Merienda, con celos y alegría..

Lo dijo todo rápido y casi sin respirar, pero con una voz más suave para no asustar a la pequeña…

Después de llegar al acuerdo, Samantha lo invitó a sentarse y merendar junto a ellas, aunque deseando que se fuera rápido.

La pequeña quien notó el evidente miedo de su mamá hacía el extraño, se sentó en sus piernas con su conejito, mirando atentamente cada movimiento del hombre sentado enfrente suyo, volviendo denso el aire por la incomodidad de los mayores. 

*algo así es su mirada*

Merendaron tan callados que hasta el conejo estaba quieto, pero en eso llegó el capitán Stefan, aliviando un poco el ambiente o eso pensó Esteban, hasta que vió a su hija pedirle que la alzará y llamarlo, príncipe guapo sonriendo... Eso lo enojó, ya que, a él solo lo miraba fríamente y ni siquiera le sonreía.

 Samantha, sin pensarlo dos veces, también lo invitó a sentarse, ambas sonreían y hablaban con Stefan quien disfrutaba viendo a su amigo muerto de los celos por cargarla y acaparar la atención de ellas, pero alegré porque con su ayuda la pequeña cedió un poco con él, al contarle que es el mejor espadachín del imperio, logró que la pequeña demonio, cómo él la llamaba, lo llenará de preguntás y hasta le sonriera con tal de que le enseñará el manejo de la espalda, Esteban ante la insistencia y sonrisa de su hija aceptó, aunque un frío por su espalda sintió, al ver la cara de su madre por haber aceptado, siendo que solo es una niña de tres añitos, que a leído muchos cuentos y se le dió por querer ser el príncipe para ganar muchas batallas, recibir medallas de oro y ser él héroe de la historia.

 Esa tarde Esteban, Stefan y Samantha, se la pasaron riendo de las ocurrencias de la pequeña Neilina, ya que ella hablaba como una cotorra acerca de las grandes hazañas que va a ser cuando crezca y se convierta en un héroe, por ser una gran soldado y la mejor espadachín de todo los imperios o reinos. Y así quedaron con que, una vez que él vuelva de viaje la entrenará, ganando un gran abrazo de despedida por su hija quién sonreía de contenta por su futuro entrenami

*La peque hablando sin parar*

De camino a la casa principal, Esteban sólo sonreía porque hoy fue el primer día en el que su hija lo abrazó y le sonrió, y con respecto a su entretenimiento, piensa hacerlo también junto a su hijo, para que ambos empiezen a conocerse y tratarse como hermanos, hoy mismo le dirá a su hijo que se prepare, para que cuando vuelva de su viajé iniciará con el entrenamiento, aunque también mandara a hacer ropa para su hija, con un talle menos que el de su hijo, así, posiblemente reciba otro abrazo más de ella.

Su mayor domo quien no sabía si, sacarlo de sus pensamientos o no, pero luego de su debate internó carraspeó su garganta y le dijo…

M.D.- Señor, la cena va a estar en una hora, su ropa y baño ya están preparado en su habitación, la señora dijo que hoy cenaría en su despacho, así que usted cenará sólo con su hijo hoy.

Esteban sólo agradeció a Alfred y después de asearse cenó con su hijo muy alegre, luego se fue a su despacho para revisar que todo esté en orden para su viaje de mañana. Y al terminar con todo los papeles que le quedaba, entró su esposa Martha con una botella de vino y dos copas, ésto lo sorprendió pero acepto, después de todo, lo que él quería era hablar con ella sobre su matrimonio y él lugar que le va a dar a su hija como la señorita de su casa, sin más también quería darle el ala esté de su casa, que es destinado para las concubinas y sus hijos.

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