Salir de un problema y meterse en otro.

Cecilia casi llegó tarde al trabajo. Apenas prendió su celular ya de salida de su casa entraron varios mensajes de llamadas perdidas de su madre.

_ Mami, te pasa algo? Están bien los dos ? - dijo asustada.

_ Hijita. Tuve un sueño preocupante y extraño. ¿Puedes venir?

_ Mami. Voy saliendo para el trabajo. Puedo ir esta tarde okey. Todo está bien conmigo. Yo también quiero hablar contigo. -

_ Cuídate mi pequeña. Te espero-

Cuando sacó su carro vio dos hombres arreglando al parecer las cámaras frente a su casa. Se tranquilizó, su madre por un momento la dejó nerviosa.

Bajó en el frente del Holding y dio la llave de su carro al valet. Ingresó apresurada porque estaba llegando tarde. Un hombre de traje y un periódico estaba en el corredor que llevaba a su oficina cuando Martín Torres se acercó a ella. Evidentemente la estaba esperando.

_ Cecilia. Tenemos que hablar - le dijo tomándole del brazo.

_ Martín! Por favor! Hay gente- dijo señalando al señor que estaba en el corredor.

_ Me importa un comino. ¡No me puedes dejar así! ¡He pedido el divorcio a mi mujer!

_ Martín. Déjame en paz! -Le dijo y se sacudió el brazo. Lo que hagas con tu vida ya no me importa. Déjame! -

De alguna manera Cecy entró a su estudio y cerró la puerta con llave.

Martín seguía golpeando su puerta. Cecilia se agarró la cabeza y cerró un momento los ojos. Luego decidida miró sus pendientes y comenzó a trabajar sin pensar más en el idiota que seguía mascullando frente a su escritorio.

Preparó el material que tenía que entregar ese día. Seleccionó las fotos y armó la carpeta del proyecto. Se abocó a su trabajo.

Seguro sería el último que haría en esa compañía. Tendría que renunciar. No le quedaba otra. Llamaría a su hermano que la Recoja al mediodía. Martin , no la dejaría en paz.

*****

En otro lado de la ciudad Máximo que solo había dormido tres horas tomaba un café cargado.

Allí le llegaron las imágenes de la salida de Cecilia de su casa. La cámara frente a su casa estaba retransmitiendo su salida de hacia una hora atrás.

Luego recibió el vídeo que le envío el tipo del corredor. Apretó tanto la taza de café en su mano que casi se quemó con el líquido caliente.

Llamó a Linares y habló unas palabras con el. Linares escuchó y se puso en marcha. No había pasado diez minutos que un tipo con un paquete en la mano preguntaba en el hall del Holding la oficina del Señor Martín Torres.

Martin Seguía intentando llamar o enviar mensajes a Cecilia. La perra había cerrado su oficina con llave. Pero en algún momento tendría que salir. Fue cuando el muchachito de los mandados golpeó su puerta y luego entró mostrando un paquete.

_ Deja ahí. Y vete. -Respondió Martín.

_ Mira Cecilia. No te escaparás este mediodía, entiendes. Preciosa, yo te amo - decía en un audio cuando un golpe en la nuca lo dejo nokau.

El chico le arrastró al baño, escribió algo en un papel que puso sobre su pecho y lo dejó dormido junto al inodoro. Cerró el baño con llave y se fue, tan silenciosamente como había venido.

Máximo recibió la información y quedó más tranquilo. Cerca del mediodía vió que el hermano de Ceci la buscaba del trabajo e iba con el a casa de los padres de Cecilia.

Cecilia pasó buena parte de la tarde junto a su madre. Su padre había salido y ella pudo explayarse.

_ Por favor mami. No le cuentes a papá. Ya renuncié. ¿Entiendes? Eso se acabó. - decía llorando en su regazo.

_ Ceci. No vuelvas con ese hombre. Sabes que Marta Torres está esperando un bebé. Me lo contó en la fiesta. Iba a decirle a su esposo el día de su cumpleaños.

_ Oh Dios! Te juro madre que no lo veré más. Le he bloqueado el celular. Renuncie al trabajo. Saldré del país si es necesario.

_Porque no vas a Manaos?. Así tu hermano se libra de ir este mes que tiene exámenes. Te hará bien. Descansarás junto al mar. Puedes fotografiar a los niños de la fundación. Yo sabía que algo no estaba bien!- decía Alba acariciando a su hija. Luego siguió hablándole.

_ No llores más Cecy. Fue una equivocación. Todos cometemos errores en nuestra vida.- decía Alba. - no le contaré a tu padre. Solo lo sabremos tú y yo. -

La charla con su madre fue un bálsamo de agua fresca para Cecilia. Fue a su casa directo. Tenía miedo que estuviera Martín esperándola, pero era evidente que el tipo se había rendido.

Ni lo vio al mediodía cuando salió de su trabajo.

Iría a Manaos, pensó. Ocuparía su cabeza en otra cosa y olvidaría todo lo malo que le había pasado.

Entonces lo vio. Justo cuando salió de su carro en el Parking del subsuelo de su edificio e iba a tomar el ascensor. Allí estaba el hijo del mafioso.

_ Escucha Maxi. Acabo de contarle a mi madre!. Puedes gritarlo a los cuatro vientos si quieres, no me impor....

Máximo extendió su mano y la estiró hacia su cuerpo.

La apretó contra él como queriendo fundirla consigo. Y luego la beso. El beso fue incendiario.

Cecy pensó en rechazarlo, pero no pudo. El hijo del mafioso tenía un poder extraño sobre ella.

Cuando soltó su boca le tomó la cara con ambas manos y le llenó de besos en cada parte de su rostro. Parecía haber enloquecido y le dejaba loca a ella también.

Solo supo que se dejó caer sobre su cuello y entraron juntos a su departamento.

Evidentemente el tenia la llave de su casa porque no le pidió nada para abrir la puerta. Y a Cecy no le importaba. Solo quería seguir sintiendo su cuerpo junto al de Máximo.

Solo quería sentir su olor y su sabor.

El le sacaba la ropa y le daba pequeños besos mientras lo hacía. Ella también le sacó su remera y recorrió con su mano los tatuajes de su cuerpo.

¿Qué Díablos estaba haciendo? Salía de un problema para meterse en otro.

Cecilia ya no pudo pensar cuando la boca de Máximo comenzó a recorrer su cuerpo desnudo. Quién puede pensar cuando se incendia ?

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