¿Amigos cariñosos?

Los días fueron pasando y cada día me sentía más mal, ver las caras de estos malditos en sueños no era agradable, acaso ellos dormían bien después de lo que me hicieron, por esa razón decidí visitar a Diana, agendé una cita para dentro de unos días y mientras yo estaba en la mansión de Arturo este hombre cada vez cambiaba más conmigo, entrenábamos juntos o lo acompañaba a cócteles del bajo mundo.

Yo era su acompañante y guarda espaldas, parecía mentira, pero solo el estar cerca de él me daba más paz, que el sufrir, de los desgraciados que me acabaron, pronto debía seguir con mi lista, solo faltan ocho, pero los dos últimos serían mis dos banquetes esos desgraciados pagarán caro haberme ultrajado.

Estamos llegando de un cóctel y no la pasé muy bien desgraciadamente, hoy es trece sí, pero ese trece hoy se cumple otro año de ese trágico día, quisiera ir y acaba con alguno de esos malditos pero en el estado que

este nefasto día me ha dejado, pueda que cometa errores, me vine con una excusa dejando a Arturo en el cóctel, la mansión estaba solo, pues, la mayoría estaba libre o con sus familias llegué corriendo escribir todo, pero luego de haberlo hecho me di cuenta de que no me calmó así que decidí descargar golpeando.

Fui al gimnasio y gritando, golpeaba y pateaba el saco de pelea, luego agarre el arma y gritando y maldiciendo, disparaba, caí de rodillas, gritando, se preguntan si lloré no había llorado. Desde ese día estaba seca por dentro, quería hacerlo, sentía el nudo, la presión, pero no bajaba nada, estaba completamente rota, caí al suelo gritando, quería llorar, necesitaba hacer agarre a mi fiel daga y la pasé por mi brazo dolió más no lloré aún de rodillas empuñe la daga para enterrarla en mi pierna, pero antes de que entrara una mano me detuvo.

En qué momento Arturo había llegado y estaba arrodillado frente a mí detuvo el cuchillo y me abrazo carajo, tenía tanto tiempo que no sabía lo que era abrazar, la última vez fue cuando papá se enteró de la verdad y aun así este abrazo se siente mucho mejor.

No sé en qué momento me dejé llevar este hombre hacía que mis sentimientos más profundos salieran a flote, de un momento a otro sus labios estaban sobre los míos era un beso tierno y hasta podría decir que tenía miedo de mi reacción el beso dejo de ser tierno para pasar a ser intenso me llevo poco a poco de espaldas hasta el suelo separo sus labios para respirar unos segundos y el beso continuó casi logro pasar este gran y terrible miedo, casi cuando ya estaba a punto de suceder lo que yo tanto deseaba en ese momento como un flashazo llegaron recuerdos a mi mente.

En mi cabeza empezó a pasar una diapositiva de cada uno de esos bastardos.

Anastasia: ¡Nooo Suéltame otra vez no!

Grité golpeando a Arturo y salí corriendo del lugar huyendo como una cobarde.

Llegué a la habitación y no podía con los recuerdos ni con la culpa de haber tratado así a Arturo.

Empecé a escribir, no se cuántas páginas utilicé cuando sonó la puerta, abrí de inmediato encontrándome con Arturo.

Anastasia: Lo siento...

Fue todo lo que logré decir...

Arturo: Puedo pasar.

Asentí y el entró me puse de espaldas a el no quería verlo a la cara la verdad era que no podía.

El se sentó en la cama y comenzó a decir.

Arturo: lo siento, se que no debí, pero no me pude resistir, Ana me gustas y...

Anastasia: ¡No! No sigas por favor, yo no te convengo ni a ti ni a nadie, si esto va a ser un problema... Prefiero irme.

Arturo se levantó cuál resorte y me giro para que lo viera.

Arturo: No te puedes ir y no te irás, si es por qué te engañaron se que es duro, pero debes volver a confiar.

Anastasia: No es tan simple como un engaño no lo entenderías, ahora mismo abandono su casa gracias por todo.

Camine a mi closet y este me tomo del brazo y me abrazo otra vez.

Arturo: Esperaré a que estés lista, no te vayas.

Anastasia: solo lo estaré cuando termine con mi objetivo.

Arturo: Pes hazlo, cumple con lo que debes y luego me das una oportunidad, sí...

Anastasia: Ese es el problema cuando todo acabe te aseguro que me odiaras.

Arturo: yo lo dudo y ya dejemos de hablar de eso, promete que dejarás que te sana a mi manera, déjame entrar poco por favor. Amigos.

Preguntó estirando su mano.

Anastasia: Ya somos amigos, no.

Respondí con otra pregunta.

Arturo: Amigos cariñosos entonces.

Volvió a preguntar con esa sonrisa de lado que me desarma

Anastasia: Eres imposible.

Dije cerrando ese trato que no se si sería mi perdición...

Mi abuelo llamó conteste y salí enseguida quería verme, así que lo tome como excusa para escapar, pero cometí un error.

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