¿que pretendes con Lilith?.

Nunca pensé que al ir a la empresa del amigo de mi padre la vería a ella, a la misma chica que hace meses habia visto en la fiesta.

Al tenerla tan cerca volví a sentir esa sensación extraña, su dulce voz era como estar escuchando a los mismísimos ángeles y su aroma era tan sutil y encantador que quería tenerla entre mis brazos para jamás dejarla ir.

Se que sonará un poco posesivo y obsesionado con alguien que es la segunda vez que veo, pero no hace falta más tiempo para quererla tener en mi vida.

Sus ojos eran hermoso y su calidez era agradable, mi corazón sin duda estaba sereno y yo sentía que había algo en ella que la hacía muy especial porque me hacia olvidar todo el estrés de un día en la empresa, lo único que aún no entendía es del por qué jamás me vio, en mi corta conversación que tuve con ella solo tenía la mirada puesta hacia el pasillo.

Al llegar a mi departamento no pude dejar de pensarla, su imagen estaba en mi mente, me sentía afortunado porque después de haberme rendido en encontrarla entendiendo que mi búsqueda era un gran trabajo porque solo sabía que estudio en la misma universidad que yo y su dulce rostro, pero la coincidencia hizo su maravilloso trabajo, pero seguía siendo un gran imbécil tenerla tan cerca y jamás le pregunté su nombre.

— estaba perdido aun en mis pensamientos con una tasa de café cuando el timbre sonó y me levante a abrir la puerta y era la mujer más odiosa que pudiera existir— ¿que haces aquí?.

— como que, que hago aquí, pues es obvio, vine a visitar a mi novio o ¿también me negarás eso?— pase mi mano sobre mi cabello para buscar la paciencia que con el tiempo he estado perdiendo.

— Melissa hoy no, tuve mucho estrés en el trabajo como para también aguantar tus niñerías — me di media vuelta ignorándola hasta sentarme en el pequeño sofá.

— olvídalo amor, pero que te parece si te hago un delicioso masaje— sentí sus manos en mis hombros y fueron bajando poco a poco por mi torso— luego un baño de espuma y.

— tome sus manos deteniéndola — Melissa, ¿que parte no entiendes?, estoy estresado y cansado, ni un masaje, ni un baño contigo lo solucionará.

— se incorporó comenzando a gritar— ¿dime quien es?, ¿quién se atrevió a tocar lo mío?— reí por todas las estupideces que decía— esto no es gracioso Emilio, ¿dime quien es esa maldita zorra?.

— no es nadie y si actuó de esa manera es por tú malditos dramas Melissa, ya estoy hartó de ti, tus gritos y el querer saber siempre cada maldito paso que doy— sus ojos se aguaron hasta comenzar a llorar.

— pero yo te amo Emilio, no entiendes que me da terror perderte— solo negué alejándome de ella para abrir de nuevo la puerta.

— Melissa eso no es amor y si llegaste a estar enamorada será solo de mi dinero no de mi, por favor necesito estar solo— se puso la mano en el pecho haciendo cara de indignación.

— me estás corriendo— me encogí de brazos.

— tómalo como quieras Melissa, pero quiero que te vayas de mi casa— me quede observándola— sabes que de una vez, ya que estás aquí solo para que estés enterada lo nuestro hoy termina.

— ¡que!, te estás escuchando, vas a terminar un noviazgo de años por una zorra— reí a carcajadas.

— si terminare contigo y créeme que son los peores años de mi vida— estampó su mano en mi mejilla y salió de mi departamento.

— escúchame bien, Emilio Moretti, tú eres mío y si te llego a ver con alguien — cerré la puerta escuchando subir más su tono— créeme que les haré la vida de cuadritos, ¡me escuchaste!.

Comenzó a golpear la puerta como una loca, hasta que el ruido se detuvo, me volví a sentar en el sofá, sintiéndome muy relajado y solo con haber terminado ese noviazgo que era más que tóxico para mí.

Estaba quedándome dormido cuando mi teléfono sonó al ver la pantalla era mi madre, desvíe la llamada, en este momento no quería más drama del que Melissa ya había venido a hacer.

Me levanté y me fui a mi habitación y sin esperar más tiempo me acosté...

Un timbre insistente me hizo abrir los ojos, era mi celular al ver la pantalla era un número sin agendar, no conteste, pero cuando volvió a timbrar la intriga de saber quien llamaba me ganó, así que abrí la linea.

📲 hola hijo, buenos días una disculpa por llamar tan tempano, me dieron tu recado de que me buscabas, ¿para que soy bueno?.

📲 hola señor César, lo buscaba para que me asesorara sobre unos planos.

📲 claro, ¿cuando nos vemos?

📲 ¿estará libre por la tarde?

📲 si, que te parece si nos vemos en el restaurante de enfrente

📲 perfecto, señor César, ¿puedo preguntarle algo?.

📲 claro, dime Emilio.

📲 la chica que me atendió ayer, ¿cómo se llama?.

📲 Lilith, ¿por qué?.

📲 no, por, por simple curiosidad, bueno lo veo en la tarde.

Corte la llamada, me levante arreglándome para ir al trabajo, en el camino llegué a una florería escogí el mejor ramo y deje la dirección para que se lo enviaran a la hermosa Lilith.

Al llegar a mi oficina apenas atravesé la puerta y mi madre ya estaba sentada con su rostro enojado.

— hola mamá, ¿a que se debe tu visita?— me quite el saco y vi el reloj — y, ¿tan temprano?.

— Emilio, deja tus tonterías de lado, vengo a abogar por Melissa, me dijo que ella no te hiz...— suspire profundo interrumpiendola mientras aflojaba mi corbata.

— me vas a disculpar mamá, pero eso es entre ella y yo, ya no aguante más sus dramas e hice lo que debí hacer hace dos años— ella negaba levantándose del asiento.

— hijo estás cometiendo un error, ella es la indicada para que sea tu esposa y madre de tus hijos, mis nietos, — negué con mucha frustración— Emilio los años pasan y ya no eres joven.

— a ver si entiendo, lo que quieres tú y el abuelo es, ¿que regrese con ella?— asintió sonriendo — siento desilusionarlos, pero ya la decisión está tomada y te pido que ya no te vuelvas a meter en mi vida.

— le diré a tu abuelo que te quite la presidencia— me encogí de hombros caminando hasta la puerta.

— dile y si es así, no me da miedo si eso pretendes, recuerda que tengo mi propio dinero y desde hace años no dependo de ti ni del dinero que dejó mi padre— frunció el entrecejo — tengo demasiado trabajo.

Señale hacia el pasillo y salió echa una furia mi madre, nunca la había visto así, pero no sería la primera vez que se vuelva a distanciar de mí.

Seguí en mi trabajo, adelantando todo para ir con el señor César y pasar a ver a Lilith, pero mi paz no duró mucho, ya que entro el abuelo sentándose frente a mí.

— hola hijo, ¿que problema hay?— seguí tecleando en mi computador.

— para mí ninguno abuelo, pero para mi madre y Melissa si— él asintió esperando que le contara— ayer terminé mi relación con Mel después de sus dramas y mamá estaba muy temprano prácticamente pidiéndome que regresara con ella y al negarme a su petición me dijo que tú me quitarás la presidencia, así que si lo quieres hacer adelante.

— hijo, me sorprende que terminaras esa relación de años, pero yo jamás estaré en contra de ti, tú eres adulto y eres dueño de tu vida, sobre la empresa no haré nada— asentí volteando a verlo.

— gracias abuelo— él asintió levantándose de la silla.

— bueno hijo me voy a la casa a hacer las maletas, no aguanto un minuto más a tu madre— sonreí hasta asentir.

— buen viaje — me levante hasta ir a abrazarlo, se me quedo viendo a los ojos hasta que asintió— ¿qué sucede abuelo?.

— soy viejo, pero no tonto y esa mirada la conozco Emilio— lo vi confundido por sus palabras— nos vemos a mi regreso hijo.

Y salió de mi oficina quedándome más confundido que nunca, disipe mis pensamientos y seguí adelantando el trabajo.

Hasta que mi reloj marcaban las dos, mi secretaria me había llamado para darme la hora exacta de la comida con el señor César.

Tome mi saco y salí abordando el ascensor hasta el estacionamiento, subí a mi auto manejando a toda prisa hasta el restaurante.

Al entrar lo busqué con mi vista y ya estaba esperándome.

— hola señor César— nos saludamos hasta sentarnos.

— hola hijo, te parece si comemos y los planos los vemos en la empresa, ¿que dices?— asentí sonriendo.

— perfecto— él me vio como analizando y solo asintió.

Pedimos nuestros platillos y platicamos un poco sobre mi padre y sus buenos años, estábamos comiendo cuando una pregunta me hizo casi ahogarme con el arroz.

— Emilio, ¿que pretendes con Lilith?— tosí hasta que pude recuperarme no del todo— ella es una niña dulce y tú…

—y, ¿yo que?, señor César a Lilith la llevo buscando hace meses, sé que aunque le diga estas locuras no me entendería— dejó de comer y puso sus brazos sobre la mesa.

— ¿cuáles locuras?, solo te diré, Lilith no es como las mujeres que frecuentas, así que si solo quieres jugar créeme que te alejaré de ella— fruncí el ceño por sus palabras.

— yo jamás jugaría con ella, señor César de verdad quiero conocerla sé que sonará estúpido y demasiado cursi, pero desde que la vi en su graduación se adueñó de este corazón— golpee mi pecho con fuerza.

— solo es una advertencia hijo, terminemos y vayamos a la empresa— asentí.

Y después de esa corta discusión el señor César me trató como siempre, salimos del restaurante y caminamos hasta llegar a la empresa olvidándome hasta donde había dejado mi auto.

Íbamos en el ascensor cuando el señor César volvió hablar prestándole toda mi atención.

— te estaré vigilando— solo asentí.

No dije nada más, porque sé, que se dará cuenta que la quiero bien, pero lo que no entiendo es del porqué la defiende tanto, Lilith, ¿que es de él?, no pensaré cosas que no son, así que disipe mis pensamientos estando a la espera de que abriera el ascensor y poderla ver de nuevo.

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