Episodio 6: Consuelo

^^^Draven Relish 35 Años.^^^

Mi esposa se presenta en nuestra habitación después de una hora trascurrida. Debió pasar este tiempo en la biblioteca buscando las respuestas que solo Dios sabe por qué se las está haciendo.

Ella piensa que nuestros hijos son especiales, más que almas gemelas.

Yo creo que necesitan disciplina y alguien que no se deje engañar con sus berrinches.

—Por tu aspecto puedo deducir que no has logrado encontrar nada de utilidad.—Le digo.

Sus ánimos se encuentran por los suelos, lo sé porque cuando no es así siempre me entrega una sonrisa, ya sea verdadera o falsa.

—Estás en lo correcto, esposo mío.—Responde ella mientras se acerca a la cama del lado izquierdo en donde ella duerme.—Pero apenas estoy empezando, así que nada está perdido hasta que decida rendirme.

Naenia puede ser la mujer más dulce que conozco, pero es tan terca o más que el mismo emperador cuando se trata de nuestros hijos.

Debo admitir que me hace feliz saber que ella aprecia a nuestra familia, pero también me gustaría que no fuera tan flexible con ellos porque esos pequeños en algún momento se aprovecharán de la bondad de su madre.

Claro, yo siempre estaré aquí para impedir que eso ocurra.

Ni siquiera mis hijos tienen el derecho de manipular a mi hermosa y dulce esposa. Tal vez no sea un buen padre, o un buen marido, porque nunca he logrado demostrar mi afecto hacia ellos, pero mis prioridades siempre será que Naenia, Brendan y Lisha sean felices.

Eventualmente, mis hijos tendrán sus propias familias y Naenia se quedará a mi lado por el resto de su vida. Hasta entonces y por el resto de mi vida debo cuidar de la eterna amabilidad de mi amada mujer.

—Ven aquí.—No necesito señalar dónde porque ella ya lo sabe.

Se sube a la cama y camina a gatas hasta llegar a mi lado, sin pensarlo tanto como la primera vez se sube a horcajadas sobre mi regazo. Su camisón blanco es casi trasparente y la vista de su perfecta figura envía una carga eléctrica hacia mi miembro.

Llevo casado con esta mujer los últimos 9 años y sigue haciéndome perder la cabeza tan rápido como la primera vez que puse mis manos sobre ella.

Desde entonces es la única para mí.

Soy un bastardo y ella lo sabe, siempre se molesta conmigo porque nunca le presto la atención que mis hijos necesitan de mí y hago lo mismo con mi esposa. Pero jamás le he sido infiel ni le he faltado el respeto a nuestra familia de ningún modo.

Amo a mi esposa y a mis hijos, pero jamás hubo nadie en mi vida antes de ellos que me enseñara a querer y nunca había sido querido tampoco.

Creo que mis hijos me tienen miedo y no sé cómo debería sentirme con eso.

También creo que mi esposa sigue con temor por los actos crueles que ha escuchado sobre mí en los incontables trabajos que el emperador me ha hecho hacer.

—Estás preocupada por los gemelos.

No fue una pregunta, pero ella de igual modo asintió con la cabeza.

—Los médicos no sabían qué hacer y nuestros pequeños estaban en peligro de muerte.—Dijo en voz baja mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.—Estoy asustada, Draven. Mis niños no pueden vivir sin el otro y Brendan entrará a la academia cuando cumpla los 12 años. Lisha quedará devastada sin él y viceversa.

—Todavía quedan otros 4 años para eso. Hasta entonces estoy seguro de que los gemelos tendrán la madurez suficiente como para seguir sus propios caminos.—Le aseguro.

Ella apoya su cabeza en mi pecho.—Espero que tengas razón.—Dice casi en un susurro.

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