Capítulo 5

Hay historias que me conmueven mucho y que han marcado mi vida. Generalmente, las llamadas a mi programa son de oyentes taciturnos buscando hablar con alguien, hacer bromas, divertirse o charlar sin tapujos a sabiendas que nadie lo conoce, casi siempre de temas prohibidos. Pero también llaman personas desesperadas en busca de consejos, soluciones a sus aflicciones, un brazo donde cobijarse o un hombro donde llorar.

-Un incendio destruyó por completo mi casa, estoy en la calle, ayúdame, Tina-, me dijo una vez un señor y otro me imploró por un respaldo económico para superar una grave dolencia. También, a veces, llaman para conseguir trabajo o evitar que lo despidan de su empleo.

Pero aquella llamada fue diferente.

-Hace cinco días que no como, Tina-, me dijo una mujer. Miré a César que también escuchaba atentamente la llamada.  Abrió una mano y alzó un hombro desconcertado.

-¿Tienes problemas económicos?-, pregunté.

-Soy indigente-, me respondió taciturna y apagada.

Raquel me esperaba para el noticiero de la mañana pensativa y mordiendo el lapicero. Llegué toda rica, con mis pelos mojados por la ducha, mis leggins bien pegaditos y una blusa frambuesa estrecha que pincelaba con delicia mis pechos.

-Me interesa esa mujer que te llamó anoche-, me dijo Raquel, ordenando las pautas de las noticias. Ya las tenía impresas y también seleccionó los videos y las noticias del cable.

-¿La indigente?-, pregunté pasando un escobillón por mis pelos.

-Es una noticia muy humana-, me miró sonriente.

Raquel le había pedido el número a César. Estaba registrado en la computadora de la radio, entre todas las llamadas que recibimos durante el día. El programador, incluso lo subrayó con un plumón verde. El móvil era de una tienda y nos dijeron que la mujer no tenía casa, estaba desamparada, vivía en un pampón abandonado  y no tenía familia ni nadie que se preocupara por ella.

-¿Por qué no llamas, mejor, a la Beneficencia?-, sugerí. Raquel se molestó.

-No, pues, Tina, es una noticia muy humana-, insistió con el tono de una orden.

Después del noticiero, fui con la unidad móvil hacia la dirección que nos dieron de la tienda. Estaba en una zona lejana de Lima, pasando Jicamarca, al fondo, cerca a los cerros. Tuvimos que avanzar por las chancherías, allí donde crían cerdos y que se alinean entre pampas y descampados, hacia unas casas casi al margen. Todo era polvo, tierra y lodo. También habían montículos de basura.

Cuando llegamos a la tienda, me recibió un señor de edad, cabellos canos, la mirada afilada y un mandil remendado mil veces. Limpió allí sus manos antes de estrecharla con las mías.

-Se llama doña Justina, me dijo solícito, parpadeando, es tranquila, no es agresiva, vive entre unos cartones y palos, al fondo, en esa pampa-

Mis leggins oscuros se habían convertido en marrones por el polvo y mis tenis rosados tan primorosos, se volvieron grises así de repente. El calor era atroz, quemaba mucho además.  Los rayos de Sol se desplomaban sobre mi cabeza como cascadas de fuego y sentía humear mi pelo que recién había secado y estaba divino, esponjoso, súper lindo. Ahora parecía un estropajo.

  -¿Doña Justina?-, pregunté metiendo mi naricita por entre los palos y cartones que se amontonaban. Ladró un perro flaco y huesudo. Grité asustada. -Ayyy, bonito, no me muerdas-, dije aterrada.

-Goliat no muerde-, escuché una voz que apenas se entendía, crujiente, llevada por el viento como un papel magullado. Era ella.

Doña Justina tenía la cara arrugada, los ojos secos, el pelo destrozado, ajado y convertido en alambres. Estaba pálida y enflaquecida. Tendría cincuenta años. Estaba recostada en una cama en medio de una covacha de palos y triplay que armaron los vecinos. Le traje pan con mortadela, café con leche y muchas frutas.

  -Eres un ángel, cariño-, me dijo apenitas doña Jacinta. La ayudé a enderezarse y empezó a comer con afán. Su perrito se sentó a su lado y ella le tiraba grandes trozos, con pedazos de mortadela que el can engullía como pastillas.

  Llamé a la radio y pedí salir al aire en video conferencia.

-Doña Justina lleva muchos años desamparada, olvidada de sus parientes, viviendo en condiciones infrahumanas, sobreviviendo de la caridad humana-, empecé a decir abrazada a ella. La mujer seguía comiendo, embutiéndose con los panes y el café con leche.

-Radio Explosión le ha traído una ayuda. Pero eso es hoy. ¿Y mañana? ¿Y pasado?-, pregunté sin dejar de estrecharla entre mis brazos.

Raquel lloraba a gritos cuando regresé a la radio.

-Qué lindo reportaje, Tina, me has hecho llorar como una niña-, me felicitó. También al  gerente le encantó. Me besó en la frente con paternal devoción y ordenó al chofer de la unidad móvil llevarle ropa y abarrotes, de inmediato, a la señora.

  Esa misma tarde dijeron de la Beneficencia que se encargarían de doña Justina.

Un año después, un viernes, recuerdo al terminar el noticiero de la mañana, Raquel me dijo que unos señores nos estaban esperando en el hall de la radio.  -Parecen importantes-, me dijo, así es que nos peinamos juntas, de prisa, en el baño y  nos pintamos la boca y fuimos haciéndonos bromas, riéndonos de las noticias del segmento curiosidades del mundo.

-Hola, nos saludó una mujer muy guapa,  de lentes, el pelo teñido de caoba y una larga sonrisa. Tenía un perro juguetón y fiestero que sujetaba con una correa,  soy Justina-

No lo podía creer. Raquel tampoco. Nos miramos absortas.

-Cada día en este último año no he pensado en otra cosa que darle las gracias a ustedes, señoritas, por haberme devuelto mi dignidad-, nos dijo llorando, abrazándonos. Contagiadas, Raquel y yo rompimos a llorar con ella.

Y esa noche, al abrir mi programa, dije con un tono serio. -Muchas veces, ignoramos  aquel gran tesoro que tiene un ser humano, sobretodo alguien caído en desgracia que clama por ayuda o una mano que la rescate. Pensamos, incluso, que basta con una ayudita, unas monedas,  para así sentirnos bien,  pero no nos damos cuenta que no se trata de solo eso, de unas monedas o un abrigo. Olvidamos el verdadero tesoro intrínseco de la gente necesitada, ese orgullo que llevamos dentro y no se pierde aún estemos afrontando penurias o estemos en la miseria o la pobreza. Esa preciada joya que muchas veces no tenemos consideración, que aplastamos con nuestra indiferencia, que sepultamos poniéndonos una venda en los ojos, que creemos paliar con unas monedas, se llama dignidad. Y es deber de los que pueden y saben valorar al ser humano,  rescatar la dignidad de quienes por una u otra razón, caemos en desgracia, permitiéndoles recuperar su tesoro más valioso en la vida-, dije.

César, siempre tan parco, callado, a veces insensible, se puso de pie y me aplaudió efusivo.

Más populares

Comments

✨✨Esmeralda Guzman✨✨

✨✨Esmeralda Guzman✨✨

esa es le esencia de la vida ayudar a los demás sin esperar nada a cambio

2023-09-17

2

✨✨Esmeralda Guzman✨✨

✨✨Esmeralda Guzman✨✨

jajajaja peripecias del trabajo 🤷🤷

2023-09-17

0

Total
Capítulos
1 Capítulo 1
2 Capítulo 2
3 Capítulo 3
4 Capítulo 4
5 Capítulo 5
6 Capítulo 6
7 Capítulo 7
8 Capítulo 8
9 Capítulo 9
10 Capítulo 10
11 Capítulo 11
12 Capítulo 12
13 Capítulo 13
14 Capítulo 14
15 Capítulo 15
16 Capítulo 16
17 Capítulo 17
18 Capítulo 18
19 Capítulo 19
20 Capítulo 20
21 Capítulo 21
22 Capítulo 22
23 Capítulo 23
24 Capítulo 24
25 Capítulo 25
26 Capítulo 26
27 Capítulo 27
28 Capítulo 28
29 Capítulo 29
30 Capítulo 30
31 Capítulo 31
32 Capítulo 32
33 Capítulo 33
34 Capítulo 34
35 Capítulo 35
36 Capítulo 36
37 Capítulo 37
38 Capítulo 38
39 Capítulo 39
40 Capítulo 40
41 Capítulo 41
42 Capítulo 42
43 Capítulo 43
44 Capítulo 44
45 Capítulo 45
46 Capítulo 46
47 Capítulo 47
48 Capítulo 48
49 Capítulo 49
50 Capítulo 50
51 Capítulo 51
52 Capítulo 52
53 Capítulo 53
54 Capítulo 54
55 Capítulo 55
56 Capítulo 56
57 Capítulo 57
58 Capítulo 58
59 Capítulo 59
60 Capítulo 60
61 Capítulo 61
62 Capítulo 62
63 Capítulo 63
64 Capítulo 64
65 Capítulo 65
66 Capítulo 66
67 Capítulo 67
68 Capítulo 68
69 Capítulo 69
70 Capítulo 70
71 Capítulo 71
72 Capítulo 72
73 Capítulo 73
74 Capítulo 74
75 Capítulo 75
76 Capítulo 76
77 Capítulo 77
78 Capítulo 78
79 Capítulo 79
80 Capítulo 80
81 Capítulo 81
82 Capítulo 82
83 Capítulo 83
84 Capítulo 84
85 Capítulo 85
86 Capítulo 86
87 Capítulo 87
88 Capítulo 88
89 Capítulo 89
90 Capítulo 90
91 Capítulo 91
92 Capítulo 92
93 Capítulo 93
94 Capítulo 94
95 Capítulo 95
96 Capítulo 96
97 Capítulo 97
98 Capítulo 98
99 Capítulo 99
100 Capítulo 100
Capítulos

Updated 100 Episodes

1
Capítulo 1
2
Capítulo 2
3
Capítulo 3
4
Capítulo 4
5
Capítulo 5
6
Capítulo 6
7
Capítulo 7
8
Capítulo 8
9
Capítulo 9
10
Capítulo 10
11
Capítulo 11
12
Capítulo 12
13
Capítulo 13
14
Capítulo 14
15
Capítulo 15
16
Capítulo 16
17
Capítulo 17
18
Capítulo 18
19
Capítulo 19
20
Capítulo 20
21
Capítulo 21
22
Capítulo 22
23
Capítulo 23
24
Capítulo 24
25
Capítulo 25
26
Capítulo 26
27
Capítulo 27
28
Capítulo 28
29
Capítulo 29
30
Capítulo 30
31
Capítulo 31
32
Capítulo 32
33
Capítulo 33
34
Capítulo 34
35
Capítulo 35
36
Capítulo 36
37
Capítulo 37
38
Capítulo 38
39
Capítulo 39
40
Capítulo 40
41
Capítulo 41
42
Capítulo 42
43
Capítulo 43
44
Capítulo 44
45
Capítulo 45
46
Capítulo 46
47
Capítulo 47
48
Capítulo 48
49
Capítulo 49
50
Capítulo 50
51
Capítulo 51
52
Capítulo 52
53
Capítulo 53
54
Capítulo 54
55
Capítulo 55
56
Capítulo 56
57
Capítulo 57
58
Capítulo 58
59
Capítulo 59
60
Capítulo 60
61
Capítulo 61
62
Capítulo 62
63
Capítulo 63
64
Capítulo 64
65
Capítulo 65
66
Capítulo 66
67
Capítulo 67
68
Capítulo 68
69
Capítulo 69
70
Capítulo 70
71
Capítulo 71
72
Capítulo 72
73
Capítulo 73
74
Capítulo 74
75
Capítulo 75
76
Capítulo 76
77
Capítulo 77
78
Capítulo 78
79
Capítulo 79
80
Capítulo 80
81
Capítulo 81
82
Capítulo 82
83
Capítulo 83
84
Capítulo 84
85
Capítulo 85
86
Capítulo 86
87
Capítulo 87
88
Capítulo 88
89
Capítulo 89
90
Capítulo 90
91
Capítulo 91
92
Capítulo 92
93
Capítulo 93
94
Capítulo 94
95
Capítulo 95
96
Capítulo 96
97
Capítulo 97
98
Capítulo 98
99
Capítulo 99
100
Capítulo 100

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play