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Pasaron los días Amelia se fue sintiendo mejor , la muchacha que le servía en casa de sus padres ahora la acompañaba en la casa de los Robles, ambas ayudaban en la cocina , además leían mucho y otras veces salían a dar paseos por la casa y sus alrededores.

Por su parte Renato y su padre estaban trabajando mucho para salir de la crisis financiera, si bien tenían el dinero requerido ahora otra cosa muy distinta era recuperar la confianza de sus clientes y eso se estaban esforzando al máximo y algunos días solo llegaban a la hora de cenar.

Renato- hola Amelia , como estuvo tu día.

Amelia- bien animado con Ana estamos pensando tejer ropa para el bebé , pero como no sabremos si es niño o niña lo haremos de colores neutros.

Renato- tú sabes tejer.

Amelia- por supuesto sé tejer , bordar y crochet.

Renato - tú no dejas de sorprenderme.

Amelia - el que fuese hija única y consentida no quiere decir que sea una inútil, mis padres siempre me dijeron que uno debe saber hacer varias cosas en esta vida porque la vida de repente puede cambiar y todo lo que uno aprende puede servir en algún momento. Además, hablo 3 idiomas, español, francés e inglés, lo último lo aprendí fácilmente, ya que vivimos un año en Inglaterra, mi abuela materna es de esa nacionalidad y cuando cayó enferma nos trasladamos unos años a ese país a cuidarla hasta que falleció.

Renato - veo que tus padres te instruyeron muy bien y por eso eres tan decidida y segura.

Amelia- yo me siento la más débil algunas veces.

Renato - que hay de cenar tengo mucha hambre la verdad , hoy no tuve tiempo ni de almorzar.

Amelia- hoy hay patatas asadas, con ensaladas y carne.

Renato- que sabroso y tú has comido bien o sigues con las náuseas y vómitos.

Amelia- afortunadamente ya no tengo náuseas y vomitos así que disfruto mucho las comidas últimamente. Y tu padre no llego contigo.

Renato - fue a encontrarse con un amigo, pero a mi me parece muy extraño, ya que después de nuestra crisis todos ellos desaparecieron de nuestro lado.

Amelia- puedo hacerte una pregunta.

Renato- por supuesto, que quieres saber.

Amelia- hoy fui al escritorio de tu padre él me dijo que podía sacar libros si deseaba leerlos, pero vi un retrato tuyo con tu padre y creo que debe ser tu madre porque eres muy parecido a ella, pero había otro hombre joven en la foto igual, quien es.

Renato perdió la cara de alegría que tenía -ese hombre que sale en esa foto es mi hermano mayor , quien se arrancó con todo el dinero que teníamos y las joyas de mi madre, por su culpa casi lo perdemos todo, además es un hombre malvado capaz de hacerle mucho daño a las personas, yo ya no lo considero mi hermano y hago de cuentas que está muerto.

Amelia- debe haber hecho algo muy grave para que lo consideres así.

Renato- lamentablemente así fue ,si alguna vez te lo encuentras aléjate de inmediato de él por favor.

Amelia- está bien eso haré si me lo encuentro alguna vez.

Después de cenar ambos se dirigieron a sus habitaciones y durmieron hasta el otro día, cuando Amelia despertó por la mañana escucho gritos afuera, los que pudo deducir eran de su esposo y suegro, prefirió no intervenir y se quedó un rato más en la habitación , luego salió y se encontró con Ana quien ya había llegado , quien tenía una cara de asustada.

Amelia- Ana escuchaste la discusión de mi esposo y mi suegro

Ana- si señora, yo iba hacia la cocina cuando comenzaron a discutir.

Amelia- alcanzaste escuchar de que se trataba la discusión.

Ana - no entendí mucho, pero la cocinera me explico que era a causa del hermano mayor de su esposo, que su suegro tiene novedades de él , pero su esposo no quiere saber nada de él.

Amelia- debe ser algo muy grave para qué reaccionarán así.

Ana- según la cocinera, él es un hombre muy malo, pero su padre cree que alguna vez podrá cambiar y convertirse en un hombre de bien , pero ella cree que no es posible.

Amelia- yo siempre soñé con tener un hermano, para tener un amigo cerca , pero por lo que veo no siempre las cosas son así.

Ana- señorita, pero me tiene a mí.

Amelia- eso es verdad tú eres mi confidente y mi amiga nunca te he visto como una empleada.

Ana- lo sé, señorita y se lo agradezco.

Amelia- estoy cansada de que me digas señorita.

Ana- lo siento no puedo decirle de otro modo.

Amelia- está bien hoy quiero ir al pueblo a comprar materiales para hacerles ropa a mi hijo.

Ana- tome el desayuno y vamos a ver lo que necesitamos.

Amelia fue de compras y se entretuvo el día . A la hora de cenar tanto su esposo y su suegro estuvieron callados y no se dirigieron la palabra. Amelia prefirió no preguntar nada acerca de la discusión que escucho, ya que creyó que podría traer nuevos conflictos.

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