5.- ¿Que pretendes hacer?.

Ya había pasado una semana del supuesto viaje de negocios de Jake sintiendo una muy grata paz en todo el departamento, su presencia me estresa y sus gritos me ponían nerviosa.

Y aunque estuviera lejos, en no sé donde aun así llamaba cada noche a Allen, él era el escolta que estaba bajo el mismo techo que yo, vigilando cada mínimo movimiento mío, pero también estaba aquí para impedir que saliera o intentara una estupidez como siempre terminaba diciéndomelo.

Paso una semana más donde todo era demasiado aburrido y añoraba que ya comenzarán las clases en la universidad porque si continuaba un segundo más encerrada, me daría la loquera y terminaría arrancandome el cabello; en todo este tiempo solo era ver el rostro de Allen y vaya que no es algo muy agradable de ver.

Jake seguía perdido en el viaje de negocios, pero está por demás decirlo que ese negocio tenía falda y tacones junto aún nombre, Jennifer.

Pero en verdad no me importaba lo que siguiera haciendo con su vida, nuestra unión no fue deseada, solo fui una simple transacción a cambio de una suma muy grande de dinero.

Y los unicos beneficiados de todo esto, eran mis padres y yo la perjudicada a la que metieron a la boca del lobo, porque él, era una horrible persona, donde no perdía oportunidad en insultarme y restregarme en el rostro que por él, comía, vestía y tenía un techo donde dormir.

Que si no, ya estuviera bajo un puente, pero siendo sincera sería mucho más digno y agradable vivir bajo un puente que seguir bajo su techo.

Y él de una u otra manera queria someterme, lastimarme mentalmente e intentar dañar mi autoestima con sus gritos e insultos, pero eso jamás se lo permitiría...

Después de estar acostada en la cama debatiendo de salir o no, porque hoy era un día especial para mi, hoy era mi cumpleaños número 20, asi que decidida me levante, dándome una ducha, me arregle, hoy estaba dispuesta en salir a celebrar mi cumpleaños y nada me detendría hasta lograrlo.

Al bajar las escaleras para ir al ascensor me encontré con el famoso Allen que estaba al pie del ascensor, con su rostro malencarado y su mirada de fastidio, respire profundo tomando un poco de valor y me acerqué a él.

—señorita Vania, sabe que no puede salir— puse en blanco mis ojos extendiendo mi mano.

—no me importa, si tu jefe te dio la orden de tenerme encerrada, en este momento saldré a celebrar mi cumpleaños—él solo negaba— llámalo.

— él está en una reunión— sonreí hasta negar.

—no necesitas mentir conmigo, sé que está con su asistente, solo necesito hablar con él— saco su teléfono y dudoso marcó el número entregándomelo— gracias Allen.

Se escuchó varios tonos hasta que contestó una voz femenina.

📲 Jennifer, pásame a Jake.

📲 ¿para qué lo necesita?.

📲 solo comunícate con él.

📲 está bien, señora Lam.

Sonreí por su tono intentando ser sarcastica conmigo, hasta que el tipico grito de Jake me hizo alejar un poco la bocina de mi oído.

📲 ¿que paso Allen?.

📲 no soy Allen y deja de gritar.

📲 ¿Vania?, ¿ahora que quieres?.

📲 Jake necesito salir y tu guarura no me lo per…

[me interrumpió escuchándose un chistar en la bocina].

📲 enserió Vania, me molestas por esas estupideces, [suspiro con fastidio], sabes que, has lo que te dé tu gana y vete mucho al carajo.

Y solo corto la llamada, le entregué el celular y en segundos recibió un mensaje, donde Allen solo asintió abriendo el ascensor.

Al cerrarse las puertas del ascensor me sentía ansiosa, por salir y disfrutar esta noche al máximo, camine hasta la salida del edificio sintiendo el cálido clima tocar mi rostro, sonreí y no perdí tiempo camine hasta la orilla alzando mi mano para tomar un taxi.

El taxi se detuvo frente a mí, suspire abordando el auto, el conductor me vio por el retrovisor, sabía que esperaba la ubicación a donde iba, pero aunque pensara tenía la mente en blanco y no recordaba ningún restaurante.

— señor, ¿me puede recomendar algún restaurante?— sonrió hasta asentir girándose a verme.

— claro, señorita, he llevado algunos clientes y por sus comentarios aseguran que es muy bueno, pero no es un restaurante de lujo— lo dijo al verme mi ropa, ladeé mis labios negando.

— no soy muy de esos sitios, por favor lléveme a ese restaurante, ¿que dice?— asintió y condujo por las bellas calles.

Al detenerse era un restaurante modesto, pero prometía mucho con su delicia gastronómica, me despedí del conductor y bajé, al entrar de inmediato fui recibida por una mesera muy amable me llevo a una mesa entregándome el menú, hice mi pedido y mientras lo traían, observe el restaurante a detalle.

Su temática era rústica o campirana, me agradaba el sutil aroma a madera combinada con las velas aromáticas que hacían decoraban cada mesa del establecimiento.

Cuando trajeron mi comida su aroma era deliciosa, lleve una porción a mi boca y en verdad se quedaba corto al decir que solo estaba buena, la devore en cuestión de minutos pedí un postre hasta que por fin me sentía satisfecha, pedí la cuenta al pagar salí del ese lugar.

Camine varias calles donde estaba pensando que hacer en este momento, hasta que un enorme letrero iluminado llamó mi atención era un antro de nombre Libido y por impulso entre a ese lugar sin el menor problema, la música era estridente, pero entrabas en ambiente muy rápido, camine a la barra y pedí un coctel.

Mi cuerpo se comenzaba a sentir relajado al tomar cada delicioso coctel, sabía que el alcohol estaba haciendo efecto, hasta ahora seguía siendo mi noche perfecta hasta que un chico de cabello oscuro me habló sacándome de mi espacio.

— hola, preciosa, ¿gustas un trago?— solo negué girandome se que esa acción era demasiado descortés pero no me importaba, hasta que de nuevo me hablo— ¿bailas?.

Suspire me quede viéndolo por unos segundos hasta que acepte sin darle más vueltas al asunto, tome su mano y fuimos a la pista, movía mis caderas al ritmo de la música, pero el chico quería estar toqueteándome no pude soportarlo más alejándolo de mi y me fui de nuevo a mi lugar en la barra.

Donde estaba mi bebida aún esperándome la tome de un solo trago, pedí una más para después irme de ese lugar, pero comencé a sentirme rara, mi vista se nublaba en periodos cortos, trate de levantarme, pero mis piernas no respondían del todo bien, cuando sentí que alguien me abrazo al voltear era el mismo chico percatándome que yo ya no era dueña de mis movimientos y en segundos perdí la conciencia.

Hasta que un grito me hizo despertar junto a un dolor de cabeza insoportable, me incorporé y al ver de quien se trataba, estaba Jake con su rostro de pocos amigos parado frente a la cama y con sus brazos cruzados.

— ¿qué pretendes hacer?, no seré la burla de nadie y menos de ti ¿ya viste la estupidez que hiciste?— no tenía ni idea de que hablaba, mi mente no funcionaba por el intenso dolor.

Tome el periódico que me había aventado y vi en primera plana una foto mía con una pequeña reseña de lo que según ellos aseguraban lo que había pasado añoche, [La señora Lam fue captada saliendo de un bar a altas horas de la noche acompañada de un hombre del cual no era su esposo el gran empresario Jake Lam], abrí mis ojos dejando el periódico sobre la cama.

—¿cuándo llegaste?, ¿cómo llegué aquí?, Jake de verdad no recuerdo haber sal...— me interrumpió chistando hasta negar.

— gracias a Allen estás aquí, si no la nota sería peor que esta y ahora tendré que dar unas entrevistas sobre lo que tú hiciste y decir que ese imbécil era tu familiar— negué sin decir una palabra más.

Él me observo por unos minutos y salió dando un portazo provocando que me doliera más mi cabeza por el fuerte sonido.

Volví a recostarme poniendo mi almohada sobre mi rostro, no quería pensar sobre anoche y la culpa que Jake me adjudica, mi mente intentaba recordar lo que sucedió después de la bebida, pero este dolor no me ayudaba para poder pensar claramente.

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