy muy seguro de que hubiese avanzado y lo hubiese arruinado todo. Por esa razón me alejé un poco, pero definitivamente voy a seguir preparando el terreno. Estoy ahora más convencido que nunca que voy por ella y voy con todas.

Natalia...

Comenzamos la terapia y sinceramente cada vez veo dolor en sus gestos, suda profusamente, sé que está haciendo su mejor esfuerzo, y veo su absoluta entrega en ésta terapia. Prontamente, no necesitará más de mi servicio. Ese pensamiento me da tristeza, ya no vería a Chad y mis hijos se sentirían muy tristes por no ver más a su tito... Creo que esto se salió de control... Yo no debí haber permitido que esto se volviera tan personal. Estoy sumida en mis pensamientos cuando la mano de Chad me trae de vuelta a la realidad. ¿Natalia, hermosa, estás bien? Su cara de preocupación me parece la cosa más tierna del mundo. ¿Qué es lo que pasa conmigo? -pensé- Nada, nada, logre contestar. Me levanté y me fuí al baño. Me lavé la cara y me miré al espejo fijamente. Mi rostro es el de una mujer qué ha pasado por tanto, pero logro ver algo que hace rato había perdido. Ilusión. ¿Estoy ilusionada con un hombre 10 años menor que yo? Y no me preocupa la edad, Felipe también era mayor que yo y nunca fué un impedimento ni nada... Pero ¿que hago yo pensando en alguna posibilidad de tener algo con ese hombre? ¿Le gusto yo? No lo creo, deben haber un millón de mujeres haciendo fila por ese hombre. Es atento, caballeroso, respetuoso con sus padres, con Leah ni hablar... Mejor dicho el hombre perfecto. Pero no creo que sea el hombre perfecto para mí. Tengo 3 hijos que no estoy dispuesta a dejarlos tirados por un hombre. Sé que NO tengo la mejor propuesta para un hombre, así que prefiero ni pensar en eso... ¿Cuál es el punto de tan siquiera pensarlo?

Me estoy volviendo loca. Él es mi paciente, punto. Un paciente que huele delicioso, que está delicioso, que es todo lo que una mujer puede desear, pero mi paciente al fin. Trataré de no traer más a los niños, porque verdaderamente, es darles una ilusión de algo que no es nuestro en realidad. Para mis hijos sería un sueño hecho realidad tener una familia que los ame de verdad. Cosa que no tiene ni por mi lado ni por el de su papá. Por eso esto para ellos es mucho más de lo que alguna vez han podido desear. Es injusto que se los quite. Estoy en una encrucijada.

Sigo mirándome. ¿Podría ser que ellos quisieran ser esa familia que ni mis hijos ni yo tenemos? Sí, puedo hablar con Brandon y ver si eso es posible. Y así no tendría que preocuparme por Chad. Porque a ciencia cierta, él no me ha dicho nada, y pues creo que lo mío es más por mi verano que porque verdaderamente me guste él como tal. ¡Bah! ¿A quién quiero engañar? Sí me gusta, me encanta, es un papacito que está supremamente bueno, tanto es así, que no me voy a hacer ilusiones de amor ni de nada por el estilo. Voy a tener que comprarme un juguetito para que se me pase está calentura.

Chad...

Natalia me tiene MUY preocupado. Desde que salió del baño, la veo pensativa, terminamos la sesión de la rehabilitación y pues se levantó y salió súper rápido del gimnasio. Ese día no duraron mucho porque los niños debían ir al colegio al día siguiente. Eso me pareció que debía ser una excusa más, pero lo dejé así. Igual ella va a seguir trabajando conmigo. Al irse de inmediato pregunté a mi papá que había logrado averiguar sobre Paola y a dónde quería ella ir. Hijo, ella me dijo que su sueño es ir a Disneyland... Ese es su más grande sueño, me dijo que su papá les había prometido eso, pero que nunca lo cumplió, y que sus hermanos también querían ir. Así que ya sabes cuál es el primer destino al cual debes ir…. ¿te encargas de eso por favor papá? Claro que sí príncipe. No te preocupes... Deja todo en mis manos que yo me destacaré en todo lo relacionado al viaje. Eso espero pa...

Pasaron 2 días en los que estuve viendo en que otros negocios puedo invertir o que otra empresa puedo comprar. Después de un largo día, decidí, voy a llamar a Natalia para poder hacerle la invitación. Uno, dos, tres, timbres y nada. Volví a intentarlo y nada. Suspiro derrotado, bueno, debe estar ocupada. Hice unas llamadas más, y pues finalmente me metí a duchar... Al salir, miré y mi celular estaba muerto de batería, lo puse a cargar y al encender encontré un mensaje de voz. Hola Chad... Lo siento estaba terminando una cirugía de emergencia que me llegó. Cuando escuches esto, puedes llamarme. Espero no sea nada grave.

Escuchar su voz tierna y delicada, me vibra el pecho de la emoción. Volví a llamarla y ahí si me atendió. ¿Bueno? Hola Natalia, siento mucho molestarte... Tranquilo, no es molestia... Dime, ¿necesitas algo? Bueno, Natalia, quiero que sepas que tengo una invitación muy especial para ti... Chad, ¿una invitación para mí? Tranquila, no es solo para ti, sino también para los peques. Para todos en realidad, así que no te preocupes. Chad es que no sé qué decir... ¿Cuál es el motivo de esta invitación? ¿Debería haber un motivo para que les haga una invitación? Disculpa es que no estoy acostumbrada a eso. Lo siento... Pero bueno, está bien, ¿a dónde vamos? Es una sorpresa para todos ustedes. Así que nos vemos en un par de días entonces... Está bien, nos vemos. Descansa Natalia... Descansa Chad. Y la llamada terminó.

Mi corazón comenzó a latir desbocado. Cada vez que escucho mi nombre en sus labios, siento que me va a dar un paro cardíaco. Ésta mujer tiene demasiado poder en mi. Pero no me voy a quejar... Me quedé mirando el celular y dije... ¡Ay Natalia! Esta será la primera de muchas salidas que tendremos hasta que logre conquistarte.