CAPÍTULO IV: Rodeada de víboras parte 4

Keyza lloró por varias horas hasta que le empezó a doler la cabeza debido a que se

estaba deshidratando, necesitaba tomar un analgésico y se armó de valor, se dirigió a la cocina para encontrarse con su madre y su hermana, pero de Antonio ya no había

rastro. Para su sorpresa su madre se acercó y la abrazó para consolarla.

-Sé que estás muy dolida y no puedo imaginar cómo te sientes.

-¿Mamá cómo Kenya pudo traicionarme de esta manera? – Preguntó Keyza devastada

Ivana la consolaba, pero tenía una expresión de aburrimiento porque no estaba muy interesada en hacerlo.

-Keyza tómate todo el tiempo que necesites, pero recuerda buscar el perdón en tu corazón

para perdonar a tu hermana por qué no hay nada que puedas hacer es amor

Keyza no estaba sorprendida porque por supuesto Ivana estaría del lado de Kenya y

solo quería que los perdonara para guardar las apariencias, ella se apartó

abruptamente de su madre y la observó con desconcierto.

-¿Debes haberte vuelto loca mamá? – Le preguntó con incredulidad.

-Keyza modera tu lenguaje, yo soy tu madre – Dijo Ivana

Keyza se dio cuenta de inmediato y observaba de forma inquisitiva a su madre y se daba

cuenta de que Ivana no podía verla a la cara

-¿Tú lo sabías desde hace tiempo mama? -Preguntó Keyza con horror

-Eso no es lo importante Keyza, ellos se aman y debes aceptarlo.

Keyza sintió una oleada de asco y una profunda ira recorría todo su cuerpo porque Kenya

siempre saboteaba lo bueno que ocurría en su vida y esta no era la primera vez,

sintió una gran frustración y ante el asombro de su madre se acercó a Kenya y

la tomó fuertemente del cabello y le propinó un par de cachetadas.

-Eres una cualquiera Kenya, tantos hombres y sales con mi prometido, ¿De cuál amor de mi*rda me hablas? Cuándo tenías un prometido también – Le gritó Keyza mientras seguía jalando el cabello de la asustada Kenya.

-Keyza no le hagas daño tu hermana recuerda que está embarazada – Dijo Ivana con preocupación

Ivana estaba sorprendida porque Keyza que era la mujer muy amigable y dócil cuándo se trataba de ellos estaba sumida en una profunda ira  y aunque intentaba separar a sus hijas, esto resultó imposible, el conflicto se escuchaba por toda la casa y una persona llegó a la cocina

-Suéltala de inmediato Keyza – Ordenó el recién llegado

(Foto de Shipman Nourthcutt en Unsplash)

Andréi el padre de ambas chicas tenía un tono de voz muy fuerte y su grito retumbó por

toda la habitación, Keyza soltó a su hermana y ya sabía que habría consecuencias.

-¿Qué está pasando aquí? – Preguntó con asombro.

-Papá el día de hoy Antonio y yo hablamos con Keyza sobre nosotros y ella enloqueció - Respondió Kenya.

Kenya puso una expresión muy lamentable, debido a la palidez de su piel sus mejillas estaban muy enrojecidas.

-¿Es eso cierto Keyza? – Preguntó Andréi con mucha ira.

-Tú también lo sabías papá? – Respondió Keyza muy decepcionada.

Keyza negó con la cabeza porque ahora también resultaba que su papá también lo sabía.

-Por supuesto que lo sabías, cuando se trata de defender a tu princesa no hay nada imposible - Dijo Keyza con amargura.

Keyza  sintió como la abofeteaba su padre y debido al impacto trastabilló y se golpeó

con el borde de la mesa de la cocina y el fuerte impacto no le produjo dolor porque era

cómo si no tuviera corazón, se dio cuenta de que tenía una herida y de esta corría

un fino hilo de sangre, pero ninguno de los presentes se conmovió, ya que solo

estaban enfocados en curar las heridas en el perfecto rostro de Kenya.

-No lo puedo creer esta casa es un nido de víboras – Dijo Keyza

-Keyza deja el drama si tu hermana tiene un aborto espontáneo vas a ser la responsable

– Le dijo Andréi

-Me importa un pepino lo que pase con ese engendro - Dijo Keyza

-Ya cállate mujer viciosa - Dijo Ivana

Keyza uso su mano para cubrir su herida se dirigió a la puerta y los observó a los

tres y les mostró la señal del dedo medio este era el fin porque nunca más buscaría su

aprobación, caminó en dirección a su habitación, cerró la puerta con seguro y

se sentó tras esta y no entendía por qué sus padres eran de esa manera con ella,

se incorporó y por suerte solo se trataba de piel y se detuvo el sangrado con colocarse una bandida comenzó a hacer una maleta porque debía irse de ese lugar de inmediato, eran las seis de la tarde  y no sabía a donde ir porque la ruptura con Antonio la dejó en una situación financiera muy complicada por los siguientes meses decidió llamar  a su amiga Susie

(Foto de Susie Burleson en Unsplash)

-Sabía que esta necia me llamaría - Dijo Susie muy enojada

-Susie cariño perdónala por favor los dos sabemos que no tiene a nadie más – Dijo Fausto

el esposo de Susie

(Foto de Pano Sakalakis en Unsplash)

-Lo voy a hacer porque tú me lo pides – Dijo Susie

-Tú sabes que ella te importa y la quieres como a una hermana.

-La relación de Antonio con Kenya ha sido un grano en el trasero de mi hermano y está

hecho un desastre también, realmente odio a esa mujer

-Ve el lado positivo cariño ya no va a ser tu cunada – Dijo Fausto con una sonrisa

Susie sonrió ante las palabras de su sexy esposo porque odiaba a Kenya, pero el terco

de su hermano estaba enamorado como un idiota de ella.

-Eres tan inteligente mi amor – Le dijo mientras le daba un beso

Sonó nuevamente, su teléfono no se trataba de que no le importara Keyza, sino que quería

que sufriera un poco antes de ayudarla

-¿No te parece un poco tarde para llamarme?

-Susie necesito de tu ayuda – Dijo Keyza

-Si ya lo sé

-¿Tú también lo sabías?

-Rafael me lo acaba de contar - Admitió Susie

-No te preocupes Susie porque no hiciste nada malo después de todo tú me lo advertiste

Susie notó el tono de voz tan abatido de su amiga y se imaginó que necesitaba de su

ayuda

-Espérame que voy a buscarte, pero llegó como en una hora porque no me encuentro en la ciudad.

-Gracias Susie

-Recuerda recoger todos tus documentos importantes.

Susie colgó la llamada y comenzó a buscar las llaves del auto, había sido un día muy

pesado primero su hermano Rafael y ahora Keyza.

-Rafa te quedas solo en casa porque Fausto y yo vamos a la ciudad a buscar a Keyza

(Foto de James Barr en Unsplash)

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