Un hogar

“Los Xuluc son los que gobiernan el sur"

El servidor público dijo mientras terminaba de leer la carta.

En otras palabras el emperador fue el que me envió hacia este lado del país después vi un título nobiliario donde ya decía mi nombre.

No es que las hijas no puedan heredar el título, pero se les da la preferencia a los hombres.

Sin embargo cuando una familia solo hay mujeres o cuando ya no hay más familiar el título se le da a la mujer.

Eso es lo que estaba leyendo en el libro que había metido en la maleta.

El servidor público después de haber recibido la carta del emperador ya había mandado un anuncio al marquesado Xuluc para que esperara a que la señorita llegará.

"Eso quiere decir que".

"Así es, esta es tierra de Xuluc".

"Usted es ahora la marquesa de todo este lugar".

"La marquesa Ximena Xuluc".

El servidor público sonrió al verme en shock.

"El carruaje estará pronto aquí".

Asentí a sus palabras y vi las hojas donde estaba el testamento del anciano.

También había una carta dentro.

-Querida nieta Ximena.

Lo único que tengo es esto, no se si vayas a casarte con el príncipe pero si te casas uno de tus hijos será el marqués, en caso que todo salga mal tu toma mi título, ya lo he hablado con el emperador.

Lamento no haber estado contigo, pero quiero decir que siempre te quise como quise a tu mamá.

Aunque tu madre decidió casarse con el marqués, ella amaba a ese hombre por eso deje hacer lo que ella quiso.

De lo contrario ella hubiera sido la marquesa.

Solo tú puedes pedir la herencia, el marqués tu padre es un hombre ambicioso, ten cuidado con el.

Si tomas el control debes de ser valiente, el marquesado es una espada al imperio y deberás aprender a manejarlo.

Cuídate nieta mía y que la vida te traiga muchas cosas buenas-.

No pude evitar suspirar y sentir pena por el anciano y su nieta.

En lo que pensaba en lo que tenía ahora en mi poder tocaron la puerta para que un señor entrará como si hubiera esperado el momento.

"Señorita".

"Soy el mayordomo de Xuluc, es un placer conocer a mi nueva maestra".

"Mi nombre es Fred".

Se presentó formalmente, el hombre vestido de traje negro como pinguino.

"Saludos Fred, soy Ximena".

"Es un placer conocerla”.

“Desde hoy estoy a su servicio”.

“Si”.

Observé a Fred que seguía en la puerta, un hombre de mediana edad.

El servidor público también asintió como diciendo todo esta bien ahora.

Tomé los papeles y me levanté para caminar hacia la salida.

“Gracias señor”.

“Es un placer marquesa”.

“...”

Me sentí extraña, demasiado extraña.

La situación de abandono cambió 180 grados de un momento a otro.

Bueno no tenía a nadie pero ahora tenía poder.

Ahora entiendo el porqué el emperador dijo espero no me defraudes.

El emperador dejo a Ximena en el juego.

¿Por qué?.

El mayordomo Fred empezó a caminar a lado mio y dirigió el camino hacia la salida.

Afuera se encontro un carruaje negro con el emblema del marquesado y varios caballeros a su alrededor.

“...”

“Saludos, somos los caballeros del marquesado Xuluc”.

Uno de los que estaba frente a la entrada del carruaje habló.

“Saludos, yo soy Ximena … Xuluc”.

El título nobiliario ya tenía el apellido del anciano, así que ahora cambiaba mi apellido.

El mayordomo continuó.

“Maestra, debe de acostumbrarse a su nuevo apellido”.

“...Si”.

“Tengo que ir por mis maletas a la villa donde me quedé ayer”.

Había dejado mis cosas en la mansión que estaba pensando incluso vender hace momentos atrás.

“Se enviará a gente para que vaya por ellas, maestra tenemos mucho que arreglar”.

“...Si".

“Ahora tenemos que ir al banco”.

Le dije al mayordomo para terminar el papeleo esencial y después a ver

“Por supuesto”.

Fred asintió y empezó a dar las instrucciones.

En lo que llegábamos no pude evitar maldecir una vez más al marqués.

¿Lo sabía?.

Si no me quería, ¿por qué no me envió con el anciano?.

Observe al mayordomo y pregunte.

“¿Saben lo que ocurrió en la capital?”.

Él asintió en silencio.

“¿También lo último?”.

“...¿Habla del envenenamiento del té?”.

“Si”.

Entonces el mayordomo se quedó pensando un momento.

“Maestra, ¿realmente iba a morir llevándosela?”.

Entonces nadie sabía que tenía ‘perdida de memoria’.

“¿Tal vez quería eso?”.

“Lo que haya hecho en ese lugar ya está hecho, ahora tiene mucho que hacer como marquesa”.

“Nosotros la apoyaremos como apoyamos a su difunto abuelo”.

Asentí con mi cabeza, ni siquiera sabía si Ximena conoció al anciano.

“Gracias”.

El mayordomo mostró que es una persona de confiar.

No tardamos mucho para llegar al banco y el tramite se realizo rapido, al parecer el emperador tambien se tomo el tiempo de enviar una carta dando las instrucciones que tenia que arreglar el tramite de inmediato.

“¿La familia Xuluc es tan importante para que el emperador actuará asi?”.

Pregunte al mayordomo y el asintió.

“Desde la fundación del imperio la familia Xuluc siempre fue un compañero con el emperador, el marqués Xuluc de ese entonces quiso el título de marqués argumentando que era mejor vivir sin tanta complicación y el emperador terminó aceptando”.

“Ademas este emperador se siente en deuda con el maestro, una vez hubo un intento de asesinato entonces el marques defendio al principe en ese momento”.

“Así que el príncipe aprecio al marquesado, es por eso que quería que usted fuera parte de su familia pero al final terminó como todo el mundo conoce”.

Entonces por eso quiso que Ximena se casara con el príncipe.

“Ya veo”.

“Por lo que nos enteramos fue el emperador que mandó enviarla a la mansión de nuestra maestra su madre para que fuera más fácil tomar el cargo, ya que estaría lejos de la jurisdicción del marqués su padre”.

“En el mundo social todos conocen que después de la muerte de nuestro maestro se perdió el apellido pero ahora sabrán que usted solo tomará el lugar que le corresponde y se que no es un imperio como tal vez le prometió el emperador pero es su territorio”.

“Así que por favor maestra, animese rápido y tome el control”.

El mayordomo habló con sus verdaderos sentimientos.

“De acuerdo”.

Empecé a tomar motivación.

Jamás creí que este sería el propósito de mi existencia pero si no tengo otra alternativa lo aceptaré.

“Pero necesitaré ayuda para avanzar”.

“Con gusto, maestra”.

Después de salir del banco tomamos camino ahora hacia el marquesado como el mayordomo dijo.

Si el anciano dejó a estas personas entonces son gente de confiar, ¿no?.

Aun así tenía que tener cuidado.

La mansión del marquesado era aún más grande que la villa donde me había quedado la primera vez.

Y de la mansión del marqués que tenía en la capital.