Hechizado y Confundido

Hola a tod@s.. A mí me conocen como muy por encima. Si, soy el hermano mayor la cachorra María Paulina Ballesteros, ahora María Paulina Volkov. Viví en Medellín hasta hace muy poquito que ya mi hermana nos imploró que nos quedasemos, que no nos podíamos ir, porque aquí estaban 2, ella y Stiven que está casado con la cuñada de mi hermanita. Ellos están felices con sus respectivas parejas.

No los culpo, cuando el amor llega así, tan de pronto, uno se lo disfruta. Estoy feliz por ellos, pero no estoy feliz por mí. Me siento frustrado, DEMASIADO frustrado diría yo. Mi vida sentimental ha transcurrido sin muchas penas pero sin muchas glorias también. Soy un hombre muy centrado, he tenido muy pocos inconvenientes debido a que como ya dije antes, soy bastante centrado. Mi vida estaba perfectamente bien hasta que la conocí a ella... Esa niña de cabellos negros largos y lisos que me tiene hechizado y confundido.

Parece una muñequita, es supremamente hermosa, pero demasiado joven para mí. ¡¡¡Es incluso menor que mi hermanita!!! A penas la ví ya supe que esa mujer podría ser un dolor de cabeza para mí. Pero cuando supe su edad, ahí fué donde definitivamente me puse un freno. Le llevo casi 10 años. Es demasiado. Ella es muy joven y sí es cierto que Ann Lee y Stiven ya están casados, yo no soy Stiven y ella no es Ann. Las veces que hemos ido a la playa juntos o los fines de semana cuando estamos en casa de Hannah y Bastian, debo poner todo de mí para no agarrar a esa nena y palmearle ese delicioso traserito redondito como manzana. Es que está buenísima y la muy descarada lo sabe. Ella me dijo que le gusto, que está enamorada de mí. Porque a decir verdad, hablamos mucho la primera vez que nos vimos, hasta que me dijo su edad. Para mí era casi un delito.

Por eso, antes de que fuese a pasar algo más, me alejé, y cuando ella viene y toma la iniciativa, debo retirarme caballerosamente y la razón es que siento que su sola mirada me perfora, me escudriña el alma y el mero roce de su piel con la mía, quema. Jamás sentí nada así por otra mujer. Ni siquiera por mi ex que nos jurábamos amor eterno... Lo que siento con esa preciosa, pero prohibida china es algo que jamás tendré como describir o explicar.

Lo mío es más los tatuajes, el ejercicio, las motos, pero sobre todo el campo. Me encanta, y por eso fue que estudié Agronomía y estaba al cargo de nuestra finca. Yo soy lo que soy dónde sea que vaya. Amo mi Medellín, pero también amo a mis sobrinos, ese par de criaturas que me tienen loco. Sobre todo Paulette que es sumamente apegada a mi... La tía de Alex me ha dicho para ser modelo en sus campañas de ropas para hombres, pero aún no me siento seguro...

Ya tenemos un año viviendo aquí en Estados Unidos y hemos vivido cómodamente, porque ciertamente mi papá trabajo toda su vida, por mi parte, siento que estoy perdiendo tiempo aquí. Yo No soy ni seré un gran CEO como lo es mi cuñado o abogado como mi hermano. Lo mío es la tierra, es sudar y esforzarme hasta que siento que mi cuerpo tiembla. Por eso entre la tierra y las pesas se va mi vida.

Cuando la tía Lizy me ofreció el trabajo de modelo de inmediato dije que no, imaginarme allí de niño bonito me daba hasta escalofríos, aunque mi mamá me dijo que lo pensara bien, que me atreviese a hacerlo aunque sea una vez en la vida. Lo pensé, es demasiado raro este cambio en mi vida.

Finalmente, un día acepté y fuí hasta la agencia, dónde todos me dieron la bienvenida, las mujeres me comían con la mirada, pero yo ni les paré. No estoy buscando mujer, de hecho no estoy en busca de eso, pero pareciese que el destino me quiere poner de malas, porque ese mismo día, escuché a la tía Lizy que le decía a las nuevas aspirantes que tomaran asiento y se fijarán en lo que era caminar con gracia y elegancia. Me pareció curioso, me quedé allí parado, junto a otros chicos más que estaban allí y entre ellos cuchicheaban Ahí viene la diosa de la pasarela... Esa mujer es de otro mundo... Quien fuese aire para aunque sea rozarla... Me intrigaron los comentarios de esos chicos... Cuando comenzó una música suave, de detrás de la escenografía, salió la aparición más angelical que yo haya visto. Me quedé embelesado viendo a Leah quien caminaba como si no tocara el piso, más bien lo hacía como flotando.

Era como ver a un hermoso cisne, la flexión de sus piernas, la largura de sus piernas, su hermoso y largo cabello negro que a penas se movía, era definitivamente una visión, la más hermosa de todas. Llegó al borde y miró hacia donde estaban las nuevas aspirantes a modelos les sonrió de una manera tan hermosa, no fué una sonrisa fingida o una demasiado expresiva. Fue como si les transmitiera su seguridad y confianza a ellas y los hombres ni hablar. Los miró, les asintió con la cabeza, me miró y por un momento sentí como si sus ojos brillaran, pero inmediatamente siguió en lo que estaba haciendo. Luego se posicionó al lado de su tía quien les comenzó a dar unos tips y luego le pidió a Leah que también dijera un par más. Habló y la sentí tan segura. Sonreí, pero de inmediato calmé la sensación de calidez que me invadía por dentro. No podía ponerme así por esa niña.

Los niñitos que estaban delante de mí no hacían más que devorarla y comenzaron a hacer apuestas y decir cosas como: Imagino a esa diosa en mi cama, debajo de mí, gimiendo mi nombre. Creo que la voy a invitar a comer y como todas las demás, pasaremos una noche deliciosa y al día siguiente como si nada hubiese sucedido... Mis manos se hicieron puños, quería partirle la boca a ese sucio engendro por hablar así de ella... En serio los quería matar. Pero yo no podía llegar la primera vez a la agencia con esa actitud. Los miré y la miré, ellos unos parásitos asquerosos y ella simplemente un ángel. Derecha, con sus manitas hacia el frente observando atenta todo lo que dice su tía y hasta llego el momento en el que se mordió el labio y jugueteó con la punta de su hermosa cabellera. Ese simple gesto hace que mi respiración se agite y me suden las manos.

Pero me calmo, respiro y cuento hasta mil. Vuelvo a recomponerme y la observo. Es una niña, es una niña... Pero mi cabeza me traicionó y me dijo.. Sí, pero que niña tan divina....