La venganza es lenta y muy letal.

Aún estábamos en la suite cuando mi teléfono sonó y de inmediato conteste, era una enfermera informándome que Lilith ya había despertado y pedía hablar conmigo.

De inmediato salimos del hotel yéndonos hasta el hospital, al llegar entraron los señores Monroe y quince minutos después pude entrar yo, al abrir la puerta la vi sentada a la orilla de la camilla.

— hola mi amor, ¿cómo te siente?— asintió en medio de un gran suspiro, camine a ella abrazándola y solo rompió en llanto— calma mi vida, todos pagarán; sabes que te amo.

— si y yo también te amo, mi vida— limpie sus lágrimas besando sus labios y mejillas— quiero irme, nunca me han gustado los hospitales.

— ya lo esta arreglando el señor Cesar— asintió con una hermosa sonrisa.

Me quede a su lado hasta que una enfermera vino a quitarle todo lo que tenía conectado y avisándonos de el alta voluntaria, la ayude a llevarla al baño y donde tambien la ayude a cambiarse.

Nos trajeron una silla de ruedas y la saque de ese lugar y los señores Monroe ya nos esperaban, subimos y fuimos al hotel donde recogí nuestras maletas, cancele y volví a subir a la camioneta de los señores.

Y nos fuimos a la pista, donde de inmediato despegamos, solo pasaron unas horas, al bajar nos fuimos a la casa de mis suegros.

Al entrar llevé a Lilith a su habitación recostándola y hasta que concilio el suelo salí para encontrarme con el señor César, quien tenía una gran sonrisa.

— ya lo tienen— asentí frotando mis manos— vámonos, Cecil estará al pendiente de nuestra niña.

Salimos de su despacho hasta la afueras y nos fuimos en mi auto manejando por alrededor de una hora, llegamos a una casa, al bajar de inmediato entramos viéndolo sentado en una silla.

No pude controlarme y solo lo golpeé varias veces hasta que el señor César me agarro alejándome de el.

— tranquilo, esto hay que disfrutarlo, escuchaste Jonathan, solo es ojo por ojo.

Vi al señor César golpear una y otra vez hasta sacarle la sangre, al separarse era mi turno tomando un bate, cada golpe yo gritaba con mucha euforia por el momento.

Mi suegro hizo señas y hombres sanguinarios hicieron el trabajo sucio quedándonos de espectadores por un par de horas, cuando lo dejaron me acerque a él jalando su cabello.

— lo que le hiciste a Lilith, lo pagaras y de la misma manera— volteó a verme sorprendido— sabes de que hablo imbécil, te haré sufrir como no tienes idea.

Quite mi saco remangando las mangas de mi camisa, desajuste el cuello y me acerqué a una mesa con gran variedad de herramientas.

Tome una pinzas y con ellas fui fracturando cada falange, después continué con un cuchillo haciendo miles de heridas y me seguí con un desarmador el cual ayudó a dañar lo que a Lilith le arrebato hace años.

Él gritaba con desesperación y para no escucharlo tapé si boca con tela, seguí experimentando con cada utensilio pasaron casi tres horas donde ya no aguanto más y solo partió de este mundo, camine hacia mi suegro quien solo me sonreía.

— uno menos, faltan cuatro— asentí poniendo de nuevo el saco.

Maneje de regreso siendo ya de madrugada, espere hasta que entrará el señor César y me fui a mi departamento, al llegar me di una ducha y la ropa que traía la deseche y solo me acosté durmiendo tan rápido para mi buena suerte.

Los días pasaban y tenía ya vigilados cada paso de esa maldita familia, Margaret, Melissa y Darius muy pronto pagarían al igual que el bastardo de León quien a sabido esconderse como el bicho que es.

Lilith afortunadamente lo que le sucedió, lo dejo atrás continuando con su vida, ella solo me decía que confiaba en mí y sabía que tomaría la mejor decisión.

Hasta que dos meses después mandamos capturar a esas basuras y estaba más que listo para desquitar toda esta furia que llevo conteniendo por su maldita culpa.

En esta ocasión el señor César no pudo acompañarme porque estaba enfermo, al llegar al mismo lugar estaba los tres amagados y vendados.

Me acerque a ellos sin decir una sola palabra tome tres cuchillos y el primero en sentir dolor fue Darius quien gritaba como una maldita perra, quite la venda para que viera mi rostro por última vez.

La siguiente fue Margaret e hice lo mismo y al verme se sorprendió quedándose atónita, la última fue Melissa y al quitarle la venda se quedó en shock.

— les aseguro que mi rostro será el último que verán, porque ustedes no saldrán de aquí— Melissa abrió los ojos hasta gritar.

— tu madre nunca te perdonara si me pasa algo a mi o, a este bebe— me rei a carcajadas.

— Melissa, ¿cuál bebe?, y si lo estás, te puedo confirmar que no es mío, ahora retomando, ustedes en el pasado dañaron a un ser inocente y hoy le haré justicia.

Y sin esperar a sus estúpidas respuestas, tome otro cuchillo apuñalado a Darius y cuando me canse le dispare en su entrepierna.

Limpie lo que quedaba del cuchillo, ya que se había roto por ejercer demasiada fuerza, desajuste mi camisa, los hombres que estaban en la casa me pasaron una jarra con agua hirviendo y sin pensar la aventé en dirección de Margaret quien gritaba con desesperación.

— grita lo que quieras, te aseguro que aquí nadie te escuchara— la golpee apuño cerrado hasta que perdió el sentido.

Estaba con la adrenalina al tope y Melissa solo me observaba.

— no te atreverías a lastimarnos— me encogí de hombros hasta que uno de los hombres me entregó un sobre.

— al leer, era una prueba donde decía NEGATIVO sonreír por qué sabía que era otra mas de sus mentiras, camine a ella tomándola del rostro— no deberías estar tan segura— le mostré la hoja mientras la jalaba del cabello y ella solo se sorprendió.

— me alejé haciendo un chasquido— hasta nunca y muy pronto tu hermano les hará compañía.

Y salí de ese lugar escuchándolos gritar, había ordenado que trajeran lobos hambrientos, sé que es cruel, pero eso y muchísimas cosas más se merecían sufrir, pero eso lo tengo reservado para la única persona que más la daño.

Subí a mi auto manejé y en el camino me llego un mensaje al leerlo sonreí por la gran noticia.

📩lo hemos encontrado..

Al llegar a casa, me di un baño cambiándome de nuevo para ir a ver a Lilith, pero al abrir la puerta estaba mi madre parada junto a su ceño fruncido.

— ¿no has visto a Melissa?— negué saliendo y cerrando la puerta— deberías saberlo desde la mañana la estoy intentando localizar.

— madre, no soy su niñero para saber que hace y por fortuna no la e visto a esa loca— y solo al decir eso, intento darme una bofetada, pero no sé lo permití.

— Emilio, ¡suéltame!, me estás lastimando— la solté alejándome de ella.

— jamás le permitiré que vuelva a abofetearme— camine al ascensor presionando el botón— y también le pediré que jamás me vuelva a buscar en su vida, señora.

— al abrirse el ascensor la vi caminar a mi dirección y antes de cerrar me grito— maldigo el día que te tuve— y solo cerró el ascensor.

Sintiendo una gran punzada en el corazón por sus crueles palabras, al salir dl aire me faltaba y como pude, maneje hasta llegar a la casa de mis suegros, baje y la punzada se había echo mucho más aguda camine con dificultad hasta la puerta tocando el timbre, pero antes de que abrieran solo me desvanecí.

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Comments

✨ Isyuris🇻🇪🌻✨

✨ Isyuris🇻🇪🌻✨

Emilio no sabía q tenías dotes de mafiosos

2024-03-11

3

Nancy Scheherezada Perez Perez

Nancy Scheherezada Perez Perez

suenan super cruel los acontecimientos, pero creo que actuaría de la misma forma si le hicieran algo tan cruel a mi hija

2024-02-13

1

Cecis05

Cecis05

Carol también sera complice? No hay enem8go pequeño... no dejen cabos sueltos q puedan buscar venganza!

2024-02-06

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