Fieresilla

Escuché hablar al señor Arturo, salió de las sombras cuando dio la orden, todos salieron del lugar, quedamos nosotros dos solos, entonces habló.

Ven vallamos al ring, dijo y se subió, se quitó su camisa y dejo ver su espectacular cuerpo muy bien trabajado.

Arturo: Ven que esperas descarga, tú irás en mí.

Anastasia: No creo que sea buena idea, señor no quiero perder mi trabajo.

Arturo: Y lo perderás, si no me obedece te ordeno subir y pelear conmigo.

 Le hice caso y subí empezamos a pelear, bueno la verdad es que yo empecé golpearlo y él solo se defendía, le di varios golpes y él seguía regio mi rabia no cedía entonces bajo la guardia y lo golpeé tan duro que lo tire al piso al verle sangre en su labio y que no respondía me arrodille junto a él…

Anastasia: Señor Arturo, despierte, jefe, por favor, hay no que hice.

Sentí una opresión en el pecho, no quería que le pasará nada.

Anastasia: Arturo, por favor despierta, vaya que eres más guapo de Cerca, pero que estoy diciendo.

Le acaricié el rostro y luego lo trataba de despertar, eran inútil, puse mi cabeza en su pecho y al levantar la cara para verlo me tomo la cara con sus dos manos y en un momento rápido quedo arriba de mí

Arturo: Te calmaste fieresilla.

Anastasia: Si jefe usted está bien perdón no debí golpearlo

Arturo: Tranquila lo hice adrede para tenerte así... Calmada.

No me había fijado que estaba todavía encima de mí, pero por alguna extraña razón no me molestaba en lo absoluto.

Anastasia: Señor Arturo se retiraría de encima, por favor.

Arturo: No hasta que me dejes de decir señor, jefe o Don, solo llámame Arturo.

Anastasia: Está bien Arturo, te podrías levantar que me duelen mis brazos.

Al escuchar eso se quitó como resorte.

Anastasia: Muchas gracias ahora me permite curarlo.

Arturo: Está bien.

Lo curé suavemente y me volvía a disculpar, sé que pensaran por un golpe se pone así cuando ha asesinado de manera atroz, es cierto, pero ellos lo merecían, él no me hizo nada.

Luego de eso fui a mi cuarto y tomé mi diario y escribí todo, los días pasaron y las semanas, un día me fui al jardín, allí me senté en el césped y me puse a escribir en mi diario, eso era más relajante que darme de golpes con otros, pero cuando estoy molesta me ciego.

Mientras estaba relajada llegaron dos de los desgraciados a la mansión vinieron a tratar un negocio con Arturo y por lo que pude leer en sus labios necesitaban una mujer para hacer un trabajo sucio.

Arturo hizo una mueca de disgusto cuando Dylan propuso que fuera yo quien lo hiciera.

Arturo se me acercó y me dijo que tendría otra misión que debía ir con ellos, pero me dijo que fuera a su despacho después de escuchar las pautas del plan que ellos me darían, me dirijo al par de idiotas y se presentaron lo más de coquetos

Mucho gusto Alexander Duque y yo soy Antoni Vitale después de presentarse me dijeron el plan era conseguí información de un político pesado, entrar y salir, lo hacían sonar fácil, yo lo haría tal y como ellos querían lo que no sabían era que ese sería su último trabajo.

Alexander Duque.

Antoni Vitale.

Al terminar ambos se despidieron de mí comiéndome con la mirada me daba asco y repulsión al verlos marcharse fui al despacho y allí me esperaba Arturo. Toque la puerta y él me permitió pasar y dijo que me sentara una vez sentada se escuchaba preocupado me dijo que hiciera mi trabajo y listo que cualquier otra orden la podía ignorar y también me dijo que evitará estar a solas con ellos hizo énfasis en que no confiara en nadie, pero lo que más me desconcertó fue cuando dijo que por favor, si estando en la misión me molestaba de nuevo y volvía a perder el control me dijo que no frenará que acabará con quien me hiciera enojar o con quien me quisiera atacar la preocupación se notaba en su voz, la misión sería en tres días...

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