Querida suegra

En la mansión Russo, el almuerzo del domingo era igual de aburrido que todas las semanas, Valentino se sentaba en la punta de la mesa y comía tranquilamente sin pronunciar palabra mientras que Bianca se sentaba a su lado derecho, hablaba sin cesar de historias sobre su semana en el club campestre. Gina, sentada del lado izquierdo de Valentino, muy aburrida al punto que la comida le parecía insípida como siempre, no sabía por cuánto más podría aguantar sin dormirse en su asiento escuchando a Bianca, cansada del día familiar decidió tomar su teléfono y navegar por sus redes sociales para sentir el tiempo pasar, Bianca dijo algo sobre que las jóvenes de ahora eran groseras pero a Gina le entró por un odio y le salió por el otro. Se inmersión por completo en las rede sociales, dejando la voz enojada de Bianca como ruido de fondo, de repente un noticia aparece en el inicio de Gina, sus ojos se iluminaron y le provocó una sonrisa en sus labios, Bianca de inmediato se sintió atacada por ello, como si se burlara de lo que hablaba, enojada le reclamó a Gina

– ¿¡De que te ries niña!? – Gina sonrió mucho más con su pregunta y le mostró el teléfono.

– Parece que su ex nuera no ha perdido el tiempo en lo absoluto – dijo mientras se reía entre dientes y le mostraba la noticia a Bianca.

“¡Se confirma! ¡Roxanne Salvatore y Francisco Moretti están saliendo! Fueron captados juntos en la reciente fiesta de gala de este sábado” decía la portada de la revista.

Bianca frunció el ceño con asco al verlo, de inmediato le devolvió el celular a Gina molesta y negó con la cabeza después.

– ¿¡Qué le ven los hombres a esa mujerzuela!? – Despótrico furiosa – ¡No es más que una cazafortunas que se aprovechó de la familia Russo! – decía con asco.

– No es nada tonta, escogió al heredero de los Moretti, los dueños de una gran petrolera y dueño de su propia empresa de publicidad– Dijo leyendo la noticia todavía Gina.

– ¡Ese muchacho debe ser un ingenuo! – decía negando la cabeza con desprecio.

– No, claro que no, jugara con ella y luego la dejara, eso hace con todas, es un mujeriego– decía Gina con satisfacción.

– ¡Ja! Es lo mínimo que se merece, esa clase de mujeres no sirven para esposas – decía Bianca con odio. – Es solo una tramposa, el sexo es todo lo que puede ofrecer.

La risa de las mujeres se apagó cuando Valentino se levantó de su asiento y sin medir palabras se alejó de la mesa, quedaron desconcertadas las dos al ver que se estaba retirando del comedor.

– ¿Pasa algo Valentino? – preguntó Gina confundida.

–Ya termine de comer – dijo él antes de salir del comedor.

Gina observó el plato de Valentino que aún estaba lleno, apenas había probado bocado ese día, Gina frunció el ceño del enojo y volvió a su celular para manejar la frustración que sentía en ese momento. Un silencio sepulcral se apoderó del almuerzo, el buen humor de hace unos segundos se fue junto con Valentino de la sala, Gina estaba lista para abandonar esa incómoda situación hasta que Bianca rompió el silencio.

– ¿Has ido a ver al medico que te recomende? Es uno de los mejores de esta zona– La pregunta dejó congelada a Gina.

– No.. no he podido con todo el trabajo y Sofía, no tengo el tiempo…. –

– ¡Creí que te importaba ser la señora Russo! – Interrumpe enojada Bianca – ¡Esta familia necesita un heredero! ¡Nada debería ser más importante para ti ahora, la niña ya tiene dos años! ¿Que esperas para embarazarte?–

– No es tan fácil – Decimal Gina entre dientes mientras contenía su enojo.

– ¿Acaso la forma de concebir cambió en estos tiempos? Es tu trabajo hacer que funcione– Decía mientras señalaba con el dedo– ¡No decepciones a mi hijo porque puede reemplazarte a ti también! –Dijo mientras salía del comedor a paso tronador.

Gina se quedó sentada mientras se mordía la lengua de la rabia, no soportaba más a Bianca y a su nariz que se entromete en su vida cada vez que podía, su acoso para que diera a luz a un varón se estaba volviendo intenso cada día que pasaba, se metió con su plan reproductivo, se aprendió su ciclo menstrual y ahora la hostiga para que vea un sin fin de médicos de la fertilidad.

Cuando se conocieron, Gina temía ser rechazada por no ser nada oficial de Valentino pero al contrario de todo, Bianca la recibió con los brazos abiertos, fue como una madre amorosa con Gina, la ayudó a que su relación con Valentino no se viera como una infidelidad ante los medios y la aconsejo a cómo contestar ante las cámaras, pero cuando su hija, Sofía, nació ese trato cambio por completo, se volvió mucho mas fria, mas irascible e irrespetuosa con ella, también era cruel con su hija, la llamaba el segundo error y le decía cosas horribles, a pesar de que solamente era un bebe. Ahora la amenazaba con reemplazarla y echar de la familia Russo, Gina no tolera las amenazas de ese tipo.

"– ¡Tengo que deshacerme de esa mujer! "– pensaba mientras se mordía la uña del dedo.

Aunque estaba agradecida por haberla ayudado a ser la esposa de Valentino, la odiaba por ser tan entrometida en su vida privada y no dejarla en paz, además de ser una abuela terrible, no deja de inmiscuirse en su matrimonio, cuando Gina no cumple con sus estándares de esposa la regaña como si de una niña mala se tratase, ni siquiera en las vacaciones podía apartarse, necesitaba estar cerca de Valentino y saber lo que hacía en cada momento de su vida.

Gina necesitaba hacer que se aleje de alguna manera, sabía cómo extorsionar a las personas a través de la información que encontraba bajo la alfombra, engaños, estafas, alguna cosita pequeña que pudiera usar en su contra o que querían mantener fuera del ojo público era suficiente para que la gente hiciera lo que ella quisiera pero a Bianca no le ha podido encontrar ni un trapo sucio todavía lo más probable es que estuviera bien escondido y que ella no sea quien pueda acceder a esa información, entonces se decidió usar a sus contactos para averiguar más, con su teléfono comenzó a enviar un mensaje a su investigador privado para averiguar más sobre Bianca.

"–La gente como ella debe tener las manos sucias, si encuentro algo la puedo mandarla lejos– " pensaba Gina sonriente.

Si podía encontrar algo de Bianca podría sacarla no solo de la mansión si no también de sus vidas, tan lejos como enviaron a Roxanne de la vida de Valentino. La cara de Gina se volvió fría al recordar a Roxanne, una emoción violeta sacudió su corazón de solo recordarla, a pesar de haberle quitado todo la odiaba más que nadie.