Capitulo 11

-Señor, buenas noches.-Dijo ella, con expresión de preocupación-.

-Haré esto breve, y sólo te lo preguntaré 1 vez, ¿por qué le dijiste a Emily, que yo no quería hablar con ella, sabiendo que yo no me encontraba en la oficina en ese maldito momento?.-Le dice Lloyd, parecía que el mismisimo diablo había llegado a la tierra-.

-Se...señor, usted me lo dijo.-Contestó ella, al borde del llanto-.

-¿Ah si?, ¿y por qué apareces en este video de las cámaras de seguridad, entrándo a mi oficina y hablando como una estúpida sóla?-. Le dijo él, mostrando su celular-.

Y en el aparecía yo, preguntándo por él. Ella aparecía entrando a su oficina, riéndose y simulando que preguntaba algo, ya que el no se encontraba ahi.

No puedo creer, que ella aún lo niegue.

-¡Señor, es que usted no comprendería, ella tiene otras intenciones con usted fuera de laboral!.

-Lárgate, estás despedida, y en dónde te cruces en el camino de ella o en el mio, créeme te vas a arrepentir.

-No, no puede. Yo lo amo, ¡ella es una maldita!.

El iba a responder, pero lo detuve, y a el lo puse detrás de mi, pero colocándome frente a frente con ella.

Y alzando mi cabeza le respondo:

-¿No te da pena?, das lástima. Tarde o temprano esto se iba a saber, ¿por qué lo sigues negando?, pero...-Me acerco a su oido-...se vió a quién prefiere no lo crees.

Ella se va, enojada, demasiado enojada diría yo. Sé que soné algo dura, pero ella siempre ha tratado de pisotearme, desde que la conozco, y la verdad es que uno se cansa.

Me doy la vuelta, sin mirarlo a los ojos, ya que el tenía la razón.

Me toma de la barbilla, haciéndome que lo mire.

-Te pido perdón, yo...

-No lo hagas.-Me dice quedándo a escasos centímetros de mi rostro-

-Pero señor yo...

-No me refiero al perdón, si no que, no te muerdas el labio frente a mi, por que provocas esto.-Me dice él a punto de besarme, cuando nos interrumpen sus socios-.

-¡Lloyd!, te hemos estado buscándo.

Yo me separo de él, y sólo les digo buenas noches, para retirarme de ahí.

Salgo al jardín de la parte de atrás del salón, es todo muy hermoso, grita todo "elegancia-old money", con una gran fuente por delante, las luces hacen resaltar cada pétalo de rosa que hay en este lindo jardín.

Me siento en la fuente, y no puedo evitar pensar en que, todo este tiempo estuve equivocada sobre Lloyd, todo por la mentira de Natasha.

Creí que el de verdad sólo había jugado conmigo, o sólo quería probarme, pero era todo lo contrario a eso.

Camino un poco más, y lo veo, me interrumpe mis pensamientos cuando noto que camina hacia mi, luciendo tan perfecto cómo siempre, y con esa mirada que me pone me rodillas. Se acerca, y nos encontramos a sólo medio metro de distancia, uno del otro, pero aún siento como mis mejillas se tornan de color rojo.

-¿Merezco otra oportunidad para hablar?.-Me dice él-.

-Siempre ha estado esa oportunidad.

-Entonces, ¿por qué huyes de mi?.

-Por que no se que es lo que quiere usted de mi...

Avanza hacia mi, quedándo sólo a unos centímetros, sólo siento su respiración pesada, y ese olor tan varonil que me mata.

-Todo.

-¿A qué se refiere.-Le dije, nerviosa, y a la vez algo emocionada por dentro-.

-Quiero que seas mia, y que nada ni nadie te aleje de mi lado.

-Yo...yo, debe saber que yo no quiero algo de un momento, algo de un rato, sólo quiero algo que sea correspondido con la misma intensidad que yo sienta, y asi no me alejaré de ti, pero no me lástimes.

-No lo haré.

Me dice eso acercándose a mi, regalándome una hermosa sonrisa con sus dientes brillantes.

Se detiene susurrándome en los lábios.

-No me has dicho nada, pero sé que con esto, me lo dirás todo.

Y si, el me abraza de la cintura, cortando toda distancia entre nosotros, choca sus labios contra los mios y me saborea. Este es un beso muy diferente al primero, es suave y tierno, aunque abre paso con su exquisita lengua, pero puedo decir por primera vez, que este, está lleno de amor y ternura.

Se separa de mi, para mirarme directamente a los ojos.

-No se cómo harémos que funcione, pero sólo quiero que esto no falle.-Le digo algo agitada por el beso-.

-Soy una persona insistente en lo que hago, y no me cansaría de intentarlo hasta que salgan las cosas. Emily, debes saber que no soy un hombre que te llevará rosas, o que te dirá letras de amor, esas cosas a mi no me gustan. Pero joder, me gustas tú.-Dice él un poco serio-.

-Un hombre de pocas palabras y más acciones, ¿es lo que cuenta no es asi, Señor Hansen?.-Le digo sonriendo-.

-Se rie y me devuelve la sonrisa-.

-Me gusta cuando me llamas asi, y conmigo no van los celos, asi que no deberás preocuparte por eso.

-Bueno, hay algo más en lo que coincidimos, ahora que estamos bien, ¿podría preguntar?, ¿qué somos ahora?.

-Todo, tú eres mia.

Y nos fundimos en un beso largo, que no parecía tener fin, me toma de mi nuca, para profundizar más el beso, y yo sólo me dejo llevar por esos labios tan deliciosos. Al final, da una mordida a mi labio inferior, dejándomelos aún más hinchados de lo que los tengo.

Nos separamos por la falta de aire, y me pasa su pulgar por mi labio inferior.

-Eres jodidamente deliciosa, .-Me dice sin apartar la mirada de mi labio-.

-Y tremendamente sexy.-Dejando un beso en mi cuello, que hace que me estremezca  y moje mis bragas como nunca había sentido-.

Yo sólo le sonrio, como una colegiala enamorada, y le doy un pequeño beso en labios entreabiertos.

-Vamos, te llevaré a tu departamento.

-Si claro, gracias señor Hansen.-Le digo entre risas-.

Me lleva a mi departamento, y como todo el caballero que es, me acompaña a la puerta de este, no es como pensé, que me insinuaría algo más, pero me equivoqué, me dió un precioso beso en la frente, y se va.

Cerrando la puerta, hago un baile de felicidad, no puedo creer todo lo que paso esta noche en el baile. ¿Quién lo diría?, y yo que no quería ir.

A veces siento rachas de miedo, por pensar el, ¿ahora qué va a pasar?, pero me gusta vivir el día a día, y no sobrepensar las cosas, preocupándome por el futuro.

Lloyd:

Después de dejar a Emily en su departamento, me dirijo a mi penthouse, necesito un maldito baño de agua helada, no se por qué la beso y me hace querer tenerla, asi en en lugar que me encuentre me hace desearla, follarla, y hacerla gritar mi nombre;

Pero me controlo, y eso lo admiro de mi, no soy una persona de resistirme mucho a la lujuria, pero si ella supiera todas las cosas que le quiero hacer cada vez que la veo, se asustaría. Por eso prefiero despedirme de ella rápidamente.

Llego lo más pronto posible, y me topo a un Will muy sonriente en la entrada.

-¿Ahora que demonios quieres?.-Le digo-.

-Uyyy hermano, que humor de perros te cargas, yo creí que te habías arreglado con Emily, tu debilidad.

-No lo es imbecil, y lo hice, sólo necesito un baño, el maldito calor, me pone de malas.

-Oh hermano jajaja no te quieras engañar, pero vaya, esa chica te puso más duro que un tronco, ¿te rechazó?,  a Lloyd Hansen lo rechazaron, el Dios del sexo jajaja.

-Callate Idiota, lo que haga con ella no te importa, respétala. Simplemente ella no es para eso, no es cómo las demás zorras que se acuestan en una sóla noche, o por dinero.

-Eso es verdad, Emily es una chica diferente al resto. Pero vamos amigo, estás que ardes por que nadie te había puesto asi nunca, entra a bañarte.

Yo sólo lo corto con la mirada.

-A mi no me mires asi, vete a bañar y pidele ayuda a la mano jajajaja.

-Vete al infierno, voy a bañarme, sirve un par de tragos.

Entro, y abro el grifo de la ducha. Me desvisto, y observo mi miembro en el espejo, está más duro que nunca, tanto que duele. Maldito Will tiene la boca llena de razón, sólo hay una manera...

Me toco de una manera brusca, y sólo puedo pensar en los labios de Emily, hasta llegar al climax.

Al salir del baño, me uso algo más cómodo, y ahora si veré que quiere Will.

Se encuentra sentado en la terraza, con media botella de Wisky ya comenzada.

-Tranquilo que nadie te presiona.-Le digo burlándome de el-.

-No se qué hacer con Natalie.

-Sólo dale lo que quiere, fóllatela y ya. Es algo que nada más buscan.

-Lo sé, pero esta vez quiere más y no se cómo pararla.

-Sal con alguien más, por que esa mujer ni entiende hablando.

-Eres malo dando consejos Lloyd.

-Algo, no se me dan esas cosas.

-¿Ah no?, ¿y cómo conquistaste a Emily?, siendo tan seco y frio.

-Sólo sucedió, ella sabe que odio el romance, esas puterías de niños no van conmigo.

-¿Me estás diciendo que sólo es atracción?, ¿y no amor?.

-Me gusta, sólo apenas es un comienzo, no me gusta pensar en el futuro.-Le dice Lloyd con mucha seriedad.

-Hmmm, okey amigo, veremos si no saca tú lado lindo, que ni tu madre a visto jajaja.

-Es más posible que se seque el mar, a un yo romántico.

-Como tú digas amigo.

A la mañana siguiente, del otro lado de la ciudad.

Emily.

Es de las primeras veces que me emociona ir al trabajo, casi no pude dormir por lo que pasó ayer, es algo que no puedo explicar, sólo se refleja la felicidad en mi sonrisa.

Reproduzco algo de música mientras me baño, esa canción Melting, no para de sonar en mi cabeza, la repito una y otra vez, siento que son esa recuerdo a Lloyd.

Lloyd...me gusta cómo suena al salir de mis labios.

Miro la hora y voy algo retrasada, salgo rápidamente del baño y escojo un conjunto de Blazer corto y falda, de color azuy rey, lo acompaño de una blusa negra, y unas zapatillas del mismo color.

Dejo mi cabello suelto y lacio, casi no uso maquillaje pero sólo peiné mis pestañas, y me pinto mis labios color rojo, que hacen los resaltar.

Tomo mi bolso y mis llaves, para salir de mi departamento.

Al bajar, no veo la camioneta que me recoge todos los días, si no, a Lloyd recostado en su Bugatti Centodieci.

Luciendo perfectamente arreglado, con esas camisas y pantalones que le quedan justo a su medida, resaltando sus músculos. Usa una camisa formal azul marino que deja ver su pecho, y claro uno de sus relojes de colección que deben costar más de media ciudad.

Me acerco más, y el me mira de pies a cabeza, con una linda sonrisa en su rostro.

Me acerco más a él, y le devuelvo la sonrisa.

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