Curiosidad y duda

– Adios papa, te amo– 

Fue lo último que escuchó Valentino Russo antes de colgar aquella llamada, se quedó mirando su celular sin expresión alguna por un largo tiempo, su cabeza necesitaba procesar lo acababa de ocurrir. Su secretario Iván Costa que veía con preocupacion a su jefe, rompió el frío silencio en el que había quedado la oficina.

– ¿El señor Russo se encuentra bien? – Valentino guardó silencio todavía y luego de un suspiro de tristeza hablo.

– Si.. estoy bien– dio vuelta su silla en dirección a su escritorio. – Era Felicia quería que fuera a su cumpleaños. 

–Oh…– Ivan no sabia que decirle, Felicia era un tema que ha Valentino no le gustaba tocar.

– Le enviaré algunos regalos a su casa, te enviaré todo para que lo compres y también su nueva dirección– 

– ¿Se mudaron? – Pregunto extrañado Ivan. 

– Si, ahora viven en un barrio privado en la zona sur– Dijo mientras escribía en su celular– ¡Ah! también llama a Nicola tengo que hacerle algunas preguntas. 

– Si, señor lo haré ahora mismo – hizo una reverencia como despedida y camino hacia la puerta.

– Espera, Ivan – dijo Valentino antes de que saliera– ¿Conoces a alguien llamado León? 

– ¿León? no señor, no conozco a nadie con ese nombre ¿Quiere que lo averigue por usted? – Valentino se quedó callado y dudando si aceptar.

-No.. Está bien, déjalo así–Dijo con seriedad. 

Aunque sentía mucha curiosidad por saber quién era, decidió dejarlo como un misterio, no conocía nadie llamado de esa manera en su círculo social, por parte de Roxanne jamás había escuchado aquel nombre pero ahora Felicia decía que vivió con un tal León, sólo había una respuesta para Valentino, aquella persona no era nadie más que el hombre por quien Roxanne lo había traicionado, podría ser el verdadero padre de Felicia, –tal vez lo habían intentado y no funcionó– pensaba Valentino, tenía tantas preguntas que necesitaba contestar pero por su salud mental decidió dejarlas de lado, en el olvido porque todo esto le hacía mucho daño a su ser. Cuando estaba por insertarse en su trabajo de nuevo, Nicola Grimaldi entró en la oficina. 

– Valentino ¿En que me necesitas? – preguntó él cerrando la puerta.

– Nicola ,qué bueno verte– dijo con una sonrisa cálida.

Valentino consideraba a Nicola un buen amigo de antaño, se conocieron en la universidad durante sus inicios y con el tiempo formaron una amistad sólida, cuando heredó la compañía de su familia llamó a Nicola para que fuera parte del grupo de abogados de la compañía pero también su abogado persona, Valentino le tiene una gran confianza que además de dejarle los casos más importantes tanto de la empresa como de su vida personal también lo había hecho uno de sus confidentes, para el Nicola era una amigo muy importante en su vida.  

–Necesito que te hagas cargo de una demanda que planeamos hacer contra la fábrica que nos vendió los repuestos de aviones– 

– ¿Al final te decidiste? Me parece bien. –

–Si nuestros aviones hubieran tenido un accidente no me lo perdonaría– Decía Valentino serio.

La empresa Russo es una importante constructora aeronáutica encargada en la fabricación y ensamblamiento de aviones de vuelos comerciales, privados y hasta de guerras, también construyen helicópteros y motores de aviones, además de tener el aeropuerto más grande del país, son una empresa histórica de alto prestigio y valor con una reputación que mantener por ello si uno de sus aviones hubiera tenido un accidente a causa de una falla mecánica mancharia la empresa y el paso de Valentino por la historia de su familia. 

Recientemente uno de los aviones tuvo un desperfecto con una aerolínea muy importante que no llegó a un accidente fatal, la aerolínea decidió resolver esto en privado gracias a que el dueño era un buen conocido de Valentino, llegaron a un acuerdo y reiteró varios modelos por seguridad, a través de una extensa investigación se llegó a la conclusión que el problema eran los respuestos del motor que estaba defectuosas, ahora tenían que revisar todos sus productos para retirarlos y cambiarlos por mejores, lo que costaría mucho dinero y tiempo.

–Trata de llegar a un arreglo económico primero y se niegan ve por la demanda– 

–Claro, me encargaré de todo, Por cierto Valentino– Valentino lo miró atentamente, esperando algo en especifico– ¿De verdad tengo que ser yo quien se encargue del nuevo abogado? – Preguntó algo molesto Nicola. 

– ¿ Te refieres a Bruno Rinaldi? Por supuesto, no hay mejor maestro que tú– Le dijo con una sonrisa– le debemos un favor a su padre ¿y que mejor que pagarlo que dándole pasantías en nuestra compañía? es un joven con mucha energía, cuidalo bien–

– Entiendo, tener una buena relación con los Rinaldi es lo mejor que podemos hacer– dijo algo desanimado– Entonces me retiro– dijo mientras se iba hasta la puerta.

– Ah Nicola… eso es todo para hoy? – preguntó curioso.

–Si, me pondré ahora mismo con la demanda, te contacto durante los avances– dijo 

Valentino quedó un poco confundido, esperaba que le diera la información que Felicia le contó, como puente entre él y Roxanne tiene que decirle todo lo que tenga que ver con la educación de Felicia porque prometió que se haría cargo. Como el afecto que le tenía era tan grande, excusó su falta con la idea de que estaba trabajando en exceso porque Nicola era un adicto al trabajo certificado. 

– Me parece bien… Dime… las cosas con Roxanne van bien– Dijo tratando de no levantar sospechas. 

–¡Ah no! otra vez tratando de buscar información de tu ex mujer– lo regaño Nicola molesto y Valentino quedó sorprendido con la respuesta– Sabes bien que si algo ocurre te lo diré de inmediato, no ha pasado nada la verdad.

– ¿Y Felicia..? – Pregunto desconcertado. 

–Ella está bien, tiene algunos problemas de comportamiento en la escuela pero nada fuera de orden, viven muy bien en ese rascacielos, no les hace falta nada y ahora menos con ese noviazgo que tiene con aquel ricachón mimado – Dijo con tranquilidad. — Ahora sigue con tu vida y no pienses en ellas, me escogiste a mí para no tener que volver a verlas. – Dijo antes de salir de la oficina. 

Valentino muy confundido y un poco dolido con la respuesta de Nicola, no coincidía con nada de lo que le dijo Felicia y no sabía qué pensar, tal vez Felicia se inventó todo aquello para llamar su atención y poder hablar con él, tal vez solo era una niña muy imaginativa que le gustaba inventar cosas. Porque para Valentino no existe motivo para que su gran amigo y confidente le mienta, pensaba que eran inversiones de una niña que necesitaba atención, luego de aquella conclusión tomó su celular y le envío un mensaje a su secretario. 

– Iván, comprarle un celular también . –

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