Operación urgente.

CECIL.

Al abrir la puerta por el sonido del timbre lo primero que vi fue a Emilio tirado en el suelo, me hinque y golpee con delicadeza sus mejillas para ver si reaccionaba, pero no sucedía.

— Emilio, hijo despiertan, por favor— seguí moviéndolo y no reaccionaba.

Cuando escuche pasos venir haca mi dirección y sabía que era Lilith.

— mamá, ¿que sucede?— tomé la mano de mi hija apretándola suavemente.

— por favor, llama a tu padre— ella asintió y fue a buscarlo.

Al verlo venir de inmediato lo subió a la camioneta, por fortuna la lesión que tenía en la pierna se estaba curando por completo, agarre la mano de Lilith guiandola hacia la camioneta para poder irnos al hospital más cercano.

Y en el camino le dije a mi niña lo que estaba pasando con Emilio, al llegar ella bajo corriendo y pidiendo ayuda a todo pulmón.

Vinieron los enfermeros subiéndolo en una camilla, nos fuimos a prisa tras de ellos, hasta entrar a urgencias, pero nos impidieron continuar después de la línea roja.

Una enfermera se acercó para anotar la información del paciente y después del largo papeleo nos sentamos en la salita de espera.

Después de esperar y tranquilizar a mi niña, el médico salió gritando el nombre de Emilio.

— somos sus suegros y ella es su novia— el asintió.

— les seré franco, el paciente esta muy delicado tras varios estudios rápidos, descubrimos una afección en su corazón— Lilith me abrazo al escuchar al médico decir eso.

— pero, ¿se recuperará?— pregunto Lilith y el doctor negó y a esa acción le susurré la respuesta.

— tenemos que hacer una cirugía urgente, pero necesito el consentimiento de un familiar directo.

— podremos localizar a su madre— volteé a ver a mi esposo— verdad César.

— si, doctor— el médico asintió.

— por favor señores que sea lo más pronto posible porque la vida del joven está comprometida— asentimos mientras se escuchaba el llanto de Lilith.

De inmediato César marcó el teléfono de la madre de Emilio, pero jamás atendió la llamada, estábamos desesperados el abuelo no se encontraba en el país y por mala suerte no teníamos el número de él, César fue en busca del médico para hablar sobre la situación.

Y después de casi media hora regreso abrazando a nuestra hija.

— tranquila mi niña, el doctor hará lo que esté en sus manos para ayudarlo— asintió aún con sus ojos mojados por sus lágrimas.

— tengo miedo, no quiero que le suceda nada— la abracé hasta susurrarle.

— él, es fuerte y puedo asegurarte que saldrá de esta para continuar con su bonito noviazgo mi amor, no llores, el te necesita fuerte para cuando se recupere— asintió limpiándose las lágrimas.

Sé que decirle eso a mi niña es darle una esperanza que quizás no exista, pero solo espero no equivocarme ante mis palabras y le pediré a Dios que lo ayude a salir victorioso de esta batalla.

〰️〰️〰️〰️

Al saber que Emilio está mal, me dolia y me da terror que le suceda algo en la cirugía, aunque la señora Cecil me diga que es fuerte y me aseguré que todo estará bien, sé que solo lo hace para calmarme y tener la mente fría junto a mí ser calmado para esperar la noticia de su cirugía.

Las horas pasaban y el médico no salía, estaba por arrancarme el cabello de la angustia y desesperación, las enfermeras no sabían decirnos nada.

El señor César cada cinco minutos iba y preguntaba, pero regresaba con la misma respuesta, hasta que el médico salga y de el informe, no paraba de caminar por la sala de espera, de la cual por el tiempo aquí ya me había aprendido cada lugar por donde caminar.

Me sentaba, me paraba, caminaba, sentía un enorme vacío en mi pecho y solo volví a llorar hasta que escuchamos la voz del doctor.

— familiares de Emilio Moretti— caminé hacia su voz, sintiendo el abrazo de la señora Cecil.

— dígame doctor, ¿cómo está?— la señora Cecil me dijo que había asentido y solo espere a que hablará.

— afortunadamente salió muy bien de la cirugía a pesar de que se prolongó todo salió bastante bien, él paciente tenía obstruido un ventrículo y al haberlo destapado mejorará su calidad de vida.

— gracias a Dios— escuché decir a la señora Cecil— ¿cuánto tardará en recuperarse?, ¿podemos verlo?.

—su operación fue delicada y su recuperación será un poco lenta, pero no se preocupen estará monitoreado para ver su avance y vigilar si se presenta alguna anomalía, en un momento podrán pasar a su habitación y solo uno podrá quedarse— asentimos— bueno, es todo de mi parte, permiso, señores, señorita.

Abracé al señor César y después a la señora Cecil, estaba feliz por la gran noticia que Emilio había salido bien de su cirugía.

Después de algunos minutos una enfermera nos informó que ya podíamos pasar, caminamos hasta entrar a la habitación, camine hasta tocar la camilla y fui palpando hasta tomar su mano.

Y solo entrelace mis dedos entre los suyos, me sente junto a él, derramando lágrimas sin parar.

— calma hija, él se recuperará rápido, si resistió la cirugía esto es menor— asentí limpiando mis mejillas.

Seguí sentada junto a él, mientras escuchaba a los señores Monroe hablar sobre que irían a la empresa de Emilio para que le avisaran a su abuelo sobre lo que a sucedido, lo que no entiendo es por qué su mamá no atendió a nuestro llamado, me incorporé de donde estaba recostada sobre la camilla.

— mamá, ¿volviste a llamar a la mamá de Emilio?— sentí su mano apretarme junto a un suspiro.

— si hija, después de la cuarta llamada me contesto y al decirle sobre lo que le pasaba a Emilio, solo me dijo que no la molestara y...— guardo silencio hasta que voltee a su dirección.

— mamá, ¿que te dijo?, dime por favor— suspiro sintiendo sus brazos y un pequeño sollozo— ¿qué pasa?.

— es que lo que me dijo me dolió mucho, antes de colgarme dijo que ojalá se muriera ese bast...— me abrazo más fuerte ahogando su llanto en mi hombro.

— pero, ninguna madre le haría eso a su hijo, desearle el mal— me quede pensativa por lo que había dicho recordando que mi madre fue aún peor conmigo.

Suspire separándome de ella para volverme a sentar, la enfermera se hizo presente avisándonos que una sola persona debería estar en la habitación y sin pensarla le dije a los señores Monroe que yo me quedaría.

Y sin replicar a mi pedido se despidieron de mí asegurando venir mañana, salieron y solo volví a tomar su mano dejando un beso en ella.

— mi vida, por favor recuperarte, me haces mucha falta— mi voz se entrecortó, me recosté sobre la camilla besando su mano— te amo, Emilio.

Me quede en vela el resto de la noche, escuchando el sonido del monitor cada que latía su corazón y con mi esperanza firme y a la espera de que el despierte para volver a escuchar su voz.

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Comments

Luz Mila Salazar

Luz Mila Salazar

ja madre será hienas no perdón no se puede ofender las hienas

2024-04-26

2

Beatriz Martinez

Beatriz Martinez

ahi si que madres lesctoco pobren

2024-04-24

1

Maria Gonzalez Gonzalez

Maria Gonzalez Gonzalez

que par de madres les tocó a ellos, pobres 😃 pero saldrán adelante.

2024-04-24

1

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