Capítulo 6

Andrew

Desperté pensando en la chica sapo, graciosamente, cada que se me cruzaba por la mente, la relacionaba con ese mote. No sé su nombre, pero seguro Cristopher si, están en la misma clase. En el receso fui directo a la cafetería donde sabía que de seguro él iba a estar. Lo encontré en una mesa cerca de la estación de frutas. Camine hacia él, estaba junto a un chico. Me pare a su lado y Cristopher al verme le hizo una ceña al chico para que se largara.

–Mis padres accedieron a llevar a Lucie a ver un psicólogo, y le advertí que no se acercara a ti. La tendré vigilada. –Soltó sin que tuviera que preguntárselo, aunque para ser sincero, no venía para obtener esa respuesta.

–Me parece perfecto. A demás de eso quiero preguntarte algo Cristopher.

–Ella no vino hoy, así que puedes estar tranquilo.

–Lo que haga o deje de hacer tú hermana me tiene sin cuidado, lo único que me importa es que me deje en paz. Pero quería preguntarte otra cosa.

–¿Sobre qué?

–Hay una chica en tu clase.

–Todas las chicas de mi clase están entre 16 o 17 años Andrew. –Él sabía mi regla de no involucrarme con menores, pero necesitaba saber por lo menos algo de la chica sapo.

Necesitaba ponerle un nombre a ese rostro.

–Lo sé, solo necesito información de una en especial. Es bajita, 1.50 o 1.60mts aproximadamente, de cabello negro y liso, piel pálida y ojos azules. –Se quedo mirándome extrañado, como si le hubiera descrito a un extraterrestre.

–¿Estás hablando de Tammy? –Así que mi chica sapo se llama Tammy. No pude evitar sonreír y Cristopher no se le paso por alto mi gesto.

–No te acerques a ella hermano. Esa chica significa problemas.

–¿Me estás diciendo a quien debo acercarme y a quien no Cristopher?

–No me mal interpretes Andrew, la chica es becada y sabes bien como tratan en esta preparatoria a esa gente.

–¿Cómo que ´´esa gente´´? –Puede que no sea el indicado para renegar por el desprecio que les dan a los becados, dado a mi comportamiento con las chicas, pero yo no ando torturándolas eternamente por venir de una clase social diferente.

–Venga Andrew, sabes a que me refiero. Además, ese no es el único problema que tiene esa chica.

–¿Cuál podría ser, que viaja en autobús? –Dije de manera sarcástica.

–Peor. La madre de Tammy es una prostituta.

Ok. Eso no lo vi venir, no es que me la pasé juzgando las profesiones de las personas, pero esa en especial no es la mejor vista frente a la sociedad y sobre todo frente a ninguna clase social. Ahora entendía un poco más que la molestaran de esa manera.

–Ya. –Fue lo único que respondí, me levante del asiento y me marche.

Camine por el pasillo del tercer piso, rumbo a mi casillero, al llegar noto como dos estudiantes tienen a un conejito atrapado, pero al fijarme bien, me doy cuenta de que no es un conejito, no, más bien era un sapito lo que tenían allí. Me quede al margen tratando de escuchar un poco de lo que le decían, mientras abría mi casillero y disimulaba que me importaba una mierda.

–Te pagaremos muy bien. –Le dice un chico rubio acariciándole el brazo.

Curiosamente Tammy no se veía asustada, todo lo contrario, estaba tan seria mirando un punto fijo en la pared del frente, era como si su mente estuviera desconectada de su cuerpo y no le importase lo que decían o hacían esos chicos. Verla así me hirvió la sangre, ¿es estúpida esa chica?

–¿Qué es más vergonzoso que rogarle por atención a una mujer? –Dije sin poder evitarlo.

–¿Qué dijiste? –Me encara uno de los chicos que la estaba molestando y al girarme hacia él y notar quien soy, da dos pasos atrás.

–Que son un par de imbéciles rogando por una chica que ni los determina.

El rubio palmotea varias veces el hombro del chico que quiso encararme y salen corriendo por el pasillo. Miro a Tammy y noto como sus ojos se humedecen, me paso la mano exasperado por el cabello. Una mujer llorando es lo más irritante del mundo.

–¿Estas bien chica sapo? –Limpia con brusquedad la lagrima que se le había escapado y me encara.

–¿Cómo me acabas de llamar? –Sonrió burlón y le repito.

–Chica sapo. –Suspira con impaciencia y responde.

–Por un momento quise creer que eras diferente. Igual gracias por haberme ayudado de nuevo.

Se separa de la pared en la que estaba recostada minutos antes y se dispone a marcharse por el pasillo.

— Que no se te haga costumbre.

No responde nada y continúa caminando hasta perderse por las escaleras. Hay algo en ella que me inquieta mucho. La mayoría de los becados no aguantan ni un solo año en esta escuela y salen corriendo despavoridos, pero esta chica ya lleva un año entero aquí y permite todas estas cosas sin más.

Tammy

Me siento como una completa estúpida por considerar si quiera que Andrew es una buena persona. Le agradezco por ayudarme de nuevo, pero ahora sé que solo lo hizo para poder burlarse a cambio. Al terminar las clases me quedo parada en la entrada del edificio, Bell pasaría hoy por mi para llevarme a la biblioteca. Es cerca de la preparatoria, pero aprovechamos algún espacio para vernos, y esta semana ha estado más intensa que de costumbre por la situación del sapo. El sonido de un claxon me hizo sobresaltarme y al fijarme del auto del que provenía el ruido me sorprendió.

–¿Vas a casa? –La pregunta me descoloco y no supe que responder, que diablos hacia Andrew Storm haciéndome esa pregunta.

–No, al trabajo.

–¿Quieres que te acerque?

Fruncí el ceño en respuesta, ¿este chico está enfermo o qué? Gire a mi alrededor para fijarme que casi todo el mundo nos estaba viendo.

–No, gracias. –Dije cortante y él sonrió.

Luego vi cómo se acercaba el coche rojo de mi amiga. Salvada por la campana. Me encaminé hacia mi amiga que aparcaba justo detrás de Andrew y subí rápidamente.

–¿Tienes tiempo para tomar algo? –Miré el reloj en mi muñeca y asentí.

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