Nuevo apartamento.

una disculpa por tardar en subir este capítulo, pero hace unas horas atrás me sentí mal, pero gracias a Dios no es nada de cuidado, espero disfruten este capítulo y en el transcurso de estás horas espero subir otro más, por su atención gracias...

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Estaba concentrada escuchando unos contratos cuando tocaron a la puerta al permitir que pasarán era Saima diciéndome que habían enviado un ramo para mí, me sorprendí porque no tenía ni idea de quien las había mandado.

— Li, no te da curiosidad saber quien te las mando— asentí levantándome de mi asiento.

— si Saima, y, ¿no dice quien las envió?— tomó mi mano acercándome al ramo y al palparlo era muy grande, acerque mi nariz para oler ese refrescante aroma que se desprende de cada pétalo.

— Li, aquí trae una tarjeta, ¿quieres que te la lea?— asentí sonriendo— bueno, dice— aclaro su garganta—El amor tiene que surgir de manera natural, pues si lo exprimes o lo aceleras sin inicio habrá llegado a su final; no permitas que se marchiten. Y solo dice E. M., ¿sabes quien es?.

— no, ni idea Saima, y, ¿son bonitas?— tomó de nuevo mis manos entregandome el ramo.

— son muy bonitas y por lo que me doy cuenta que tu admirador quiere algo serio contigo— solo negué dejando el ramo sobre mi escritorio— bueno solo digo Li, me tengo que ir nos vemos luego.

— adiós Saima y gracias— escuché la puerta cerrarse y continué con mi trabajo.

Hasta que entro el señor César, lo escuchaba chistar hasta que tocó mi mano para que supiera que estaba frente a mí.

— y, ¿esas flores?, ¿quién las mando?— me encogí de hombros entregándole la tarjeta que me había dado Saima.

— no lo sé, Saima dice que solo vienen unas iniciales— hizo un sonido con su garganta afirmando.

En segundos se hizo un silencio y solo escuché la puerta, entendiendo que había salido el señor César, y toda la mañana ya no regreso y parte de la tarde, hasta que nuevamente escuche la puerta y era la voz del señor César junto a alguien más.

Y solo me informo que estarían en la sala de reuniones que era al lado de esta, paso el tiempo me levante tomando una carpeta, para ir a la sala, tome mi bastón y camine, al tocar de inmediato abrieron, pero nadie contestaba hasta que la voz del señor César me hizo pasar.

— ¿qué sucede hija?— le entregué la carpeta mientras me salía un suspiro de lo más profundo.

— tiene que firmar este documento, señor César ya estoy por terminar los pendientes, ¿puedo salir temprano?

— ¿porque?, ¿que vas a hacer?— sentí la carpeta en mi mano.

— Jonathan vendrá para ir al departamento, quiere que memorice cada rincón— escuché toser a la otra persona.

— está bien hija, solo ve con cuidado— asentí dando media vuelta para salir de la sala.

Al llegar me senté y terminé unos pendientes, estaba recogiendo para estar lista cuando viniera Jonathan por mí, cuando la puerta se escuchó, solo se oían pasos acercarse hasta que me tomaron la mano.

— ¿señor César?— escuché una risa y sabía que no era él y de inmediato me solté del agarre.

— no soy César, pero si él que te mando las flores— abrí mis ojos por la gran sorpresa— solo quería verte antes de irme— asentí sin saber que decir— no hace falta que entiendas, por el momento solo déjame conocerte, y para eso me tengo que presentar, me llamó Emilio Moretti, un gusto.

— tomó mi mano estrechándola— el gusto es mío señor y yo me llamo Lilith Cassanelli— sentí su otra mano sobre la mía.

— bueno preciosa, me tengo que ir, pero espero me permitas venir a verte— me quede en silencio hasta que solo asentí.

Y de pronto sentí sus labios sobre mis nudillos, sintiendo un cosquilleo en mi estómago, nos despedimos y lo escuché irse, me levante tome mis cosas y caminé hacia la salida, me despedí del señor César y ya estaba Jonathan esperándome como la noche anterior.

Al subir a su auto nos fuimos hasta el departamento, subimos el ascensor hasta que el sonido de las puertas indicaron que ya estaban abiertas.

Caminamos hasta que el sonido de las llaves hizo que prestara mi atención, al entrar tomó mi mano llevándome por cada rincón del lugar, era inmenso pero para la descripción que me decía Jonathan era muy bonito el lugar.

Después de ese pequeño tour me llevo a casa, donde al entrar a mi habitación estaba Nieve esperándome, la abracé con fuerza, después de estar un tiempo jugando con mi fiel compañera me di una ducha para disponerme a dormir.

Donde los siguientes días cada que llegaba a la oficina un ramo me esperaba, con dedicatorias que me leía Saima, y todas eran muy hermosas.

Era extraordinaria la sensación que sentía cada día al escuchar las palabras que él escribía en cada tarjeta y como cada día por la tarde venía a platicar un poco conmigo...

Hoy era viernes y solo contaba las horas para salir, ya que es el día de la mudanza, estaba recogiendo mis cosas cuando la puerta se abrió y por su fragancia sabía que era él, Emilio.

— hola preciosa, ¿ya te vas?— asentí levantándome de mi asiento.

— si, hoy me mudó a un departamento con Carol y Jonathan— escuché su voz de afirmación.

— y, ¿ellos quienes son?, claro si puedo saber— sonreí hasta asentir.

— son mis amigos y fueron compañeros de la uni, bueno me tengo que ir— camine, pero sentí su agarre en mi brazo.

— ¿te puedo llevar?.— sonreí y el soltó mi brazo.

— está bien— acepté porque en verdad no sé si vendría Jonathan, él quedó de llamar y ya no lo hizo.

Entrelace mi brazo para ir al ascensor, al salir me ayudo a subir a su auto, y de inmediato lo puso en marcha yéndonos a la casa de los señores Monroe, al llegar escuché la voz de la señora Cecil.

— que bueno que has llegado hija, Jonathan llamó para decirnos que se iba a tardar por un problema— asentí abrazándola— ¿Emilio?, hola hijo como has cambiado.

— hola señora Cecil, si verdad, bueno creo, creo que es hora de irme.

— espera, ¿gustas pasar?— esperaba su respuesta la cual nunca llego, pero sentí su mano sobre la mía y caminamos hacia adentro de la casa.

Lo llevé a la sala y la señora Cecil le ofreció algo de tomar, no sé si había echo bien al invitarlo a pasar, pero ya estaba echo y aunque me sintiera un poco nerviosa con su presencia tenía que disimular por hacer las cosas sin pensar.

Solo lo escuchaba carraspear una y otra vez hasta que se escuchó el cascabel de Nieve hasta que sentí su helada nariz tocar mi pierna, acaricie su pelaje chasquee los dedos y se sentó a mi lado.

— que bonito, ¿cómo se llama?— me reí por su pregunta.

— es ella y se llama Nieve— lo escuché afirmar con su voz— ella me ha ayudado mucho y es mi compañera en este proceso.

— entiendo, Lilith si gustas te puedo ayudar con las cosas de la mudanza— sonreí negando.

— no eso ya sería abusar de ti, me ayudara cuando llegue Jonathan o el señor Ces...— chisto con sus labios interrumpiéndome tomó mi mano levantándome.

— sería un placer ayudarte preciosa — asentí y lo llevé hasta mi habitación donde ya estaban listas las cajas para bajarlas.

Me entregó su saco y solo escuchaba el ruido de las cajas moverse junto a sonidos de esfuerzo, hasta que después de muchos minutos tomó mi mano indicándome que había terminado, al bajar las escaleras escuché la voz de Jonathan.

— una disculpa Li, si no pase a tiempo, pero la camioneta no quería encender— asentí con una sonrisa en mis labios.

— sentí una respiración cerca de mi oído que me hizo erizar la piel— bueno preciosa, me voy— asentí ladeando mis labios— fue muy grata tu compañía.

— igual, gracias Emilio— beso mis nudillos, lo escuché despedirse de la señora Cecil y Jonathan.

Después de que Jonathan ya había subido todas las cajas a la camioneta, sabía que era hora de despedirme, me acerque a la señora Cecil abrazándola.

— gracias— la escuché suspirar hasta oír su llanto.

— hay hija mía me harás mucha falta, esta casa será inmensa sin ti o Nieve corriendo por los pasillos, pero sé que esto es importante para ti, solo quiero que sepas que estaré aquí siempre para ti Lilith— asentí con un nudo en la garganta.

— gracias y sé que siempre tendré su apoyo incondicional, gracias por todo Cecil o mejor dicho mamá — al decirle eso la escuche sollozar.

— no sabes lo que mi corazón siente en este momento por decirme así, gracias hija mía— beso mi frente abrazándome de nuevo— bueno, bueno no quiero interferir en sus tiempos, hija solo no te olvides de mí.

— nunca me olvidaría de ti, mamá— la volví a abrazar.

Al separarnos chasque mis dedos y camino a mi lado Nieve, nos subimos a la camioneta moví mi mano en forma de despedida y nos fuimos.

Manejo por algunos minutos hasta que estacionó, pero antes de poder bajar me detuvo Jonathan.

— ¿estás lista?— asentí, aunque a estas alturas me aterre un poco salir aún más de mi zona, pero sé que esto es para seguir avanzando.

— suspire hasta que volví a asentir— más que lista Jonathan.

Y nos bajamos, entrando al ascensor esperando a que el sonido nos indicara poder salir aún nuevo reto en mi vida.

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Comments

Luz Mila Salazar

Luz Mila Salazar

creó lo mismo que el hijo del padrastro y Melissa están involucrados y ésa madre que parece más una hiena

2024-04-26

2

✨ Isyuris🇻🇪🌻✨

✨ Isyuris🇻🇪🌻✨

Por lo q eh entendido estoy casi segura q el hermanastro la violo y la mamá lo sabe la golpearon para matarla y la dejaron en la carretera y la hermanastra también tienen q ver en esto... la mamá es una desgraciada 😡😡

2024-03-11

3

✨ Isyuris🇻🇪🌻✨

✨ Isyuris🇻🇪🌻✨

☺️☺️☺️

2024-03-11

1

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