Capítulo 13

Otto: Tendrás que hacer más que solo una disculpa, debes demostrar que no eres la persona que mostraste ser ante ella. Entiendo perfectamente la rabia que sentiste cuando tu hermano y tu ex novia te traicionaron. Ser engañado de esa manera no debe ser fácil, pero no debes quedarte atrapado en eso. Escucha a aquellos que tienen experiencia y no dejes que algo negativo controle tu vida. No todos somos iguales.

Guilherme: Ojalá tuviera tu madurez.

Otto: No siempre fui así. Mi mujer me ha ayudado mucho con esto. Después de casarme con ella, aprendí muchas cosas. Durante toda mi vida juzgué a mi madre, pero cuando me permití escuchar su versión, me di cuenta de que yo también soy igual a ella. Soy una persona que también comete errores, y eso es lo que debes hacer tú. Antes de juzgar, escucha primero a la persona.

Cuando conocí a Mariana, ya tenía una opinión sobre ella. Creí lo que la gente decía sobre ella y por eso no me di cuenta de la increíble mujer que era. Me casé con ella pensando que era alguien que no era. Cuando cuento esto, nadie lo cree y me pregunta cómo no me di cuenta de que los nombres de sus padres no eran los que yo pensaba.

Guilherme: Es verdad, ¿cómo no te diste cuenta? Antes de casarte con ella, tuviste acceso a sus documentos. ¿No sentiste curiosidad de mirarlos?

Otto: Como dije, ya tenía una opinión formada y no le prestaba atención a ella ni a sus cosas. No preguntaba nada sobre su vida.

Guilherme: ¿Y ella no intentó decirte nada?

Otto: Lo intentó, pero yo cortaba la conversación. Decía que estaba cansado y nunca la dejaba terminar de hablar. Así que ella dejó de intentarlo y nadie decía nada porque pensaban que yo lo sabía todo sobre ella. Théo trató de abrirme los ojos varias veces, pero yo era muy terco y no escuchaba a nadie.Guilherme, você tem sorte por ela ter te perdoado.

Guilherme: Tuviste suerte de que ella te perdonara.

Otto: De verdad tuve suerte. No me perdonaría si la hubiera perdido. Sigue mi consejo: si tienes la oportunidad de encontrarte con ella, no digas tonterías, escucha lo que tiene que decir. No tienes nada que perder.

Guilherme: Davi me dijo lo mismo.

Otto: Me enteré del premio que acaban de ganar.

Guilherme: Sí, nuestra empresa ha crecido mucho en estos últimos dos años.

Otto: Estoy muy emocionado. El Dr. Samuel me dijo que el tratamiento ya fue aprobado por la ANVISA y puede ser probado en niños.

Guilherme: Sí, esta nueva generación no tendrá los problemas que yo tuve en mi infancia. A pesar de haber sido acompañado desde pequeño por el Dr. Samuel, en ese momento no existía un tratamiento tan eficaz y tenía muchas limitaciones. No podía jugar correctamente para no correr el riesgo de lastimarme. Una simple herida podría llevarme a la muerte.

Otto: Pero ahora tienes la oportunidad de cambiar la realidad de las personas que nacen con esta condición. Decías que no querías tener hijos porque tenías miedo de que tuvieran el mismo problema, pero ahora que pueden tener una mejor calidad de vida, puedes considerarlo.

Guilherme recuerda a la niña que estaba interactuando con él antes de ser llamada por el doctor y piensa en lo que Alessandra le dijo.

Guilherme: Vi a una niña esperando ser atendida por el Dr. Samuel ahora, y pensé si su padre también tenía ese mismo miedo.

Otto: Con estos nuevos tratamientos, creo que las personas ya no tienen ese miedo. Los hijos podrán tener una vida normal.

Mientras los dos conversan, Alessandra llega y entra en el consultorio. El Dr. Samuel ya está atendiendo a Laura.

Un tiempo después, Alessandra sale del consultorio sosteniendo a su hija Laura en brazos, en compañía de su madrina. Ambas están sonriendo por las travesuras de la pequeña. Laura estaba peleando con el doctor, haciendo una cara de enojo mientras él la examinaba, lo cual hizo la situación divertida. Era una niña adorable.

Mientras caminan hacia la salida, la madrina comenta con Alessandra sobre cómo Laura hizo amistad mientras esperaba ser atendida. Alessandra reprende a su hija, diciéndole que no debe hablar con extraños. Sin embargo, Laura solo sonríe, sin comprender completamente lo que dijo su madre.

Mientras continúan caminando, sin darse cuenta, Guilherme, que ya había regresado, estaba cerca, él escucha toda la conversación. El shock que experimenta al darse cuenta de que esa niñita con la que jugó un poco antes podría ser su hija lo deja completamente sin reacción. Alessandra finalmente mira hacia atrás y se da cuenta de la presencia de Guilherme, acelera el paso para alejarse de él lo más rápido posible, mientras él intenta recuperarse del shock y las sigue corriendo. Sin embargo, cuando llega al ascensor, ya se ha cerrado, golpea la puerta del ascensor y corre hasta el consultorio del Dr. Samuel. Entra sin llamar, asustando al médico.

Guilherme: Necesito la dirección de esa mujer que salió de aquí.

Dr. Samuel: ¿Qué?

Guilherme: Esa mujer, con la niña, necesito su dirección.

Dr. Samuel: Sabes que no puedo proporcionar información sobre mis pacientes, ¿verdad?

Guilherme: Por favor, necesito hablar con ella.

Dr. Samuel: Lo siento mucho, pero no puedo ayudarte.

Guilherme: Me conoces, sabes que no les haré daño.

Dr. Samuel: ¿Por qué tanta desesperación?

Guilherme: Esa niñita podría ser mi hija.

Dr. Samuel: ¿Laura?

Guilherme: ¿Su nombre es Laura?

Dr. Samuel: ¿Cómo puede ser tu hija?