CAPITULO 11

Lín al ver que la joven cerraba sus ojos y apretaba sus labios con mucha fuerza, se le queda mirando, se estaba divirtiendo de verla tan nerviosa, tan ansiosa por que terminara de hacer lo que era bastante lógico; fueron unos segundos, pero para la joven parecía una eternidad, donde no sabía que pasaba, no entendía, por qué seguía sintiendo su respiración en su rostro, pero no pasaba nada en ese momento ya desesperada abre sus ojos para verlo, saber que estaba haciendo, entender por qué no terminaba con eso.

La joven al abrir sus ojos lo mira demasiado cerca, sus pestañas rosaron con las de él, fue algo que nunca se esperó, tanto fue su sorpresa que abrió su boca para gritar, por la sorpresa y en ese momento él aprovecho para besarla se apodero de sus labios, de tal manera que no la dejo cerrar su boca; ella no hallaba que hacer, quería soltar sus manos, pero no podía las tenía bien abarradas, trataba de moverse, quería zafarse de su feroz agarre, pero entre más luchaba, él más la pegaba a su cuerpo.

Fue un beso largo, pero en todo momento la joven no dejo de moverse, de querer soltarse y eso si molesto a Lín, realmente esperaba que ella dejara de pelear, que se entregara a su beso, porque sabía que era guapo, sabía muy bien lo rico que besaba, era un vanidoso, engreído como lo fue su padre y toda mujer que quería siempre terminaba rendida a sus pies.

Lín después de ese largo beso la soltó, se sentía molesto, frustrado, no era la primera vez que hacía algo así y siempre lograba que las mujeres cayeran a sus pies; pero ahí estaba esa joven molesta con él, al punto que solo quería golpearlo y eso si le molestaba, lo hizo enfadar, porque a él ninguna mujer lo podía rechazar, no siendo tan guapo, tan galán y teniendo esa boca que sabia usar muy bien.

Pero ahí estaba frustrado viendo a esa joven enojada, limpiando su boca como si hubiera comido algo horrible, lo insultaba con unas palabras que no entendía su significada, palabras que se escuchaban elegante y formales, pero a pesar de lo bien que se escuchaban él sabía muy bien que eran insultos por las expresiones de su rostro.

Lín se sintió frustrado, se puso tan de malas, que no pensó más que en ofenderla, hacerla menos, porque no le gustó nada que no aceptara su beso, que no lo disfrutara, pero lo que más le molestaba eran sus insultos, su altanería como si ella fuera la gran cosa, termino diciéndole con una voz imponente.

• Llévame con mi hermana, supongo que tú eres su enfermera y será mejor que te calmes con tantos insultos, respeta a tus jefes; recuerda tu posición, solo eres una empleada que debe aprender su lugar, cuando estes ante quien te pague, a quien te alimente, aprende agachar la cabeza.

La joven tallaba su boca, mientras sostenía su mirada, se podía ver que era igual que él, no pensaba bajar su cabeza y no pensaba dejar que la humillara, lo retaba con esa mirada, lo estaba enfrentado sin miedo, en ese momento con su voz enfurecida le dice.

• Tu aprende tu lugar, muy jefe, muy rico, muy poderoso y besas a una simple trabajadora, de bajo estatus, no tengo la culpa que a ti te guste bajar la cabeza ante una simple trabajadora, no es mi culpa que te bajes a mi nivel y lo que es peor solo bajaste para ensuciarme, por que tu boca apesta; discúlpame que te lo diga, pero conozco hombres que realmente saben besar, que saber ser hombres, no niñitos jugando a ser hombres.

Y ya me enfadé de discutir con un bueno para nada como tú, sígueme, te llevare con tu hermana, espero que con ella si sepas comportarte, porque no está bien, así que se cuidadoso con lo que le digas o como la trates.

La joven empezó a caminar no espero que le contestara nada y eso solo lo molesto, no estaba impuesto a que nadie lo tratara así, por lo regular era el centro de atención, al que siempre le rogaban, pero ahí estaba esa joven, tan digna, tan orgullosa, pero no podía negar que era hermosa, tan cautivadora, tanto que parecía un angelito, una belleza andando; él solo pensaba que si la diosa de la belleza rencarnaba, seguro seria ella, porque tenía un cuerpazo, un rostro y unos ojos que lo hacían querer llevarla a su cama.

Caminaron un poco, hasta que llegaron al centro del laberinto, Lin mira recostada en el puro medio encima de un hermoso pasto verde y alrededor había hermosos tulipanes de diferentes colores, se miraba hermosa, aunque no parecía realmente su hermana, no estaba maquillada, traía un pantalón suabe, una playera de manga larga y floja; pero lo que más le dolió ver era como traía golpes en el rostro, su ojo morado, su labio hinchado, un parche en la frente, su cuello aún tenía las marcas de la forma en la presionaron, su hermoso cabello lo traía sujetado y eso solo era lo que se podía ver a simple vista, no quería ni pensar en lo que seguro traía debajo de esa ropa.

Lín no podía ver a su hermana así, no quería ni pensar en lo que seguro le hicieron, trago saliva con fuerza y dio tres pasos atrás, en ese momento choco con la joven, quien lo tomo del abrazo, lo altero un poco, lo hizo expresar as de una emoción, su amargura y su dolor salió sin poder evitarlo; la joven lo hizo caminar hacia adelante y con un susurro de vos le dijo.

• No haga esto, su hermana necesita de su familia y si usted la mira o la trata con lastima solo va a hacer que ella se ponga mal, pero de lo que ya está, sea fuerte, sea hombre, no llore porque eso si la va a lastimar.

Lín tuvo que hacerse fuerte y no llorar, porque lo que la joven decía era cierto, se paró en seco y con una voz seria le dice.

• déjame solo con ella, pero no te alejes, por si no puedo hacer las cosas bien espero que tu sepas hacer bien tu trabajo para que la calmes.

La joven se molestó un poco con su actitud arrogante, pero termino diciéndole que si con la cabeza, lo suelta, en el momento que se iba a dar la media vuelta le susurra “suerte, aunque no te la merezcas” después de eso solo se perdió en el laberinto; Lín empezó a caminar, sentía sus pasos pesados, sentía que no podía llegar a su hermana, a pesar de que estaba a unos metros de él, en ese momento la escucha decir.

• Amiga muchas gracias por traerme a este lugar, es hermoso y tranquilo, yo nunca me había tomado un tiempo así para mí, siempre estuve de loca, divirtiéndome a lo grande, a pesar de que mis padres siempre me dijeron que no era buena vida la que llevaba; sabes mamá siempre me dijo que cambiara mi forma de vida, que iba a terminar lastimada, mis tías, mis tíos, hasta mis hermanos y mi prima, pero mi padre fue al que más lastimé con todo esto, a pesar de que siempre ha estado para mí.

Amiga, no sé cómo voy a ver a mis padres, sobre todo a mi papá, el día que me secuestraron era su cumpleaños, si yo hubiera estado con mi familia festejando a mi papá nada de esto me hubiera pasado; soy la peor hija, semejante regalo le di al hombre que siempre ha estado para mí, que siempre me apoya, pero que sobre todo me ha dado su amor incondicional.

Yo soy su favorita, siempre lo he sabido, de mis tres hermanos, yo siempre soy la que más consentía, con la que más tiempo pasaba, a la que siempre acompañaba de compras, a la que le dio todo y yo le pagué muy mal, puse a toda mi familia en peligro, casi hago que lo maten, esto nunca me lo van a perdonar y me duele mucho.

Lín no soporto ver a su hermana tan triste y esas palabras que estaba diciendo solo lo hicieron sentir peor, tanto le dolía ver a su hermana así, que sin querer una lagrima tercamente salió de su ojo derecho, ese dolor de verla así era algo que nunca se imaginó poder pasar, poder vivir.

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