VISITA EXTRAÑA.

En una oscura mansión permanece un hombre viviendo en medio de la penumbra y densa oscuridad, después de haber perdido todo y sin tener un motivo por el cual vivir, lo único que lo mantenía con fuerzas era el ideal de acabar con todos aquellos que destrozaron la vida que había construido junto a la mujer que amaba, pero al hacerlo y terminar con su cometido sentía que ya no tenía nada por que vivir.

-       Señor, la junta con los inversionistas es dentro de 15 minutos

-       Dile a Leandro que se haga cargo

-       No cree… ¿qué es hora de salir?

-       ¿Vez algún motivo importante para hacerlo? (su tono de voz es frio y latente sin dar cabida a cuestionamientos)

-       Disculpe señor, permiso

Sueños, ideales y esperanzas fueron destruidos por la ambición de aquellos a los cuales lo único que los motivaba era el dinero, uno a uno fue acabando con ellos dejando de ultimo al que más dolor le causo.

-       Sr. Walton, es un placer volverlo a ver (el rostro del hombre palideció al ver a la persona que estaba frente a él)

-       Tu… que… que agradable… verte

-       Por primera vez estamos de acuerdo

-       Q… que haces aquí

-       Vine a cobrar una deuda pendiente

-       Tú y yo… nunca hemos tenido ningún tipo de trato (maldita sea, no pudo haberse enterado)

-       ¿Sabes? (el hombre camina hasta ubicarse sobre el cómodo sillón detrás del escritorio) eres bueno cubriendo tus huellas, pero hubo un pequeño detalle que dejaste escapar (los colores de su rostro van desapareciendo mientras siente recorrer un escalofrió por todo su cuerpo) yo nunca dejo a los míos sin vigilancia, desgraciadamente supiste hacer bien tu trabajo y me di cuenta hasta ahora y gracias a una pequeña información pude conocer el rostro de aquel que le arrebato la vida a alguien muy cercano a mi

-       De que rayos hablas, jamás me he acercado a los tuyos

-       El nombre de Esther Moore te dice algo

-       Que… que tiene que ver esa mujer

-       Veras, ella era mi ahijada (el hombre se tambalea un poco al escuchar esa información) y tu acabaste con su vida simulando un accidente, tengo pruebas, pero no pagaras con la cárcel, no, no, no (deja salir una sonrisa escalofriante) tu vendrás conmigo y después acabaras con tu propia y misera existencia.

El hombre es arrastrado de su propia casa, esa donde se enorgullecía y sentía como su propio imperio, pero ahora estaba desolada y vacía, la gran familia Walton se fue a la bancarrota, sus miembros desaparecieron uno a uno dejando a su paso solo los pocos recuerdos en aquellos que los conocieron como intocables, ahora simplemente no eran nada.

Han pasado cinco años, y del hombre rodeado de luz y lleno de vida no queda nada, su corazón se volvió frio y vacío, su frialdad aleja a todos aquellos que intentan acercarse.

En la soledad de su oscura habitación prevalecen los recuerdos de aquella mujer que le había dado lo que tanto anhelaba pero que al mismo tiempo al partir se llevó junto a ella su vida entera, su risa, su tierna mirada y sobre todo su forma de amarlo sin importar sus defectos, todo eso llevándolo a la locura, generando ansiedad y pánico en su ser deseando ser aquel que haya perdido la vida en su lugar.

Un nuevo día llega, pero para él sigue siendo el mismo, como si nada cambiara, todo es tan rutinario y oscuro embargado de soledad, hasta que antes de llegar a su despacho observa a una pequeña niña que camina por el lugar tranquilamente sin ser vista por nadie.

-       ¿Quién eres? (está al escuchar la voz del hombre gira hasta quedar frente a él, sus ojos color miel brillan como cual luceros, observa con curiosidad, pero no lo puede ver por qué este se encuentra oculto en la penumbra, él al verla siente que su corazón da un vuelco al ver el gran parecido que tiene con su esposa) ¿Por qué estás aquí?

-        Hola, (trata de buscar de donde proviene la voz) soy Mia ¿tu vives aquí?

-       Así es, esta es mi casa

-       Es muyyyyy grande (gira alrededor observando todo)

-       ¿Por qué estás aquí? ¿Quién te trajo?

-       Me le escape a mi mamá

-       ¿Por qué hiciste eso?

-       Siempre que pasábamos por aquí veía esta hermosa casa, pero siempre estaba oscura, así que tuve curiosidad

-       ¿Por qué entras a casa de extraños sin tener cuidado? (la niña se queda en silencio observando fijamente a un punto) si fuera un hombre peligroso estarías en serios problemas

-       Pero no lo eres

-       ¿Qué te hace pensar que no lo soy?

-       Ya me hubieras hecho daño

-       Quizás estoy esperando el momento adecuado para atacarte

-       ¿Cómo el lobo y caperucita roja?

-       Puede ser… ahora vete

-       Bueno está bien, pero creo que usted más bien seria como el cazador, ya me voy, mamá debe estar buscándome, (la niña se despide con una mano saliendo del lugar dando pequeños saltos mientras el hombre se queda con su ceño fruncido, fue una visita extraña)

-       ¿Necesita algo señor?

-       ¿viste a alguien más en este lugar?

-       No señor

El hombre continúa su camino pensativo por cómo pudo entrar la niña sin ser vista por nadie, dejando a un lado sus pensamientos este se concentra de inmediato en su trabajo, algo que le ayuda a distraer su mente de los recuerdos que lo van consumiendo día a día, anhelando que llegue el momento para reunirse con aquellos que tanto ama y desea volver a ver.

Mientras en otro lugar una madre llora desesperada por que su hija se salve de un grave accidente ocurrido por la imprudencia de un hombre que conducía en estado de embriaguez, la pequeña es llevada de urgencias mientras su madre clama por un milagro, mientras los médicos no le dan esperanzas de sobrevivir.

-       Tranquila, nuestra niña estará bien, ella se salvará (una mujer mayor le habla con cariño tratando de calmar el dolor de la madre)

-       No puedo, si mi niña se muere yo no tendré un motivo para vivir (su angustia es inconsolable, mientras la observan con pesar por la situación que está viviendo) ¡por que se tardan tanto!!

-       Los doctores están haciendo todo lo posible para salvarla (una enfermera se acerca para tratar de calmarla)

-       Por favor, es mi niña, lo único que tengo, no la puedo perder por favor

-       Tranquila, tengamos fe en que estará bien

Al instante el botón que ilumina la sala de operaciones se torna de color verde anunciando que la espera a terminado, de allí sale un doctor con un semblante neutro por lo cual no sabe que diagnostico esperar.

-       Buenas tardes, usted es ¿familiar de la pequeña Mia?

-       Si, soy su madre

-       Bien, a raíz del golpe sufrido en su cabeza tuvimos que hacer una pequeña operación para retirar los coágulos que se formaron, afortunadamente la operación fue un éxito, pero ella aún se debate entre la vida y la muerte, debemos esperar a que sanen sus heridas por completo y que ella continue luchando, así podrá despertar y sabremos que no hay más dificultades

La mujer llora de angustia al saber que su pequeña hija aún no está fuera de peligro rogando para que ella continue luchando, sin imaginar que a raíz de esto acontecerá en su vida algo que ella no esperaba.

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