Andrew
Finnick se acercó a mi mientras calentaba el motor de mi moto. Palmeo mi hombro derecho en forma de saludo.
–¿Preparado? –Me pregunta.
–¿Quién va conmigo?
–Martin. –Gire a verlo sorprendido.
Martin era el segundo al mando de la banda con la que estábamos compitiendo. Era un tipo que estaba metido en negocios turbios, algo peligroso y bastante buscapleitos.
–Mierda. –Fue lo único que susurre y mi amigo me dejó solo.
Muy seguramente supo que yo competiría, siempre esta buscándome el lado, ofendiendo, metiéndose conmigo. Pero nunca he caído en sus estúpidos juegos. La última vez que coincidimos en una carrera fue cuando definimos cederle una amnistía al lider de su banda para que estudiará en mi preparatoria.
Avanzan hasta la línea de salida y allí estaba él esperándome con una sonrisa de oreja a oreja.
–Esa preciosura será mía al final de la noche.
Lo ignore como siempre. Este tipo sueña despierto al creer que dejare que le ponga una mano encima a mi moto. Esta motocicleta es de mis posesiones mas valiosas, no tanto por el precio, sino porque la conseguí ahorrando, haciendo algunos favores y trabajando de vez en cuando para los robots que tenia como padres y asi compre la motocicleta de mis sueños. Una Ducati Panigale V2 negra. Si mi sapito la viera, seguro me diría que porque negra y no magenta. Sonreí por ese pensamiento y me puse el casco, asegure la correa y puse mis manos en el manubrio acelerando en neutro para ponerle más calor al asunto.
Una chica se paro en el extremo derecho de la línea de salida y disparo una bengala que daba inicio a la carrera. Acelere dejando fácilmente atrás la BMW de Martin, pero este no demoro en alcanzarme, estaba apenas calentando y el recorrido era largo.
La mayor parte del tramo era asfalto, pero la parte donde teníamos que girar era tierra, esa era la prueba que definía al ganador. El giro era estrecho. Si o si, había que derrapar, para voltear las motos. El problema con ambas motos era el tamaño y el peso. Mi ventaja era que era más alto y fuerte que Martin. Así que cuando llego el momento de girar, unos metros antes desacelere, giré el manubrio, frene y me ayude un poco con el pie, haciendo que derrapara con facilidad por la velocidad que aun mantenía y con cuidado de no partirme la pierna. Una vez gire, le puse un cambio y acelere de vuelta. A mi lado Martin frenaba completamente su moto, haciendo un giro con brusquedad que lo tumba sobre unos arbustos. Sonreí y continue. Tenía que aprovechar el tiempo que me estaba dando con esa caída.
Pocos minutos después pude ver el reflejo de las luces delanteras por el retrovisor izquierdo. Estaba demasiado cerca, pero era imposible que me ganara. Y así pasó. Llegué a la meta derrapando al final para frenar. Y pocos segundos después Martin la cruzo.
Me baje de mi moto, me quite el casco y ya tenia a todos mis amigos conmigo celebrando la victoria. Con esta completabamos dos carreras que necesitábamos para ganar el encuentro. Nos llevaríamos a casa una moto y dinero. Podíamos escoger entre los pilotos perdedores la moto. Así que me acerque a Martin. Esta noche me iría a casa no solo con mi Ducati. Sino con una preciosa BMW M 1000 RR de tres colores.
–Parece que la preciosa que se va a casa conmigo es la tuya. –Le solté estirándo mi mano para que me entregará las llaves.
Pero ya sabía que Martin no iba a entregarla tan fácilmente. Así que me propinó un gancho izquierdo en el pómulo. Y mierda, algo que tienen los zurdos es que sus golpes son fuertes y certeros. Retrocedí aturdido por el golpe, subí una mano para cubrir el golpe que me había acabado de dar. Sentí húmeda mi mano y al verla tenía sangre. Sonreí mirando el rojo carmesí que tenía entre los dedos y apreté el puño. Y este mismo lo estrelle de frente a su nariz, tirando lo al suelo, ahora tenía mi mano machada con mi sangre y la suya. Me pongo a horcajadas sobre el y con el mismo puño lo golpeó dos veces más, hasta que me agarraron de ambos brazos y me levantaron de su regazo.
–¡¿QUE MIERDA HACES ANDREW?! –Me grito Dick para sacarme del transe de ira en el que estaba.
–Devolviendo el favor. –Nadie me golpeaba la cara y salía ileso.
–Ya tengo las llaves. Cody me las entrego y se llevó a Martin. Debemos irnos nosotros también. –Nos advertía Adam a lo lejos mientras indicaban que subieran todas las motos al auto.
Al menos los perros de Martin sabían respetar los tratos, por eso no se había formado una pelea de bandas. Todos sabían que habíamos ganado limpiamente. Más sin embargo tendré que tener una buena conversación con Frank su líder. Esta noche se había ausentado.
Camine junto a Finnick hasta el auto y subí al copiloto.
–Vamos a casa de Dick para que te cure ese golpe.
Quería irme directo a casa, pero si Franscesca me ve así se va a preocupar, a demás es pasada la media noche. No creo que a mis padres les haga gracias verme llegar a esta hora con la cara así. Así que pusimos marcha a casa de mi amigo y allí pase la noche. Esperando que el sol saliera lo más pronto posible para poder ver esos ojos que me tenían soñando.
Tammy
Jamás se me hubiera pasado por la cabeza que a Andrew le gustará la cocina. Siempre lo imagine aficionado al fútbol. Muchas veces lo vi acompañando a Dick a sus partidos o a los entrenamientos. Y veía como si deseara estar también en esa cancha pero algo se lo impedía.
Ahora que lo conozco un poco más, me doy cuenta que probablemente lo conozca mejor que sus propios amigos y no entiendo porque decidió abrirse conmigo de esa manera. Lo que si se es que me hace muy feliz. El tiempo que paso a su lado, lo disfruto mucho. Es lindo ver como va dejando caer poco a poco los bloques de ese muro que construyó a su alrededor. Dejándome ver al chico sencillo y sentimental que es.
después de limpiar la cocina, me di un baño para quitarme el cansancio y me acosté en mi cama, deseando que la noche pasara rápido para volver a verlo.
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