capítulo 12

Alice y Maya se encontraban en la parte trasera de la casa, era un jardín muy bello, lleno de flores y arbustos, la luz de la Luna le daba un efecto mágico.

- Viste como se transformó Kylian - preguntó Alice, y asiento respondiendo

- Su ropa se destruyó en el proceso? - yo sigo asintiendo

- Bien, para evitar eso me quitaré la ropa y la pondré sobre la mesa - y de nuevo asiento, pero...

- No estás usado tanga cierto?? -

- En estos momentos, no -

- Que bueno, de todas formas me daré la vuelta para darte privacidad -

- Eso esperaba que hicieras - la escuché ya estando de espaldas a ella

- Lo lamento, es que aún no terminó de asimilar todo esto, no espero que me entiendas, pero los hombres lobo solo existían... -

Sonidos de huesos en acomodo callaron a Maya, quien al escucharlo se dio la vuelta de inmediato viendo como surgía una hermosa loba color miel de ojos azules

- Por Dios Santo -

Maya intentó acercarse a la loba, sus ganas de acariciarla eran muchas, pero al acercarse la loba retrocedía

- No quiero lastimarte, soy Maya, amiga de Alice -

Maya levantó su mano, dejándola en el aire sin atreverse aún a tocarla, la loba se acercó a esta, la olio y bajó su cabeza en sumisión

- No linda, no hagas eso - Maya con mucho cuidado tomó la cabeza y la levantó - nunca bajes la cabeza ante mí, soy yo quien es inferior a ti, a todos ustedes - dio un fuerte suspiro y acarició a la loba - olvidé preguntar a Alice tu nombre -

- Cielo?? - era la mamá de Alice, quien iba saliendo de la casa - Maya?? -

- Hola señora Sáhara - saludó Maya mientras la loba movía su cola feliz

- Qué?, Cómo? - su mirada pasaba de la loba a Maya y de regreso

Por un momento sus ojos miraban fijo a la loba, y después miro a Maya con asombro

- Así que ya conociste a Kafner, y por lo visto él te trato muy bien -

- Así es, es un lobo muy tierno -

Y el rostro de la señora fue todo un poema, tal parece nadie cree que Kafner sea así

- Bien, ella es Cielo, la loba compañera de Alice - lo dice mientras acaricia su cabeza - hace tiempo no la veía, a veces estamos tan ocupadas que no nos damos el tiempo de salir juntas como antes -

- Cómo se llama su loba? -

- Isis -

- Y le molestaría mostrarla?, Digo me daría el honor de conocerla? - dice Maya mientras pasa saliva nerviosa, pero ahora que lo sabe quiere conocer a cada lobo

Sáhara observa a Maya con una sonrisa, vuelve a observar a Cielo y dice

- Cielo también extraña a Isis -

- Como lo hacen?, yo no escucho nada, pero ustedes parecen platicar? -

- Entre los lobos existe una conexión, un vínculo que hace escuchar sus pensamientos y... - se queda viendo a Maya -

Rápido va hacia la mesa donde está la ropa de Alice, la toma y la arroja detrás de unos arbustos

- Cielo necesito a Alice, ahora - le grita a la linda loba que rápido obedece y brinca hacia los arbustos

- Maya, Maya, Maya, por la Diosa como pude olvidarlo - repetía para sí misma mientras caminaba en círculos

Alice salió detrás de los arbustos algo molesta

- Madre me puedes explicar que te pasa? -

- Es Maya, Maya - Sáhara toma de los hombros a su hija, quien solo la mira preocupada

- No entiendo-

- Maya, la abuela, el amuleto - le grita Sáhara

Alice abrió los ojos como platos, su rostro palideció un poco y se sentó

- Por la Diosa, no puede ser posible - decía en susurros - por eso su nombre me era tan familiar, creí que me recordaba a Mal, la loba de mi amiga, pero no, me recordaba a la abuela -

- Tenemos que ir -

Sáhara toma de la mano a ambas chicas, adentrándose a la casa y buscando las llaves de su coche

- Pero mamá ya es muy tarde para ir con la abuela -

Maya que había permanecido en silencio dijo

- Si me permiten opinar, también creo que ya es tarde para visitas -

- Están locas, si esperamos hasta mañana la abuela nos golpeará por no avisarle de inmediato, de hecho temo que nos golpee cuando lleguemos por despistadas -

Ambas chicas se miraron y siguieron a Sáhara sin protestar

- Que pasa? - es Mateo que pasaba por la entrada en ese momento

- Iremos con mi madre - responde Sahara

- Ahora? -

- Si Mateo ahora - lo dice mientras quita el seguro de su auto - suban chicas, y Mateo, avísale a mi hijo -

Las tres mujeres viajaban rumbo a la montaña. En una casita, la más alejada, ahí vivía la madre de Sáhara, Sasha, quien desde quedar viuda decidió alejarse de la manada y vivir en la tranquilidad que le brinda la montaña

El auto se estacionó justo en la entrada, al ir bajando la puerta principal se abrió, dejando ver a la señora que sería la abuela de Alice.

Maya se quedó con la boca abierta, era una señora mayor, es verdad, pero fácilmente podría hacerse pasar por ex-modelo, alta con su cabellera platinada hasta la cintura, un cuerpazo y su cara con arrugas que en vez de avejentarla, la hacían lucir sofisticada.

- Sáhara? - preguntaba la señora

- Hola mamá -

- Que pasó, porque están aquí a esta hora? -

- Si nos permites pasar lo explicaremos-

- Claro, pasen, iré a prender el generador-

Estando dentro se percibía un ambiente hogareño, era un espacio pequeño donde todo era de madera, perfecto para una vida simple.

- Tomen asiento y díganme, que las trae a visitar a la abuela a estas horas?

- Mamá, queremos presentarte a Maya, una chica de ciudad que acompaña a Kylian a la manada -

- Es un gusto Maya - responde Sasha - y ahora? -

- Mamá, ella es Maya, Maya -

La cara de la abuela era de intriga, mientras su cabeza pensaba mil cosas, pero si llevaban a esa chica hasta ella debía ser importante, hasta que...

- Por todas las mierdas del mundo - dijo con asombro, dejándose caer en su silla

- Por la Diosa mamá que palabras son esas - le regañaba su hija

- Es que, no creí, yo pensé, nunca creí que yo - ...

- Abuela tranquila, nosotras nos quedamos igual que tú, por eso estamos aquí -

- Yo pensé que jamás conocería a la chica del amuleto - y mirando a Maya aún con su cara de asombro - pero aquí estás, oh por la Diosa, aquí estás - y se levantó de golpe - mi amiga tenía razón, siempre tuvo la razón - apuntando a su hija dijo - en tu cara Sáhara -

Sáhara puso los ojos en blanco mientras veía como su madre festejaba, la dejo ser solo un rato

- Ya basta mamá, ahora que ya sabes por qué estamos aquí, podrás ayudarnos? -

- Por supuesto -

La abuela subió, se escuchaba que maldecía al mismo tiempo que movía y arrojaba cosas, después de un rato bajo con una pequeña caja en las manos y volvió a sentarse donde estaba

- Ya está, pero primero que nada hay que explicarle a Maya que és lo que tengo en mis manos -

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