VOLVER A EMPEZAR.

Un nuevo día llego y por alguna extraña razón el pelinegro sentía una pequeña calidez en su pecho, esa que había perdido hacen 5 años, aunque no duro mucho al despertar y darse cuenta que la pequeña niña ya no se encontraba a su lado, salió de la cama en busca de ella, busco en toda la habitación, pero esta no se encontraba, salió con prisa de esta y busco por toda la casa, pero no la encontró, sintió una pequeña decepción, pero esta se disipo al instante.

-       Buen día señor (el mayordomo interrumpe su búsqueda, notando

el estado de su jefe)

-       Buen día, y por favor no me digas señor, sabes que lo detesto

-       Disculpe, ¿busca algo? (se queda pensativo por un instante)

-       No, solo… nada olvídalo, estaré en mi despacho

-       ¿desayunara?

-       Si, que lo lleven allá

-       Como diga (es extraño, hoy noto algo diferente en él, pero es algo bueno, piensa el mayordomo dejando salir una pequeña sonrisa)

Los días fueron pasando y la presencia de la pequeña niña era cada día más frecuente, y con ello el estado de ánimo de Lizandro cambiaba a uno mejor, situación que tenía a todos en la mansión sorprendidos e intrigados porque no conocían el motivo de dicho cambio, debido a que su jefe no salía de aquel lugar y menos recibía algún tipo de visita.

-       ¿Porque nunca comes nada de lo que te ofrezco? (pregunta con un poco de intriga a la pequeña niña con colas rosa sentada al frente de él)

-       Porque antes de salir de casa mi abuela tita me hace comer de todo para que no esté con mi estómago vacío

-       Eso es bueno, así evitas una pequeña fatiga

-       ¿Por qué vives solo? ¿no tienes esposa? (las preguntas de la pequeña Mia lo dejan pensativo por un instante haciendo que este deje salir un largo suspiro)

-       Estaba casado e iba a tener una niña

-       ¿Y qué paso?

-       Ellas… murieron

-       Aaah, entonces están con mi papito en el cielo

-       Así es, (la observa detenidamente) lo más probable es que se conozcan

-       ¿Cómo era ella?

-       Ella era muy hermosa, tenía el mismo color de tus ojos y cabello, le gustaba mucho pintar y su sueño era tener una gran cafetería donde ella pudiera exponer sus pinturas

-       A mi mami también le gustaba pintar, pero lo dejo de hacer cuando yo nací

-       ¿Sabes? Tienes un gran parecido con ella, quizás por eso me agradas tanto

-       Oye… debería de agradarte por mi personalidad

-       ¿Sabes lo que significa eso?

-       No me importa

-       Jajajajajajjaja, eres muy interesante pequeña (la niña hace un pequeño puchero con sus labios, pero después sonríe al ver como aquel hombre lo hace)

-       Deberías sonreír más a menudo (lleva su pequeña mano al rostro del hombre quien se queda quieto ante esta pequeña acción) mi mami dice que cuando sonríes se suman más años a tu vida y eres más feliz (el hombre al

escuchar esas palabras siente como su corazón se oprime porque estas mismas palabras le decía su amada cuando este se estresaba por tanto trabajo haciendo que brote una pequeña lagrima) ¿Por qué lloras?

-       Solo recordé algo que me dio mucha tristeza.

-       Señor (la voz de bruno se escucha del otro lado de la puerta, este se limpia su rostro inmediatamente) el joven Leandro está aquí

-       Dile que pase (al decir esto se levanta de donde se encuentra y al observar hacia donde estaba la niña esta ya no se encuentra) Mia, ¿te has escondido? Mia (por más que llamo y busco no encontró a la pequeña, eso se le

hizo muy extraño)

-       ¿buscas algo? (la voz de su primo lo sorprende debido a que este estaba arrodillado mirando debajo de su escritorio)

-       No, es solo que… (se queda observando mientras su mirada esta fija en él) olvídalo ¿Qué te trae por acá?

-       Se que no te gusta tocar este tema, pero… ¿no crees que ya es hora de salir al exterior? (Lizandro se queda perdido en sus pensamientos) Tu más que nadie sabes que pase por algo similar, pero llega un momento en que

debemos dejar todo atrás y comenzar a vivir, Aine jamás hubiese querido esto para ti…

-       Tienes razón… y si, voy a volver a la empresa (su primo se queda sorprendido por la respuesta del hombre llenándolo de felicidad porque conoce por todo el sufrimiento por el cual ha pasado y merece empezar a vivir)

ya es momento de soltar todo y avanzar

El peli castaño se acerca a su primo dándole un fuerte abrazo, al separarse comienzan a hablar sobre el estado en el cual se encuentra la empresa y sobre todo lo relacionado con esta, quedando acordado que a partir del paso de una semana el volverá a hacerse cargo de lo que le corresponde.

-        Bien, organizare todo para tu regreso, a Steven será al que más le emocione esta noticia

-       ¿Eso por qué?

-       No soporta a mi hermana, pero para mí que esta le tiene unas ganas, pero se hace la digna molestándolo todo el tiempo

-       Jamás pensé que Juliana se fijaría en alguien como él

-       Créeme, lo compadezco más a él, o ¿Por qué crees que a ella ninguna relación le dura? (Lizandro niega con su cabeza mientras deja salir una leve sonrisa) Por cierto ¿Qué estabas buscando?

-       Nada, solo algo que se me había caído

-       Comprendo, bueno volveré a la empresa para tener todo listo

Leandro sale del lugar dejando a su primo solo, este al verse nuevamente solo deja salir un suspiro llegando su mente a pensar en la pequeña niña que si lo piensa bien siempre que llega alguien a donde se encuentran esta desaparece como por arte de magia lo cual le ha despertado bastante curiosidad.

-       El tío Leandro es muy guapo (Lizandro se sorprende al escuchar la voz de la pequeña niña)

-       ¿Como desapareces y apareces como si nada? (esta solo se encoje de hombros restándole importancia) ¿Te gustaría ir a la piscina?

-       Si, sí, sí, siempre he querido aprender a nadar (le dice esta con emoción)

-       Bien, pero primero debo terminar estos documentos y salimos

-       Está bien

El hombre se concentra nuevamente en su trabajo mientras la pequeña juega en el sofá con su pequeño conejo, observándola por momentos, pero lo que más le intriga es que cada día que pasa encuentra más similitudes con su difunta esposa.

Al terminar su trabajo salió del despacho directo a su habitación para cambiarse dejando a la pequeña niña en la sala de estar, esta obedientemente se queda allí, al estar listo baja a ir a su encuentro, pero este no la encuentra, por lo que sale en busca de ella, en su camino se encuentra a su mayordomo.

-       Bruno, ¿has visto a una pequeña como de 5 años? (el hombre se sorprende por la pregunta que le ha hecho su jefe debido a que es muy extraño)

-       ¿Una niña? Como podría una niña de esa edad estar aquí

-       Olvídalo… yo la buscare (Lizandro se marcha dejando a Bruno con una incógnita)

-       ¿Una niña pequeña en esta mansión? No puede ser posible

Mientras en el área de la piscina una pequeña niña juega con el agua sentada en la orilla de esta, al llegar Lizandro la observa y llega de inmediato hasta donde esta se encuentra.

-       ¿Por qué no me esperaste? (en el tono de su voz se nota la preocupación) es muy peligroso que estes aquí sola sobre todo si no sabes nadar

-       Lo siento, pero es que te demoraste demasiado y estaba aburrida

-       Eres muy pequeña para tener ese sentir

-       Mi mami dice que debo disfrutar mi niñez y dejar de comportarme como una adulta, pero no conozco otros niños y no tengo con quien jugar

-       ¿Y tus compañeros de escuela?

-       A la escuela se va a aprender no a jugar

-       Tu mami tiene razón, debes disfrutar tu niñez, en la escuela también puedes compartir con otros niños y jugar con ellos en la hora de receso, debes dejar las preocupaciones para los adultos.

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